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viernes, 30 de marzo de 2012

HOMSHUK, DIOS OLMECA - POPOLUCA

HOMSHUK (JOONCHÓ), SINTIOPILTZIN O TAMÁKASTI
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado



     “Homxuk”, en popoluca de Soteapan significa “Brote nuevo” porque crece según los ciclos de la planta del maíz. . Se conserva en Soteapan, Pajapan y Catemaco, Veracruz el mito popoluca de que el maíz procede de un huevo (ovogénesis). Le llamaron Homshuk, dios del maíz, el gran benefactor de la humanidad, es hijo del Sol,  trató de conseguir la inmortalidad del hombre y está ligado con el dios Huracán; una de sus representaciones materiales fue encontrada en la isla Tenaspi del lago de Catemaco, la escultura se encuentra en el museo de Xalapa. Este mito fue recogido en 1945 por George M. Foster, posteriormente, en los mismos 40s, B. Elson registró una variante del mismo. Se dice que en el principio del tiempo una mujer quedó viuda poco antes de nacer su hijo. Cuando éste nació, y ante la imposibilidad de darle de comer y como el niño lloraba mucho, decidió molerlo en el metate y tirarlo al arroyo, pero Dios no quiso que muriese, recogió los restos del niño, y lo convirtió en un huevo, dejándolo entre las plantas que nacen debajo del agua del río. Una pareja de ancianos vivía sin haber tenido hijos. La esposa, una bruja caníbal, llamada Chichiman, diariamente, iba por agua, un día, contempló un huevo flotando en el remanso del arroyo. Regresó a contar el caso a su esposo, llamado el Serpiente, y entre los dos fueron a sacarlo. No lo consiguieron al principio; era un reflejo; el huevo estaba en la rama de un árbol, de donde lo tomaron. Regresados al hogar, lo envolvieron con ropa. Después de siete días, escucharon el llanto del niño; su cuerpo, blanco y desnudo era de masa de maíz y tenía suaves y dorados cabellos, como los del maíz tierno. Lo criaron sintiéndolo nieto; más, a siete días de nacido, hablaba, caminaba, era grande y sabio. Lo mandaron por agua. Los pescaditos lo burlaban; tú sólo eres un elotito cabello rojo, nacido de un huevito sacado del agua. En su hogar contó lo sucedido; pero siguieron mandándolo por agua. Cavilando su venganza, pidió a su abuela un anzuelo. Principió a sacar los pescaditos, pero fue obligado a resucitarlos y devolverlos, porque eran los tíos de Homshuk, brincando siete veces los revivió, aún cuando quedaron condenados a ser alimento del hombre. Al ir a la milpa con los abuelos, le gritaban los tordos: orejas mochas, tú eres un elotito cabello rojo nacido de un huevito. Pidió al abuelo un arco y unas flechas. Principió a matarlos, pero resultaron ser los pollos de su abuela, quien le obligó a resucitarlos, lo cual hizo brincando de nuevo siete veces, aún cuando en castigo vivirían en los árboles y anunciarían las lluvias.
     El muchacho siguió creciendo y, mientras sus padres adoptivos iban a la milpa, a él lo enviaban a traer agua a un manantial, donde unas iguanas se burlaban de el diciéndole: “Elote, elote, orejas mochas; en Ta:gatawatsaloyan ahí está tu padre”…El niño pidió a su padre adoptivo que le hiciera una trampa para cazar iguanas (una vara larga con un lazo en la punta, llamada pi:chawan) con la cual no pudo atrapar a ninguna pero a una le trozó la cola. El niño les dijo: “No vine a estar jugando con ustedes, sino que mi padre me envía a traer agua porque le da sed en la milpa…Váyanse y no me molesten más porque un día las voy a lazar y jamás las soltaré; las llevaré entonces con mi padre para que se las coma”.
     Después de esto las iguanas se espantaron mucho y sólo le gritaban de lejos. El muchacho siguió haciendo cosas indebidas, por lo cual los viejos decidieron comérselo, mandándolo a dormir al tapanco. El muchacho dijo a un murciélago: cuando mi abuelo suba, debes degollarlo; en tanto, él se ocultó en el caballete de la casa. Cuando el abuelo subió para matar al muchacho, el murciélago lo degolló. La sangre del anciano, al caer, fue siendo tomada por su esposa, más, extrañada, gritó: esta sangre no sabe bien, debes bajar al muchacho para comerlo. Como el abuelo no contestaba, subió la vieja y lo encontró muerto. Reclamó su proceder al muchacho, pero éste, huyó, perseguido por la vieja. En su huida iba dejando obstáculos como grandes bejucales de espinas, riscos de piedras y lagunas. Cerca del mar, ya cansado, el muchacho subió a dormir a un árbol. Al ser alcanzado, dijo: sube para que veas. Previamente Homshuk encargó al tlacuache que cuando viniera la bruja prendiera fuego al zacate, dejando una salida por donde pudiera escapar. El tlacuache se quemó la cola y salió huyendo, por lo que dotó al armadillo de una concha fuerte y resistente al fuego para que encendiera el pasto. El campo ardió velozmente y el muchacho escapó, mientras la vieja se consumía entre las llamas. Él regresó y tomó parte de la ceniza de los genitales del cadáver quemado de la Chichiman y la sembró, naciendo la calabaza y el chayote. Del resto de sus cenizas nacieron las plagas de langosta que acaban con la comida del hombre y los animales. El muchacho siguió caminando. A la orilla del mar, tocó su tambor y el Huracán envió a ver quién lo hacía sonar. ¿Quién eres?, preguntó el enviado. Contestó: soy quien hace crecer las plantas, el que las hace florecer. Huracán fue informado: no me quiso decir su nombre. Lo regresó Huracán, y dijo al muchacho: me debes decir tu  nombre, lo pide Huracán. El muchacho dijo: me nombran Homshuk, dígale que soy el único desgranado, el único para ser comido. Así fue informado; pero Huracán replicó: él es nahual, y acto seguido Huracán hizo llover muy fuerte, más, al otro día, el muchacho seguía tocando en la costa, porque la tarántula lo protegió haciéndole una casa. Después, llegó una tortuga para preguntarle ¿Qué haces? Contestó el muchacho: tocando, porque deseo cruzar el mar; si eres buena compañera, me llevarás. Dijo la tortuga: te llevaré. Homshuk subió a la tortuga, pero a poco de nadar, ésta gritó: mi pecho está quebrándose. Regresaron a la orilla. Vino una tortuga de mayor tamaño, a la cual Homshuk prometió pintar de colores a cambio de la travesía. Lo llevó a presencia de Huracán, quien lo hizo prisionero. Había tres cárceles: una con tigres hambrientos; con serpientes muriéndose de hambre otra; y la tercera con flechas voladoras. En la de serpientes no le pasó nada y las culebras desaparecieron. Lo pasaron a la de los tigres; ocurrió lo mismo y sólo quedó el tigre mayor como asiento. En la cárcel de las flechas, éstas no lo dañaron y las reunió en un haz. Eres nahual, dijo Huracán, después de lo sucedido. Homshuk respondió: no soy nahual y he de ser el alimento de los hombres. Huracán lo retó a jugarse la vida en una competencia: lanzar una piedra, cada quien, hasta el otro lado del océano. El muchacho lanzó primero, y transcurrido un rato, se oyeron los rebotes de su piedra en la otra orilla, porque secretamente pidió al pájaro carpintero, lo ayudara produciendo ese ruido. Huracán fracasó en su lanzamiento. Propuso al muchacho un viaje al otro lado del mar, enviándolo primero e impulsado por el vuelo de su hamaca. Homshuk salió disparado, regresando de medio mar, por no saber a dónde llegaría y pidiendo a Huracán fuera por delante. Cuando Huracán tomaba vuelo en su hamaca, por también oculto ruego del muchacho, la tortuga cortó uno de los árboles y cayó Huracán al mar, fracturándose una pierna. Se hicieron amigos, a cambio de que Huracán proporcione agua cuando el maíz la necesite. Así creció el muchacho, durante años creció, un día, se encontró con unos viejitos, que iban a Oaxaca, pero a pie, y como sabía que por aquel lugar estaba su padre, decidió irse con ellos, preparó sus totopitos, sus tortillas y su agua y emprendió el viaje, después llegaron a un lugar y les dijeron los viejitos: aquí donde vas a dormir coloca un poco de hojas, porque aquí las chicatanas comen gente, él no les creyó, y sólo puso unas hojitas, y al amanecer todo él era de huesos, entonces encontró otra chicatana que venía por más carne; se arrancó un pelo de elote y la amarró por la mitad, diciéndole: si no me regresas mi carne tal y como me la cortaste te trozo por la mitad con mi cabello (la apretó tanto que a eso se debe que las hormigas tengan la cintura delgada), como ésta era la jefa, ordenó a las demás que le restituyeran la carne a Homshuk, por lo que éste prosiguió su camino y corriendo alcanzó a los peregrinos. Hasta le pegó una patada al que iba atrás. A la siguiente noche, dijeron los viejos al joven: ¿Tú por dónde vas a dormir?.. Yo aquí dormiré sobre esta piedra muy linda, a lo que le contestaron –no duermas sobre la piedra porque aquí las piedras comen gente- y él nuevamente los desobedeció, y a la mañana siguiente la piedra se lo había tragado, solamente su cabecita aparecía, vino entonces un pajarito que le repetía incesantemente –“orínate el pecho muchacho”, “orínate el pecho muchacho” (mela:xixa chogotsin, mela:xixa chogotsin). El joven lo que hizo fue agarrar sus orincitos y orinarse el pecho… y al rato lo soltó la piedra. Siguió su camino, encontrando unas iguanas, las cuales le dijeron que su padre estaba en Ta:gatawatsaloyan (“Secadero de hombres”¿panteón?). Todavía, al acercarse a un río, es tragado por un lagarto, y escapa rajando la panza del animal con una navaja de obsidiana. Y más adelante, al llegar a su destino, se despidió de los ancianos agradeciéndoles el permitir acompañarlos: yo aquí voy, aquí vengo y aquí me dejan…a lo que le contestaron –Así es como nosotros nos sentimos responsables. Ahí lo dejaron y ellos se fueron. Se acercó lentamente… y vio a su anciana madre tejiendo un enredo, debajo de un árbol de chicozapote, la cual tejiendo se quedo dormida, lo que aprovechó él para subirse al árbol y tirarle frutos sobre el tejido, ella despertó y viendo que estaban maduros los partió y se comió tres chicozapotes. Fue entonces cuando la llamó: -Mamacita, si quieres más te corto, que aquí hay bien maduros.  –Tú eres alguien que vino… ¿Quién eres? –Soy Homshuk, tu hijo. –Baja para que te conozca, quizás eres mi hijo, pero yo no te conozco… No sé ni a dónde fuiste a nacer… ni quién te crió. Bajó el muchacho y se acercó, pidiéndole a su madre que lo bañara, y al caer las gotas del agua de su cuerpo quedaron convertidas en granos de maíz, y después conversando con ella, le preguntó: -Bueno… ¿Y mi padre a donde se fue?.. –Tu padre hace muchos años que murió… más adelante está su tumba… A mí padre lo voy a resucitar, sólo enséñame a dónde lo fueron a sepultar. –Si es así, te lo voy a enseñar, dijo la anciana,  llevándolo y mostrándole donde estaba sepultado. Dijo Homshuk: -ahora vete a nuestra casa, que voy a sacar a mi padre para resucitarlo. Sólo te voy a recomendar que a la hora que veas a mí padre no vayas a llorar, y cuidado y lo tocas…porque en caso de hacerlo así, él se convertirá en un animal del monte, huirá y no lo vamos a encontrar jamás. Su madre no le creyó, y se fue a casa diciendo: -¿Qué sabe ese?.. En tanto, el muchacho, golpeó a su padre siete veces y lo revivió… Cuando la viejita vio que ya traía a su viejito…En lugar de aguantarse y no llorar… cayó gritando y llorando, y al abrazar a su viejito, éste se convirtió en un venado: “juíí”, “juíí”, agarró por un acahual, y nunca más volvieron a verlo. Posterior y finalmente, Homshuk, junto con su pequeña consorte (de la que se ignora su procedencia) provee a los hombres del preciado cereal.  || En otra versión, Homshuk después de resucitar a su padre, manda a una iguanita a decirle a la anciana que cuando vea a su esposo “no mire de frente, no llore y no se ría”. El mensaje fue transmitido al revés por que la iguana se valió, a su vez, de una lagartija. Cuando la anciana vio al resucitado, lo miro de frente, lloró y comenzó a reírse, provocando que el hombre se convirtiera en tierra. De paso, el mensaje fallido impidió la inmortalidad de los humanos (Félix-Báez, 2002: 85). || Igualmente en otra versión, fueron dos los huevos encontrados, uno lo empollo una gallina y el otro lo comieron. Pasaron unos días y del huevo empollado nació un niño. Los ancianos se admiraron y dijeron: “Caramba, cometimos un error comiéndonos el otro, quizá era una muchachita” (de haber nacido ella el maíz sería más fecundo). ||  Para el mismo Foster,   Homshuk es un enano de un metro de alto, con pelo de elote; cuando las mazorcas están pequeñas, él es joven, con pelo rubio; y a medida que el maíz madura, él también envejece, hasta que termina el año agrícola como un viejo sabio, con el pelo café y seco. || Por último, entre los mixes, el héroe cultural Kondoy y su hermano Culebrote igualmente nacen por ovogénesis, y entre los mayas se reporta al Adivino de Uxmal, enano nacido también de un huevo. Véase Kondoy y Adivino de Uxmal. Melgarejo Vivanco (1975: 155-158); Delgado Calderón (2004: 232-238);  García de León (1969: 300-305 y 1976: 77, 80-84); Jorge Félix-Báez (2002: 79-111) y Guido Münch (1994:163-169). Véanse Masawa y Kondoy.

     Huracán o Jurakán. Del maya quiché jun, uno + ra, muslo + akán, pie: un pie, una pierna; cojo. Era el principal Dios Corazón del Cielo, título que comparte con Caculhá Huracán, rayo de una pierna, o sea el relámpago; Chipi Caculhá, rayo pequeño, y Raxa Caculhá,  rayo verde, rayo repentino o súbito.
     El idioma taíno también se atribuye la paternidad de la palabra huracán formada de sus raíces: Hura, viento + cán, centro = Centro del viento.
     Sintiopiltzin. Del náhuatl cin(tli), mazorca de maíz seco + teo(tl), dios + piltzin, príncipe [pil(li), hijo + tzin, reverencial]: “Dios Príncipe Mazorca”.
     Ta: gatawatsaloyan. Del pipil ta:gat, hombre + tawatsal, cosa secada o curtida + o, enlace fonético + yan,  lugar donde se realiza la acción: “Secadero de hombres”¿panteón?
     Tamákasti. Del náhuatl tlamacazqui o tlamacázcatl [de tla, cosa + mac(a), dar + axca(tl), cosa propia, propiedad]: quien da lo propio; sacerdote, ministro, diácono.  
     Los Nicaraos (pipiles de Nicaragua) conservaron su dialecto nahua y su fe en Quetzalcóatl, al que adoraban como dios supremo y al que llamaban tamagastad (tlamacázcatl o tlamacazqui).

     Extraído de mi libro "Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca". Analogía de las cosmologías de las culturas mesoamericanas. El cual incluye un diccionario de localismos y mexicanismos.

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