QUAQUAUHTZIN
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
De quaquauitl,
cuerno, lanza, varilla + tzin,
reverencial. Hijo del Señor de
Tepechpan, Tencoyotzin, y heredero de su señorío. Participó como capitán en
varias guerras contra los enemigos de Tezcoco y México, obteniendo como botín
en una de sus victorias gran cantidad de oro, piedras preciosas, mantas
plumajes y esclavos. Una parte de este tesoro destino a su corte y palacio, y
la otra parte la envió como regio presente al noble azteca Temictzin con cuya
hija Azcalxochitzin deseaba contraer matrimonio. En una ocasión que el rey
Netzahualcóyotl, salió a caminar por lo bosques que tenía en la orilla del
lago, llegó hasta el señorío de Tepechpan. Por coincidencia Quacuauhtzin lo vio
y lo invitó a pasar a su palacio y a comer con él. Y éste para más regalarlo
quiso que en la mesa le sirviese Azcalxochitzin… que esta señora la criaba para
tomar estado con ella y ser su mujer legitima y hasta entonces no la había
gozado por no tener edad para tal efecto…
El rey Netzahualcóyotl cuando vio aquella señora... tan hermosa y dotada
de gracias y bienes de naturaleza, dejó todas las melancolías y tristezas que
traía consigo y se le robó el corazón y disimulando lo mejor que pudo su
pasión, se despidió de Quaquauhtzin y se fue a su corte, en donde dio orden con
todo el secreto del mundo de mandar quitar la vida a Quaquauhtzin y fue de esta
manera: despachó a la señoría de Tlaxcala un mensajero a decir que a su reino
convenía que fuese muerto Quaquauhtzin y para darle muerte honrosa pedía a la
señoría mandase a sus capitanes lo matasen en la batalla, que para tal día le
enviaría al efecto, de manera que no lo dejasen volver con vida...(Sah.). Esto
ocurrió en 1443, mismo año en que contrajo nupcias con la bella señora
Azcalxochitzin. El 1º. De enero de 1465 Azcalxochitzin le daría a su heredero
al trono, Netzahualpiltzintli, “príncipe ayunado y deseado”. Quaquauhtzin se
apercibió de los ocultos motivos que tenía su rey, pero fiel a él, y
atormentado por la malévola intención de quien tenía por su amigo, obedeció y
se dispuso a marchar a la guerra lo que significaba encaminarse a la muerte.
Considerado también como poeta compuso unos cantos lastimosos que cantó en un
despedimiento y convite que hizo a todos sus deudos y amigos. La traducción es
de Miguel León Portilla.
CANTO TRISTE DE CUACUAUHTZIN
Flores
con ansia mi corazón desea.
Que
estén en mis manos.
Con
cantos me aflijo,
sólo
ensayo cantos en la tierra.
Yo,
Cuacuauhtzin,
con
ansia deseo las flores,
que
estén en mis manos,
yo
soy desdichado.
¿A
dónde en verdad iremos
que
nunca tengamos que morir?
Aunque
fuera yo piedra preciosa,
aunque
fuera oro,
seré
yo fundido,
allá
en el crisol seré perforado.
Sólo
tengo mi vida,
yo,
Cuacuauhtzin, soy desdichado.
Tu
atabal de jades
tu
caracol rojo y azul así los haces ya resonar,
tú,
Yoyontzin.
Ya
ha llegado,
ya
se yergue el cantor.
Por
poco tiempo alegraos,
vengan
a presentarse aquí
los
que tienen triste el corazón.
Ya
ha llegado,
ya
se yergue el cantor.
Deja
abrir la corola a tu corazón,
deja
que ande por las alturas.
Tú
me aborreces,
tú me destinas a la muerte.
Ya
me voy a su casa,
pereceré.
Acaso
por mí tú tengas que llorar,
por
mí tengas que afligirte,
Tú,
amigo mío,
Pero
yo ya me voy,
yo
ya me voy a su casa.
Sólo
esto dice mi corazón,
no
volveré una vez más,
jamás
volveré a salir sobre la tierra,
yo
ya me voy, ya me voy a su casa.
Sólo
trabajo en vano,
gozad,
gozad, amigos nuestros.
¿No
hemos de tener alegría,
no
hemos de conocer el placer, amigos nuestros?
Llevaré
conmigo las bellas flores,
los
bellos cantos.
Jamás
lo hago en el tiempo del verdor,
sólo
soy menesteroso aquí,
sólo
yo, Cuacuauhtzin.
¿No
habremos de gozar,
no
habremos de conocer el placer, amigos nuestros?
Llevaré
conmigo las bellas flores,
los
bellos cantos.
Extraído del
Minidiccionario Enciclopédico Náhuatl (2003) Inédito, de mi autoría.
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