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miércoles, 30 de noviembre de 2016

MI SOLEDAD Y YO Antonio Fco. Rguez. A.

MI SOLEDAD Y YO
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado


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Mi soledad y yo nos hemos vuelto tan afines,
Que nos duele cada vez que nos separamos,
No requerimos de palabras para comunicarnos
Y siempre estamos ahí el uno para el otro.


Me es muy difícil salir a la calle sin ella,
Inmediatamente empiezo a extrañarla,
Y sé que ella también sufre esta ausencia,
Que no por ser breve deja de ser dolorosa.


Una ocasión trate de llevarla conmigo,
Llorando me dijo que le era imposible
-¡Soy antisocial, lo sabes!
¡Moriría si lo hago!


Gran parte de mi vida
He tenido que soportar  con nostalgia
Esta relación de separaciones y vacíos
Cada partida duele.


Es un destierro, un ostracismo
Que me hace sentir culpable.




Xalapa, Ver. 30.11.16


martes, 29 de noviembre de 2016

LA ISLA DE LA LUJURIA Antonio Fco. Rguez. A.

LA ISLA DE LA LUJURIA
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado


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Fue algo impensable. Esa tarde la hija de la dueña de la pensión, que pasaba un fin de semana en el pueblo, me dijo que estaba aburrida, que si no la invitaba a salir a caminar, a distraerse. Salimos de su casa y llegamos a la orilla del lago, el lugar era un paraíso. Hermosas olas se rompían sobre la arena de la playa, emitiendo un evocador y romántico sonido. El trino de los zanates y el graznido de las garzas musicalizaban el espacio, el momento. Vimos unas lanchas, ella me pidió que alquiláramos una. Empezamos a bogar lago adentro hasta acercarnos a una zona umbría que rodeaba una de las islas. Antes de llegar ahí, sentimos que el aire traía un voluptuoso aroma a citronelas, romeros y jazmines. Y entre más nos internábamos dentro de las sombras, nuestra piel se erotizaba frenéticamente, y yo remé con mayor fuerza para alcanzar la orilla de la isla, con la muda complacencia de mi amiga, que para entonces ya estaba abrazada a mi cuerpo, impidiéndome mover los brazos para seguir remando. 


     La corriente del lago se encargó de que la lancha aparcara por sí sola en la orilla. En medio de tal oscuridad, rápidamente brincamos de la lancha a una pequeña playa. Nuestros instintos se desataron en un apasionado y largo encuentro. La llené todo el cuerpo de besos. De ella, acaso sólo podía ver su febril mirada, y escuchar sus sensuales lamentos. Instantes después, nos acostamos ambos boca arriba, ella apoyando su cabeza en mi hombro, no había mayor comunicación más que el silencio, muy similar a la calma después de la tormenta amorosa. El ruido de unas voces nos sacó de nuestro mutismo, eran unos pescadores que pasaron cerca de nosotros, sin vernos. Nos vestimos, y retornamos al pueblo. Al día siguiente, ella me regaló un apasionado beso y regresó a la capital a seguir sus estudios. No volvimos a vernos nunca más...


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Xalapa, Ver. 29.11.16

domingo, 27 de noviembre de 2016

BESOS CELESTIALES Antonio Fco. Rguez. A.

BESOS CELESTIALES
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado

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Si tus besos son el cielo
Iré  con gusto al viaje,
Y llenaré mi equipaje
De  amor, caricias y consuelo.


Y en el camino…
Volando en alas del amor
Tú serás mi destino,
Morir por ti será un honor.


Cariño mío...
Llévame al cielo 
Con tus besos
Te lo suplico por favor…



Xalapa, Ver. 27.11.16


jueves, 24 de noviembre de 2016

CHANEQUES DE MANDINGA Antonio Fco. Rguez. A.

EL NAGUAL Y LOS CHANEQUES DE MANDINGA
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado
  


La pequeña comitiva de pescadores se detuvo frente a la puerta del jacalito de don Fidencio. Estuvieron tocando a la puerta y llamándolo por su nombre sin que este respondiera.  Optaron por no irse hasta hablar con él. Rafael, uno de los líderes del grupo de pescadores dijo: - amigos, debemos de tener fe en que don Fidencio nos ayude con nuestro problema y ya podamos pescar con la misma suerte que los pescadores de aquí. No es justo que hayamos gastado tanto dinero en lancha, redes, arpones y demás instrumentos de trabajo, y que no pesquemos como Dios manda. Y todo por culpa de esos demonios de chaneques. Y remató diciendo: don Fidencio como nagual que es debe de acabar con ellos.



     Todos estos pescadores eran personas foráneas, que llegaron, hará un par de años, a trabajar a la laguna de Mandinga. No sabían cómo controlar a los seres sobrenaturales que los espantaban y hacían jugarretas contra ellos. Y los pescadores locales nunca les dijeron cuáles eran los secretos para tener contentos a los chaneques para que los dejaran trabajar e incluso para que los ayudaran.



     El secreto se pasaba sólo entre las familias de pescadores nativos del lugar. Y consistía en propiciar a estos seres sobrenaturales alimentándolos con copal y ciertas yerbas comestibles endémicas de Los Tuxtlas, así como invocaciones de buena fortuna. Existía la maldición de perder este privilegio para aquel que tuviera la indiscreción de contarlo fuera de éste grupo.


Un terrible aullido como de coyote espantó a los pescadores, quienes vieron llegar corriendo en cuatro patas, para enseguida enderezarse como todo un cristiano, a don Fidencio. El poder de esta visión los llenó de esperanza. Rafael, el líder, rápidamente lo puso al tanto del motivo de su visita. Prometiendo darle un gran porcentaje de sus ventas si los ayudaba.



     Don Fidencio al inicio se negó a apoyarlos, pero ante la súplica de que no podían seguir dándoles de comer a sus familias, acabó aceptando. Pero aclarándoles que no sería nada sencillo acabar con los chaneques. Y qué incluso tendrían que ayudarlo.



     Tres días después, don Fidencio convertido en zopilote volaba sobre las islas de manglares ocupadas por los chaneques. Éstos al reconocer al nagual, le tiraron bolas de barro con tal puntería que don Fidencio tuvo que caer del aire y golpearse feamente contra la superficie del agua. Cerca de tres semanas estuvo sin poder salir de su jacal debido a unas costillas rotas.



     Días después, acudió con los pescadores para regar de gasolina alrededor de las islas de los chaneques, éstos se dieron cuenta, y antes de que le prendieran lumbre, soplaron toda la capa de gasolina hacia las lanchas, quemándose casi todos los pescadores. Ante la estruendosa risa de todos los chaneques.



     Los pescadores completamente desanimados, esta vez, como pensaban que era cosa de demonios, fueron a buscar la ayuda de Dios en la iglesia de la ciudad de Boca del Río, y convencieron a un padrecito para que realizara un exorcismo en contra de los chaneques. Ahí se presentaron todos, cada quien con grandes cruces, crucifijos, escapularios, velas benditas y hasta con rosarios. Los chaneques al verlos estallaron en grandes risas, golpeando a todos con las bolas de barro y provocando una marejada que volteó todas las lanchas, toda la expedición huyó como si fuera correteada por el diablo.



     Ante tales eventos, estos pescadores desistieron de seguir con su oficio y vendieron casi todo su material de trabajo, y actualmente se han vuelto restauranteros y meseros. Algunos que se casaron con mujeres nativas, al formar parte de estas familias ya conocen el secreto…



          Los pescadores nativos de Mandinga siguen teniendo excelentes pescas.



     Don Fidencio, ya es un anciano de más de 80 años, pero sigue acudiendo al cementerio para no perder sus poderes de nagual.



     El cura de Boca del Río fue enviado al Vaticano para aprender sobre exorcismos.




Boca del Río, Ver. 24.11.16




LA IMAGEN EN EL ESPEJO Antonio Fco. Rguez. A.

LA IMAGEN EN EL ESPEJO
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado



Anoche, en mí recámara del hotel, me puse a escribir en la mesa del tocador. Por ratos en lo que buscaba inspiración para seguir escribiendo alzaba la vista y miraba mi rostro en el espejo, o más bien él me miraba a mí. Hubo un momento en que sentí que mi imagen quería decirme algo, yo me quedé callado, apretando los labios, esperando que así lo hiciera. Sólo mantuvo sus ojos mirándome fijamente, con una seriedad tal que pareciera que me estaba analizando. Baje la vista para seguir con mi narración, y no dejé de sentirme observado por ese par de ojos que parecían muy ajenos a mí.


     Pasados unos minutos más, seguía sintiendo el acoso de esa mirada. Como si mi imagen se hubiera plasmado en el espejo y que el brillo del mismo escapara a través de sus ojos. No aguanté más, me levanté del asiento y me alejé lo más que pude del espejo. No podía creerlo, la imagen seguía ahí, el rostro inmóvil, pero los ojos se movían sin perderme de vista.


     Un ruido me sobresaltó, eran toquidos a la puerta del cuarto, acudí a abrirla y una amable señorita me entregó una nota telefónica. De momento no quise leerla, y la dejé a un lado del tocador. Volteé a ver el espejo y la imagen había desaparecido. Le achaqué todo al cansancio por haber manejado más de 4 horas, al oscurecer, de ese mismo día. Además, me sentía culpable porque mi padre quería que estuviera más tiempo con él, y por primera vez en la vida lo había desobedecido.


     Volvía sentarme para continuar la narración, y con cierto temor volteé a ver mi imagen, la cual se reflejaba con toda normalidad. Al rato de estar escribiendo, nuevamente sentí esa mirada opresiva, la cual me obligó a levantar la vista para verla. Era otra vez mi mirada, pero esta vez sentí que algo en ella había cambiado, ya no era una mirada adusta, sino una mirada con dolor. La luz de la lámpara empezó a parpadear, y en cada parpadeo, miraba mi rostro y al siguiente el rostro moribundo de mi padre. Fue de tal magnitud el impacto que me provocó, que se me erizó la piel, sudé profusamente,  sentí que el cerebro me estallaba, y estuve a punto del desmayo. No podía reponerme, sentí que el aire me faltaba, las lágrimas acudieron en caudales a mis ojos y rictus de dolor deformaban mi rostro.


     Quedé con la mirada perdida, en eso, distingo entre lágrimas la nota que me habían dado. Desdoblé el papel y leí:


-Francisco, papá falleció al momento que partiste.
Lo siento mucho.
Te quiero…
Tu hermana María.



Boca del Río, Ver. 22.11.16



miércoles, 16 de noviembre de 2016

LAS GOTAS Y LAS OLAS Melba Al/AFRA

LAS GOTAS Y LAS OLAS
Melba Al/ AFRA

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¡Hola querida amiga poeta! Qué bonito es decir hola, y como la H es muda, suena como una ola que viaja en suave vaivén sobre el agua movida por el viento, que se desparrama en un armónico splash como grato regalo a nuestros sentidos.


Sí amigo, esa ola que se mueve sola; y de tanto bailar en ese zangolotear no ve que la barca se aproxima en la orilla de la mar.

Siendo el saludo esa gotita cristalina como la chispa de nuestro versar.


Amiga,  las olas van y vienen y nuestras miradas se entretienen viendo el juguetear de esas pequeñas hijas del mar.


Amigo,  excelente cruzadas
              de las miradas,
              mientras las pupilas
              se pavean entre
              subidas y bajadas.


Amiga, y las olas verdes, blancas, transparentes derraman su color sobre la suave arena como un suspiro de sirena.


Amiga, y nos ganó la  mañana navegando a través del tiempo, mientras enfrente de nosotros miríadas de gotas creaban olas las cuales se rompían nuevamente  sobre la playa.


Y al final, terminamos  como un par de locos…

contando las gotas como si fueran arenas de la mar.


martes, 15 de noviembre de 2016

LAS BRUJAS NO SABEN NADAR Antonio Fco. Rguez. A.

LAS BRUJAS NO SABEN NADAR
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado

Grabado Paula Rego

Esa noche la bruja era presa de un gran insomnio, se paró de su catre, tomó su escoba por el mango y conjuró una terrible tormenta con granizada. De pronto, se oyó el estruendo del fuerte viento y el golpeteo del granizo sobre las palmas del techo. El aire fresco entró por las rendijas de la pared hecha de troncos. Se volvió a acostar, esta vez acompañada del arrullador ruido en el techo. E inmediatamente… se quedó dormida.



     Horas después… fue despertada por un oleaje de agua fría que le mojó todo el cuerpo. Instantáneamente buscó su capa y su escoba sin encontrarlas, el agua, que subía rápidamente de nivel, las había sacado. Las brujas no saben nadar. En su desesperación tropezó con el caldero, limpió su interior y se metió en él -las mismas fuerzas oscuras acudían en su apoyo-. Sin capa y sin escoba no podía conjurar que se deshiciera la tormenta. Tuvo que salir del jacal para no morir ahogada, el agua seguía subiendo de nivel.



     Afuera, la playa había desaparecido. El agua que bajaba de la sierra se hacía una sola con las aguas del mar. En medio de las penumbras distinguió a su alrededor borregos, perros y un jaguar negro, que luchaban por sobrevivir. Algunos  animales trataron de aferrarse a ella provocando constantes golpeteos al caldero y el peligro de voltearlo, lo que representaba la inminente muerte de la bruja. Ésta avizoro a cierta distancia una barca de pescadores y tomando un madero que flotaba cerca de ella empezó a golpear a los animales y remó hacia la barca, la cual estaba atada por una soga a una piedra en el fondo del agua. 



    Cuatro días tardó el diluvio. Y fue despertada dentro de la barca por unos pescadores que iban en rescate de su embarcación sin saber que la bruja se encontraba dentro de ella.




     Varios días después… ya con caldero, capa y escoba nueva, lo primero que hizo fue conjurar que su escoba y su capa no se separaran de ella… nunca más.



lunes, 14 de noviembre de 2016

LAS BRUJAS DE CATEMACO Antonio Fco. Rguez. A.

LAS BRUJAS DE CATEMACO
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado


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Muchas veces creemos que las brujas no existen, que son algo así como cuentos de hadas, o fantasías inventadas por personas supersticiosas e ignorantes. Y nos reímos cuando alguien comenta conocer, o saber de, algunas de ellas.


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     La realidad supera muchas ocasiones a la fantasía.  Déjenme platicarles mi experiencia de cuando conocí la ciudad de Catemaco.  Llegué invitado por unas amigas de la Facultad de Biología que tenían familiares en este lugar. La idea era conocer la gran biodiversidad de la Región de Los Tuxtlas. Nos hospedamos en un céntrico hotel, y a la mañana siguiente comimos unos sabrosos platillos regionales en la Reserva de Nanciyaga.


Nanciyaga, imagen de Internet


     El viaje de estudio, también resulto de relajante placer. Existe una magia intrínseca en toda esa paradisiaca región. Las personas que se enteraban de nuestro objetivo se prestaron a colaborar mostrándonos sus “secretos” sobre herbolaria, ante nuestros ojos aparecían decenas de plantas medicinales, aguas terapéuticas; incluso amuletos que los protegían de todo tipo de peligros por enfermedades, accidentes y ataques de animales peligrosos.





     Llegamos con el ocaso, a una de las últimas playas del hermoso lago de Catemaco, el lugar se llama “La Margarita”. En una de las casas de madera, cerca de la playa, ya nos estaban esperando dos amables ancianas, una de las cuales era bisabuela de una de mis amigas. Antes de entrar a la casa quedamos asombrados por su jardín repleto de hermosas plantas, muchas de ellas exóticas, desconocidas para nosotros. Las ancianas nos trataron de maravilla, nos invitaron una rica cena a base de huevos fritos con cebolla, frijoles con choscholos,  chile piquín y tortillas hechas a mano.


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     De ahí nos fuimos a las cabañas de renta, apartadas para nuestra estancia. Antes de irnos a acostar, nos fuimos a caminar a la orilla del lago, viendo cómo las olas reventaban plácidamente en la arena provocando una relajante sinfonía.   La luna nos regalaba su cálido fulgor,  y las copas de los árboles se mecían ante la brisa que venía del lago. Era una noche mágica. Nos sentamos en unas canoas que estaban aparcadas sobre la playa y nos pusimos a platicar.

Foto anwarvazquez


     Un sonido nos llamó la atención, era el ulular de un búho. Seguimos platicando y el ulular se escuchaba cada vez más cerca de nosotros. En eso, distinguimos una silueta a lo lejos, era la bisabuela que al vernos platicando en la playa, se le ocurrió traernos una olla de café caliente con canela. Nos dio gusto su atención, y la invitamos a que nos platicara sobre este hermoso lugar. Ella comenzó diciendo: Hace muchos años éste lugar se llamó Mecápan ("Río de los mecates"), estaba completamente selvático, posteriormente llegaron a poblarlo un grupo de indígenas, los cuales dejaron como constancia de ellos un asentamiento en lo que ahora son unos potreros, y a la orilla del lado montañoso del lago grabaron inscripciones sobre unas piedras volcánicas (petroglifos). Muchísimos años después unos señores blancos hicieron una gran finca. La que finalmente fue comprada por un comerciante de la región, don Antonio Turrent Vásquez,  en 1899, que luego le cambio el nombre de Mecápam por el de La Margarita, por llamarse así una de sus hijas muerta apenas cumplido un año de edad. La Margarita se oculta a los ojos de Catemaco, tanto por la distancia cuanto por Tepeyaga, que forma una península.



     La bisabuela era una gran narradora, una mujer sabia. Se hizo costumbre que todas las noches llegará a invitarnos de su sabroso café orgánico con canela y que nos entretuviera con sus amenos relatos.



      La vieja bisabuela, nos contó acerca de seres sobrenaturales y de las brujas, sobre éstas nos dijo: casi todas las mujeres que están destinadas para ser brujas, empiezan desde los 14 años, a prepararse bajo la tutela de una de las más poderosas. Quien les enseña secretos sobre el comportamiento humano y sus enfermedades, así como de los animales, las plantas, los minerales y el clima.

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     Antes de los 20 años, ya se considera casi terminada su preparación. Y ellas mismas tienen que buscar el material requerido para confeccionarse su indumentaria. La capa, que está hecha de fibras vegetales marinadas con sangre de zopilotes, murciélagos, zorros y culebras. El zurcido se hace con intestinos de animales recién nacidos, preferentemente gatos.


     Una vez terminada la capa, tiene el poder de que permite volar a su dueña, y si se pone al revés la vuelve invisible. Al apretarse al cuerpo cura y cicatriza cualquier herida existente.  Tiene una capucha que le sirve de radar en la oscuridad, y de espanta rayos. Y una bolsa o marsupio en donde porta su material de uso.


     Ninguna bruja estaría completa sin su escoba. En la luna oscura, sosteniendo la escoba en la mano, solían hacer las ofrendas de búhos y serpientes a los demonios de la noche con el propósito de pedir más poder para sus conjuros.  Las pajas o ramas de la escoba las sumergían esa noche con agua tibia y extractos de ciertas plantas mágicas para hacerlas más flexibles y poderosas. Estando listas para la limpieza ritual de su espacio de trabajo, así como de protección y fertilidad. Para calmar las fuertes tormentas de viento la escoba se quemaba y sus cenizas se enterraban. La ceniza es de protección y tiene el control sobre los cuatro elementos.

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     Ah, pero además, nos dio consejos para protegernos: Para ahuyentar los malos espíritus, y a las visitas molestas hay que colocar la escoba en el umbral de la casa, de pie y con las ramas o paja hacia arriba. También sirven dos escobas cruzadas. Tiene que ser una redondeada; las escobas horizontales no poseen el mismo efecto.


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     Después de toda una semana de observación y estudio sobre la flora, la fauna y todo lo que conforma el acervo natural y cultural de esta bella región. Empezamos a despedirnos de todos los nuevos amigos que habíamos hecho.



     La más triste despedida, fue la que tuvimos que pasar con la bisabuela por quien llegamos a tener un cariño especial.  Nos hizo prometerle que regresaríamos a visitarla. Antes de irnos nos dijo: - les voy a regalar una costalilla de mi café para que no se olviden de esta vieja. Me ofrecí a subir al tapanco por él y al estar llenando la costalilla vi que colgado de un clavo en la pared estaba una capa negra con todo y capucha como la que ella había descrito bastante bien.




     Me llevé el secreto conmigo mismo, no lo comenté a nadie, incluso ni a la misma bisabuela a quien llegué a querer.



Xalapa, Ver. 07.11.16 


viernes, 11 de noviembre de 2016

ETERNIZADOS Antonio Fco. Rguez. A.

ETERNIZADOS
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado

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Me encantas cuando me abrazas
Y reposas tu cabeza en mi hombro,
Pones una mano sobre mi corazón
Y viéndome a los ojos
Me musitas que me quieres.


En tanto yo, aspiro el aroma
De tus cabellos y los beso,
Sintiendo en la piel
Y en el alma
El deseo de quererte.


Es tan agradable contemplar el mar
Teniéndote a mi lado.
Que el tiempo se detiene
Regalándonos la eternidad.


El día no acaba…
La noche tendrá que esperar.


Xalapa, Ver. 11.11.16


jueves, 10 de noviembre de 2016

LECTORA Antonio Fco. Rguez. A.

LECTORA
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado

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Me encanta cuando lees porque
Estás como ausente,
Respiras  el bello aroma del libro,
Curioseas página tras página,
Buscando  las respuestas
Que se dan los amantes.


El autor te los presentó,
Ahora son amigos tuyos
Y platicas con ellos,
Los interrogas,
Se callan…
Hay cosas que
No quieren decirte,
Tendrás que descubrirlas,
Para conocer su alma.


Miras al cielo,
Suspiras,
Tus pensamientos
Se vuelven alas.
Preguntas al sol
Y a las nubes
Y también callan…

Un furtivo
Rayo de luz
Resaltó una frase:

“Te quiero
Porque al leerme…
Me das la vida
Con tu mirada”.



Xalapa, Ver. 10.11.16



miércoles, 9 de noviembre de 2016

CONFESIÓN DE AMOR Antonio Fco. Rguez. A.

CONFESIÓN DE AMOR
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado
     

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     -¿Te has dado cuenta qué frecuentemente me levanto de mi banca y te preguntó por tal o cuál solución?


     -¿Crees, qué lo hago por qué no lo entienda?


     -¿O por qué crees que lo hago?



     Me encontraba sentado sobre un arriate del patio de la escuela, en lo que Consuelo se acercó y se sentó junto a mí, y aprovechó para preguntarme todo esto. Hasta entonces, siempre la había visto como una gran amiga del colegio.  Ella era muy inteligente y guapa, alta y de un cuerpo escultural. Blanca, apiñonada, de  brillantes ojos negros, una linda sonrisa y unos labios de color rosado, gruesos y  carnosos.



     Realmente me tomó por sorpresa, no sabía que contestarle. Titubeé al decirle: - ¡No, nunca he pensado que sea por qué no entiendas! (El que no entendía nada ahora era yo).



     ¡Lo hago porqué me gustas! ¡Porqué quiero estar cerca de ti! Con estas palabras quedé aún más sorprendido, nunca pensé que me pasara esto a mí. Claro que, me sentí muy afortunado. Nos tomamos de la mano y, cuando sentimos que nadie nos miraba, nos dimos un beso. Tácitamente, ya éramos novios.



     Pero… no todo era miel sobre hojuelas para mí.  Tenía mi novia de un grado escolar inferior, en la misma escuela.



     Consuelo, era toda una mujer. La relación con mi novia era hasta cierto punto platónica. Sentía quererla de manera paternal. En cambio, Consuelo, me deslumbró.



     Empecé a frecuentar a Consuelo, con la aprobación de su mamá, pues llevándose al hijo menor, nos decía: -Voy al súper, tardaré unas dos horas.  Y nos dejaba solos en casa, estudiando…



     Una de esas tardes tenía cita con mi novia en el parque, y en lo que la esperaba llegó Jacqueline, una de sus mejores amigas, y me dijo: -Dice mi amiga que si quieres verla, la vayas a buscar a este domicilio. Era el domicilio de Consuelo…



     Fue lo mejor que me pudo haber pasado, ya no tendría remordimientos de conciencia por estarla engañando.  Y se daba por terminada nuestra relación.



Xalapa, Ver. 21-05-16