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lunes, 29 de junio de 2015

LA TEMPESTAD Salvador Herrera García

LA TEMPESTAD
SALVADOR HERRERA GARCÍA




      Se anunciaba desde la tarde con turbonadas e imponentes cúmulos cargados de electricidad, que surcaban el cielo catemaqueño. Por la noche se desataba la tempestad...

     
     Llovía a cántaros. Los incesantes relámpagos rasgaban las tinieblas. Los truenos se encadenaban en estruendos que parecían no tener fin y aterraban al más valiente. En las casas, se cubrían con lienzos los vidrios y espejos porque “el azogue atrae los rayos” –decía la abuelita- y se cerraban puertas y ventanas, para evitar las “corrientes” propiciatorias “al paso de alguna centella”...


     Despiertos y temerosos, los niños sufríamos el tormento de la “ira de Dios” manifestada en esos truenos ensordecedores y en los rayos y relámpagos que iluminaban todo y caían a media laguna, en los cocoteros o en el pararrayos de la torre del reloj...


     Y entre los estruendos se escuchaba la voz de la mamá o de la abuela, diciendo la plegaria que venía de generaciones atrás... ”Santa Bárbara en el campo, toda vestida de blanco… Santa Ana, Santa Elena, Santa María Magdalena, sálvanos de los truenos, los rayos y los relámpagos... Santa Bárbara doncella, que en el cielo fuiste estrella, líbranos de la centella, como libraste a Jonás del vientre de la ballena...”


     Cuando la tempestad se alejaba y la calma volvía, el sueño desplazaba el desvelo del miedo...


     Al otro día, los niños salíamos a la calle a recolectar los negros y relucientes trocitos de obsidiana -“rayos”, los llamábamos-, que la nocturna tempestad y las corrientes descubrían a su paso.



©SHG 99




lunes, 22 de junio de 2015

¡EN TODO EL MUNDO NO HAY NADIE COMO YO! Albert Einstein

¡EN TODO EL MUNDO NO HAY NADIE COMO YO!
ALBERT EINSTEIN


     En todo el mundo no hay nadie como yo. Soy dueño de mi cuerpo, mis pensamientos, mis ideas; me pertenecen las imágenes que ven mis ojos y tengo que saber escogerlas. Poseo mis propias fantasías, mis sueños, esperanzas y miedos. Dado que soy dueño de mí mismo, tengo que conocerme íntimamente. Hay aspectos de mí que me confunden, otros que desconozco. Sin embargo, esté o no de acuerdo con todo lo que soy, esto es auténtico y representa el momento en el que vivo. Me amo, me cultivo, me consiento y me felicito, para amarme, tengo que ser yo mismo, amarme con mis virtudes y mis defectos, mi pasado, mis éxitos y mis fracasos. Descubro mis capacidades, mis valores, transformo mis defectos en cualidades, lucho por mejorar. Para cultivarme, me señalo un plan de estudios, de lectura, de conocimientos que me ayuden a superar, de amigos que sean impulso y soporte de mi superación. Me alejo de todo ser, hecho, o acto que pueda lesionarme. Para consentirme me premio de pensamiento y obra porque estoy en el camino de la superación. Me hago un regalo. Me miro al espejo y le hablo a ese amigo maravilloso y perfecto que siempre confía en mí. Y me felicito porque, Bueno soy estupendo ¡Me amo!






TLACANEXQUIMILLI Antonio Fco. Rguez. A.

TLACANEXQUIMILLI
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO




     Fantasma que aparecía de noche; se dice de él que no tenía ni pies ni cabeza, que formaba una masa, un paquete que rodaba por el suelo gimiendo (Sah.).  tlacaneci, quimilli.
     Tlacaneci, no tener forma ni arte de hombre (Mol.).
     Quimilli, mochila, bulto, fardo.

     Tlacanexquimilli. Del náhuatl Tlacatl, hombre, humano + neci, aparecerse, desfigurado + quimilli, mochila, fardo: “Cosa humana que se aparece deforme como mochila o fardo”. Manifestación de Tezcatlipoca, una de las deidades que más transformaciones tiene y cuyas apariciones son constantes., sobre todo durante la noche y en caminos y encrucijadas.

     Se da también el significado de Tlaca(tl), hombre + nex(tli), ceniza + quimilli, mochila, fardo:  “Hombre como bulto de ceniza”. Me inclino más por estas raíces.

     Cuando de noche veía alguno unas fantasmas que no tienen pies ni cabeza, las cuales andan rodando por el suelo y dando gemidos como enfermo, las cuales sabían que eran ilusiones de Tezcatlipoca, no obstante esto cuando las veían, y los que las veían tomaban mal agüero, concebían en su pecho opinión o certidumbre que habían de morir en la guerra, o en breve de su enfermedad, o que algún infortunio les había de venir en breve; y cuando estas fantasmas se aparecían a alguna gente baja y medrosa, arrancaban a huir y perdían el espíritu de tal manera de aquel miedo que morían en breve o les acontecía algún desastre.

     Y si estas fantasmas aparecían  a algún hombre valiente y osado, como son los soldados viejos, luego le apercibía y disponía, porque siempre andaban con sobresalto de noche, entendiendo que habían de topar alguna cosa y aun las andaban a buscar por todos los caminos y calles, deseando ver alguna cosa,  para alcanzar de ella alguna ventura o alguna buena fortuna, o algunas espinas de maguey, que son señal de esto.

     Y cuando acontecía que algún soldado valiente y esforzado veía estas visiones, no temía sino asía fuertemente de esta estantigua y demandábala que le diese espinas de maguey, estas espinas eran señal que sería próspero en la guerra y tomaría tantos cautivos cuantas espinas recibía, y que sería próspero  y reverenciado en este mundo, con riquezas y honras e insignias de hombre valiente, pues las espinas son señas de fortaleza y valentía.

     Y cuando acontecía que algún hombre simple y de poco saber veía las tales visiones, luego las escupía o apedreaba con alguna suciedad. A éste ningún bien le venía, mas antes le venía alguna desdicha o infortunio.

     Y si acaso les aparecía a los valientes alguna de estas fantasmas que andaban a buscar, luego arremetían y se asían con ella fuertemente, y decíanla: “¿quién eres tú?, háblame, mira que no dejes de hablar que ya te tengo asida, y no te tengo de dejar”.

     Esto repetía muchas veces andando el uno con el otro a la sacapella, y después de haber mucho peleado, ya cerca de la  mañana, hablaba la fantasma y decía:
     “Déjame que me fatigas, dime lo que quieres, y dártelo he”. Luego respondía el soldado y decía: “¿qué me has de dar?” Respondía la fantasma, “cata aquí una espina”. Respondía el soldado: “no la quiero; ¿para qué es una espina sola?, no vale nada”.
     Y aunque le daba dos, tres o cuatro espinas no la quería soltar, hasta que le diese tantas cuantas él quería; y cuando ya le daba las que él quería, hablaba la fantasma diciendo:
     “Doyte toda la riqueza que deseas, para que seas próspero en el mundo.” Entonces el soldado dejaba a la fantasma, porque ya había alcanzado lo que buscaba y deseaba.

     Bibliografía. Fray Bernardino de Sahagún.  Historia General de las Cosas de la Nueva España. Décimaprimera Edición 2013. Editorial Porrúa. México, D. F.

     Fray Alonso de Molina. Vocabulario en lengua Castellana/Mexicana Mexicana/Castellana. Cuarta Edición 2001. Editorial Porrúa. México, D. F.


jueves, 18 de junio de 2015

TABAYUKU O NYUTILU. Antonio Fco. Rguez. A.

TABAYUKU O NYUTILU
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO


Imagen tomada del zoológico de Zúrich del Felis manul, de las estepas asiáticas.

     Comenta Ravicz (1980: 39-40, 79, 257), que entre los mixtecos, Tabayuku, el espíritu de la montaña funciona también como mecanismo de control social, previniendo al hombre contra el peligro, contra la muerte o contra el  nacimiento de un monstruo debido a la infidelidad. Y ejemplificando la dualidad de la naturaleza Tabayuku posee un poderoso componente bisexual. Él, al igual que sus demás espíritus puede adoptar cualquier forma, de manera que el hombre debe ser precavido en sus acciones y en el trato con los demás. Todo el mundo está animado y hay seres espirituales en todos los lugares y objetos de la naturaleza. Tal animismo puede ser benéfico o perjudicial para el hombre, pues si éste no muestra respeto hacia los espíritus, ellos le causarán daños físicos y, a veces, incluso la muerte. Refiere Butterworth (1975: 133-134), que en Tilantongo, Oaxaca este duende es conocido también como Nyutilu y que es uno y muchos a la vez, y sus cuevas favoritas están en las cumbres de Monte Negro y del Cerro del Chocolate. Los espíritus se vengan de quienes cazan un animal salvaje, tiran los árboles de la montaña o de algún modo dañan el hábitat, lo cual es una ofensa. Para tenerlos propicios hay que hacerles ofrendas en las cuevas donde moran: cigarrillos, pulque, tamales, o alguna otra ofrenda. Hay quien les implore que manden las lluvias. Flanet (1977: 119-121, 197, 227), estudiando a los mixtecos de Jamiltepec, comenta que  los dos espíritus encarnados que gobiernan al mundo animal -nahuales o tonos de los mixtecos- viven en Monte Viejo, y son el chaneque, que tiene la autoridad suprema y que vive solo en la cima del monte, bajo una enorme piedra, y el Tabayuku, que vive con otros, en el hueco de un árbol al pie del monte y que es súbdito del chaneque al cual tiene mucho miedo por querer aquel devorarlo. El chaneque es antropomórfico  y Tabayuku zoomórfico. Se reconoce que uno se encuentra frente al Tabayuku cuando se ve de pronto a un lince girar sobre si mismo y convertirse en coyote; luego, el coyote da otra vuelta y aparece entonces un gato salvaje: después del gato salvaje se hace puma o leona, se le ve amarillo, una nueva vuelta y se le ve negro. Cuando el Tabayuku ve llegar al chaneque, se convierte en un animalito. Si el chaneque se da cuenta, atrapará al animalito, ya sea Tabayuku-marta ya sea Tabayuku-conejo, lo matará y se lo comerá. Los cazadores y el resto de la gente se protegen del chaneque y del Tabayuku llevando siempre un diente de ajo, estos seres tienen un terrible rechazo por ese olor. Para los mestizos el Tabayuku es un hombre montado a caballo que aparece de noche; está vestido de negro y lleva un sombrero grande que le oculta el rostro.


Imagen tomada de Internet


     Tabayuku, del mixteco yuku, montaña. Significa “Ser de la Montaña”. Es uno de los espíritus que más afecta al hombre. Habita en las cuevas de la montaña o cerca de algún manantial. Nunca aparece dentro de los poblados, sino sólo en el campo o en los caminos, en donde el individuo debe permanecer alerta; Tabayuku es, de la misma manera, más peligroso cuando uno está afuera de su propio territorio.  Si una persona es incauta, él la llevará a su cueva; si la persona sobrevive regresará a su casa loca o muy enferma. En algunos casos morirá por haber perdido su propio espíritu, pero, si sigue con vida deberá realizarse un ritual para tratar de reintegrar su fuerza vital. Este temor sobrenatural ocasiona en parte el aislamiento de pequeñas comunidades.


     Extraído de mi libro Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca. Analogía con las Cosmologías de las Culturas Mesoamericanas. Incluye Diccionario de localismos y mexicanismos. Ediciones Culturales Exclusivas. 2007.


viernes, 5 de junio de 2015

TODO HIJO ES PADRE DE LA MUERTE DE SU PADRE Fabricio Carpinejar

TODO HIJO ES PADRE DE LA MUERTE DE SU PADRE
FABRICIO CARPINEJAR


     "Hay una ruptura en la historia de la familia, donde las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en el padre de su padre".

     Es cuando el padre se hace mayor y comienza a trotar como si estuviera dentro de la niebla. Lento, lento, impreciso.

     Es cuando uno de los padres que te tomó con fuerza de la mano cuando eras pequeño ya no quiere estar solo. Es cuando el padre, una vez firme e insuperable, se debilita y toma aliento dos veces antes de levantarse de su lugar.


     Es cuando el padre, que en otro tiempo había mandado y ordenado, hoy solo suspira, solo gime, y busca dónde está la puerta y la ventana - todo corredor ahora está lejos.

     Es cuando uno de los padres antes dispuesto y trabajador fracasa en ponerse su propia ropa y no recuerda sus medicamentos.

     Y nosotros, como hijos, no haremos otra cosa sino aceptar que somos responsables de esa vida. Aquella vida que nos engendró depende de nuestra vida para morir en paz.

     Todo hijo es el padre de la muerte de su padre.

     Tal vez la vejez del padre y de la madre es curiosamente el último embarazo. Nuestra última enseñanza. Una oportunidad para devolver los cuidados y el amor que nos han dado por décadas.

     Y así como adaptamos nuestra casa para cuidar de nuestros bebés, bloqueando tomas de luz y poniendo corralitos, ahora vamos a cambiar la distribución de los muebles para nuestros padres.

     La primera transformación ocurre en el cuarto de baño.

     Seremos los padres de nuestros padres los que ahora pondremos una barra en la regadera.

     La barra es emblemática. La barra es simbólica. La barra es inaugurar el "destemplamiento de las aguas".

     Porque la ducha, simple y refrescante, ahora es una tempestad para los viejos pies de nuestros protectores. No podemos dejarlos ningún momento.

     La casa de quien cuida de sus padres tendrá abrazaderas por las paredes. Y nuestros brazos se extenderán en forma de barandillas.

     Envejecer es caminar sosteniéndose de los objetos, envejecer es incluso subir escaleras sin escalones.

     Seremos extraños en nuestra propia casa. Observaremos cada detalle con miedo y desconocimiento, con duda y preocupación. Seremos arquitectos, diseñadores, ingenieros frustrados. ¿Cómo no previmos que nuestros padres se enfermarían y necesitarían de nosotros?

     Nos lamentaremos de los sofás, las estatuas y la escalera de caracol. Lamentaremos todos los obstáculos y la alfombra.

     Feliz el hijo que es el padre de su padre antes de su muerte, y pobre del hijo que aparece sólo en el funeral y no se despide un poco cada día.

     Mi amigo Joseph Klein acompañó a su padre hasta sus últimos minutos.

     En el hospital, la enfermera hacía la maniobra para moverlo de la cama a la camilla, tratando de cambiar las sábanas cuando Joe gritó desde su asiento:

     - Deja que te ayude.

     Reunió fuerzas y tomó por primera a su padre en su regazo.

     Colocó la cara de su padre contra su pecho.

     Acomodó en sus hombros a su padre consumido por el cáncer: pequeño, arrugado, frágil, tembloroso.

     Se quedó abrazándolo por un buen tiempo, el tiempo equivalente a su infancia, el tiempo equivalente a su adolescencia, un buen tiempo, un tiempo interminable.

     Meciendo a su padre de un lado al otro.

     Acariciando a su padre.

     Calmado el su padre.

     Y decía en voz baja:

     - Estoy aquí, estoy aquí, papá!

     Lo que un padre quiere oír al final de su vida es que su hijo está ahí".


(Fabrício Carpinejar "Todo filho é pai da morte de seu pai", versión al español Zorelly Pedroza.




         Fabricio Carpi Nejar, posterior al divorcio de sus padres unió sus apellidos Carpinejar. Nació el 23 de octubre de 1972 (42 años) Caxias do Sul , RS, Brasil. Es un poeta, escritor, columnista y periodista, el cual ha ganado por sus múltiples libros y escritos premios como el Premio Nacional de Olavo Bilac, la Academia Brasileña de Letras entre otros. Se considera su obra maestra       Las suelas del Sol. Su escuela y tradición es el Posmodernismo Poético

Libros escritos
1998 -  Suelas El dom
2000 - Un traje de las aves al sur
2001 - Tercer asiento
2002 - Biografía de un árbol
Caja de zapatos (antología) - 2003
2004 - Cinco Marías
2004 - Porto Alegre y el día en que la ciudad se escapó de casa (Adoquinado Serie 2)
2005 - A medida que el cielo / Libro de visitas
2006 - El amor Olvídate de comenzar
2006 - Credo Cruz cachorro
2006 - Mi hijo, mi hija
2008 - Diario de una pasión - síntomas de un bien incurable
2008 - Rascal
2009 - www.twitter.com/carpinejar
2010 - Bonelli Mujeres
2010 - La chica de pelo blanco
2011 - Borralheiro
2011 - Una niña superdotada
2012 - Belleza Interior - Un viaje poético a través de Rio Grande do Sul
2012 - Oh, Dios mío, Oh mi Jesús
2012 - Bienvenido - Cuentos con las ciudades de la mayoría de los nombres hermosos y misteriosos en Brasil.

Premios
Premio Fernando Pessoa, la Unión Brasileña de Escritores (1998)
Premio Distinción Literario de la 46ª Feria del Libro de Porto Alegre (2000)
Premio Açorianos de Literatura (2001)
Marengo Premio D'Oro - Italia (2001)
Cecilia Meireles premiio, la Unión Brasileña de Escritores (2002)
Premio Açorianos de Literatura (2002)
Premio Nacional de Olavo Bilac, la Academia Brasileña de Letras (2003)

Premio Jabuti (2009)