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miércoles, 29 de enero de 2014

COCHINO SIGNIFICADO EN NÁHUATL

COCHINO
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO
COCHINO
     COCHINO. Del náhuatl cochini, dormilón, que le gusta dormir. A su vez de cochiliztli o cochiztli, sueño. Los mexicas observaron que los cerdos traídos de Europa, hacían ruido como cuando roncan (cotaloa o icotoca) los humanos y empezaron a llamarlos “cochih” (dormilones). De ahí, que coch o cocho sea la voz para llamar al cerdo. Cuino es una voz onomatopéyica. Por su parecido con el jabalí o cerdo salvaje también se le llama coyame en pipil o coyametl en náhuatl.
JABALÍ

     La palabra náhuatl más específica para designar al cochino, cerdo, puerco, es pitzotl. || En maya se conoce como keken. El pécari, nombre de origen taíno,  es un mamífero paquidermo americano semejante al  jabalí. Tiene una glándula en el lomo, con la que segrega un humor fétido.
PECARÍ

     En Centroamérica y en varias partes de México se le dice pitzotl (pizote) al tejón manadero, llamado también coatí (Nasua nasica).
TEJÓN

     Coyametin. Del náhuatl, puerco montés, jabalíes salvajes, cerdo de Indias (Dicotilo torcuatus).


     En algunos lugares de México en donde se habla el náhuatl, suelen llamar a los hoteles con el nombre de Cochicalli, de cochi(liztli), sueño y calli, casa: “Casa para dormir”.

     Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.

LA COCHA O MAROTA ENFRENADA

LA COCHA
BALTAZAR RAMOS MARTÍNEZ

         LA COCHA. "La Cocha" o "Enfrenada" es una estampa totalmente chiapaneca, es sinónimo de puerca o la hembra del cerdo: la marrana que en algunos lugares costeños de esta geografía recibe el nombre rural de Marota. Se cuenta que es un enorme animal y en eso basa su fortaleza, y es tal su fuerza, que en realidad pocos le hacen frente cuando de repente se les aparece totalmente enfurecida, gruñendo en forma escandalosa y atacando con inusitada fuerza a las pobres víctimas. Algunas de las cuales jamás se reponen de estos ataques, que no sólo deja secuelas físicas de mucha importancia por los enconados mordiscos y los dolorosos raspones, que cuando sanan tardan mucho tiempo, si es que no mueren antes por los daños irreversibles, que ocasionan en las mentes de estos desdichados.  Sin duda, se le relaciona directamente con asuntos de alta brujería, donde las féminas adoradoras de la parte oscura de estas ciencias ocultas de la más sofisticada magia negra, logran el poder convertirse en una enorme marrana, que ataca sin piedad ni clemencia. Se le llama además Enfrenada, porque lleva puesto un enorme y llamativo freno, con el que el innombrable la domina cuando la monta como si fuera un caballo, con el que galopa por las calles de los pueblos, haciendo un gran escándalo. El único remedio contra ella, es quitarse el cinturón, orinarlo y darle con él una soberana cueriza. Con este castigo ella vuelve a su forma original, a su forma humana. Ramos (2010:204-5).

     Observaciones sobre la palabra cochino, cocha y marota:


     COCHINO. Del náhuatl cochini, dormilón, que le gusta dormir. A su vez de cochiliztli o cochiztli, sueño. Los mexicas observaron que los cerdos traídos de Europa, hacían ruido como cuando roncan (cotaloa o icotoca) los humanos y empezaron a llamarlos “cochih” (dormilones). De ahí, que coch o cocho sea la voz para llamar al cerdo. Cuino es una voz onomatopéyica. Por su parecido con el jabalí o cerdo salvaje también se le llama coyame en pipil o coyametl en náhuatl.

     La palabra náhuatl más específica para designar al cochino, cerdo, puerco, es pitzotl. || En maya se conoce como keken. El pécari, nombre de origen taíno,  es un mamífero paquidermo americano semejante al  jabalí. Tiene una glándula en el lomo, con la que segrega un humor fétido.

     En Centroamérica y en varias partes de México se le dice pitzotl (pizote) al tejón manadero, llamado también coatí (Nasua nasica).

     Coyametin. Del náhuatl, puerco montés, jabalíes salvajes, cerdo de Indias (Dicotilo torcuatus).

     En algunos lugares de México en donde se habla el náhuatl, suelen llamar a los hoteles con el nombre de Cochicalli, de cochi(liztli), sueño y calli, casa: “Casa para dormir”.


     MAROTA, se le dice por su tamaño descomunal ya que la palabra marota es un americanismo que significa machorra, marimacha, hombruna. En Costa Rica se le llama así a los testículos y pene.

     Las observaciones fueron tomadas de mi libro: Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.



martes, 28 de enero de 2014

RANAS Y SAPOS PLUVIÓGENOS. BUFOTENINA.

RANAS Y SAPOS PLUVIÓGENOS
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO
    


      Las ranas y los sapos representan la transición entre la tierra y el agua. Al ser un animal anfibio se le considera unido simbólicamente a la Luna. Para varios pueblos anuncian las lluvias por lo que empleaban estos batracios en rituales para atraerlas. En Oriente se dibuja su figura en el suelo o en los tambores que servirán para acompañar la celestial oración. Algunos de los indios del Orinoco consideraban al sapo como Dios o Señor de las aguas y por esta razón temían matar al bicho. Los indios aymaras hacen pequeñas imágenes de ranas y otros animales acuáticos y los ponen en las cimas de los montes como un medio de atraer las lluvias. Existe el caso de pueblos que, por el contrario, piensan que golpeando o matando a estos bichos atraerán a las lluvias. Entre nahuas y mayas y en varias cosmogonías de Mesoamérica se les consideró mensajeros de los dioses. Los toltecas lo consideraban dios.


     Los nahuas  refieren que a su dios Tlaltecuhtli. De tlalli, tierra + tecuhtli, señor: “El Señor Tierra”. Los cuatro dioses encargados de crear el mundo por mandato del ser supremo Ometecutli, después de crear el fuego, los cielos y el agua, crearon la tierra, dándole el carácter de un dios bajo el nombre de Tlaltecutli, “Señor Tierra”. En su dualidad de mujer, Tlaltecihuatl, figuraba la tierra como una rana fiera, con bocas llenas de sangre en todas las coyunturas, para representar que todo lo comía y tragaba. De ella nacieron todos los frutos necesarios para la vida de los hombres. De sus cabellos se hicieron los árboles, flores y hierbas; de su piel las hierbas muy pequeñas y las pequeñas flores; de los ojos pozos, fuentes y pequeñas cavernas; de las bocas ríos y grandes cavernas; de los agujeros de la nariz valles de montañas, y de los hombros montañas.  Y esta diosa lloraba algunas veces durante la noche queriendo comer corazones de hombres y no se quería callar hasta que se los daban, no dejando llevar frutas si no estaba rociada con sangre humana.

      En Mesoamérica se usó su nombre como topónimos de algunos poblados por ejemplo:

TAMAZULA. Del náhuatl  tamazulin, sapo + lan, lugar de: “Lugar de sapos”.  Municipio del estado de Durango, o de Tamazula (de Gordiano), municipio del estado de Jalisco.

TETAMAZULCO. Del náhuatl  tetl, piedra + tamazulin, sapo + co, en: “En (donde está) el sapo de piedra”. Lugar que marcaba el oriente como punto cardinal, en la ciudad de México.


GUANAJUATO. Del purépecha khuanási, rana + juáta, cerro: “Cerro de la rana”.

      Los pueblos indígenas explotaron además sus propiedades curativas para ciertas dolencias y  enfermedades:

SAMBUCO. Nombre popular con el que se conoce a las paperas. Las cuales eran curadas poniendo sapos negros sobre las mejillas del enfermo.

CULEBRILLA. Nombre popular con el que es conocido el herpes zoster. Se curaba restregando sobre la lesión el vientre de un sapo. Herpes en griego significa culebra o serpiente.

DENTICIÓN. Para facilitar la dentición de los niños se disecaban los huesos del sapo y se le colgaban del cuello.

AMENAZA DE ABORTO. Se limpia el vientre y el resto del cuerpo de la paciente con un sapo cuyo vientre se torne rojo; si esto sucede, se le extraen al sapo las vísceras que son arrojadas al bosque o quemadas directamente en el fuego.

ERISIPELA. Se toma al sapo de las patas, y se restriega la panza en la parte afectada. Eso es todo, se observa que la panza del sapo se enrojece  y tiende a hincharse, lo que es característico cuando se les molesta. Regularmente con una curación se logra curar la enfermedad, si esta persiste se repite una o dos veces más el tratamiento.
Alberto Sánchez López. Comenta es  una simple explicación.- El sapo vive en ambientes húmedos y en presencia de suciedad, bacterias, microbios, etc. Su organismo se defiende secretando una sustancia venenosa que da cuenta y lo protege del medio que lo rodea. Esa sustancia secretada por el sapo, la que al restregar la panza a la parte afectada del paciente mata a las bacterias de manera efectiva y rápida.

     Esta sustancia, un hongo penicillium,  del abdomen del sapo es similar al requerido para fabricar las penicilinas, de ahí su acción.

 MALES VARIOS. Los tlapoches o chupadores chupan con la boca la parte enferma para sacar el mal que, como es  costumbre, sale en forma de clavos, pelos, espinas, sapos, murciélagos y toda clase de objetos extraños. Estos objetos son la corporización de los espíritus causantes del mal, de esta manera se facilita su expulsión y, para ser totalmente destruidos, son arrojados al fuego despidiendo olores nauseabundos, crepitan  o manifiestan cualquier otro signo insólito. El fuego destruye completamente la mancilla.


     En varias culturas tradicionales (impropiamente llamadas primitivas o salvajes) era usado el veneno de ciertas ranas para untarlo en las puntas de sus flechas.



     Por último, el veneno del sapo era utilizado por las brujas.

EL VENENO DEL SAPO

En 1920 la bufotenina (5-hidroxidimetiltriptamina) fue aislada por primera vez por H. Handovsky como un componente menor del veneno del sapo Bufo vulgaris (Bufo sp), de donde deriva su nombre, y desde entonces ha sido hallada esta sustancia psicotrópica en numerosas semillas secas de plantas y en algunos otros animales.

     Estas semillas se fuman troceadas ó se esnifan tras ser pulverizadas.

     Podemos encontrar bufotenina en la piel de sapo, principalmente en su grasa y como componente activo de su veneno. Las especies de sapo de cuya piel se extrae la bufotenina son: Bufo viridis, alvarius, arenarum, mauretaunicus, marinus, paracnemia, crucifer y Calamita americana.


          Horemheb escribió: "Durante siglos, el sapo ha estado vinculado con la magia y la brujería. Empleado como ingrediente en los brebajes de las brujas, se suponía que les proporcionaba el poder de volar.
     Sin embargo, ya en 1451 Alfonso de Torado, obispo de Ávila, sugirió que los vuelos y "decambios de forma " de las brujas no eran sobrenaturales sino efectos alucinatorios de las drogas de sus brebajes: un juicio asombrosamente exacto para la época.

     Existen pruebas de que las brujas tenían sapos como animales domésticos o "familiares". Incluso se decía que las brujas "ordeñaban" a sus sapos. Las comprobaciones de la bioquímica moderna sugieren que era eso lo que hacían.

     Este alucinógeno funciona imitando la molécula química que lleva mensajes de las células nerviosas al cerebro, inundándolo de mensajes falsos y distorsionados y produciendo la ilusión del vuelo. Su efecto psicoactivo consiste de alucinaciones visuales, un juego de colores luces y formas. Se ha encontrado bufotenina en la sangre y la orina de personas no adictas, de lo que se deduce que el cuerpo humano puede producir bufotenina. Es probable que la bufotenina se forme de la serotonina, por una dimetilación de su función amina.

     Como dato curioso, la pulpa del plátano que está en contacto con la cáscara contiene bufotenina. Ya que esta droga afecta el equilibrio de los neurotransmisores cerebrales, elevando nuestro estado de ánimo y la autoestima y, como el descenso de la libido suele estar asociado con el bienestar psicológico, aquellos que sufren de poca autoestima deberían incluir el plátano entre sus alimentos básicos.


domingo, 26 de enero de 2014

DON PORFIRIO DÍAZ

DON PORFIRIO DÍAZ MORI Y EL PORFIRIATO
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO



     Curioseando en Internet me encontré un escrito que hice para el Blog de Don Porfirio Díaz.

Antonio Francisco Rodríguez Alvarado 25 agosto, 2012 en 12:48 AM

Don Porfirio hizo mucho más por el país que Benito Juárez… y sin embargo, el primero es un villano y el segundo es un héroe. La verdadera historia es mucho más que la manipulada historia oficial por lo que La ignorancia histórica sigue siendo un derecho de las masas más aún de aquellas que creen que los libros muerden o que son formateados por comentarios de los medios: televisivo, radiofónico y periodístico del sistema. Juárez gobernó 15 años, Porfirio 35, y solamente durante el “PORFIRIATO” fue que México creció como nación de respeto y admiración entre los países del primer mundo. Pagó toda la deuda externa heredada de anteriores administraciones, obviamente incluida la “juarista” y se daba el lujo de tener superávit gracias a la honestidad de Porfirio. El mejor gabinete que se ha conformado en la historia de México fue el de los científicos. Con fase en el positivismo introducido a México por Gabino Barreda se tuvo un crecimiento como nunca en investigación científica, literaria, no solo la primaria era obligatoria, también la secundaria. Él mandó a construir las Escuelas Normales Magisteriales por lo cual se trajo a grandes mentores de Europa para que educaran a los maestros y así ellos pudieran hacerlo mejor con sus alumnos. En la educación era prioritaria la reflexión que la memorización. Además, Porfirio planeó y encargó a Justo Sierra la creación de la máxima casa de estudios, la UNAM. ¿Mátalos en caliente? No sólo atentaban contra el presidente sino contra la paz que solamente un gran estadista como Porfirio pudo lograr. Perdonarlos era el regreso a más muertes y rebeliones, a más retroceso. ¿Por qué esos historiadores de quincena no comentan que este episodio es hasta “justificado” en comparación con la muerte de cientos de estudiantes y demás población civil que en 1968, no atentaban contra el gobierno, sólo pedían respeto, apoyo, justicia. Lo que siguió no fue un estallido social, simplemente que los ricos hacendados, principalmente, querían compartir o tomar el poder que se había eternizado en la persona de Porfirio Díaz. La muestra es que después de su exilio, en México solo reinó la muerte, la traición y la corrupción.

Su tumba en París, Francia

viernes, 24 de enero de 2014

CHALUCAS HÉROE CULTURAL ZOQUE Antonio Fco. Rguez. A.

CHALUCAS (HÉROE CULTURAL ZOQUE) CONTRA LOS YUKPÚN
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO

Imagen del Heraldo de Chiapas


     Chalucas. Los Cordry (1988: 93-95, 97-98) refieren que por aquellos tiempos, cada año en la noche del Viernes Santo venían a Tuxtla Gutiérrez de catorce a quince gigantes negros. Estos hombres eran muy malos y la gente los llamaba yukpún. Entraban a las casas cortando las cabezas de la gente mientras estaban dormidas. Luego se llevaban las cabezas sin que nadie supiera por qué. Cada año crecía el miedo de la gente, así que durante esa noche muchos acudían a las pequeñas iglesias de barrio quedándose hasta el amanecer.

     Chalucas (el héroe cultural de los zoques) estaba muy disgustado por este estado de cosas, así que en cierta ocasión, durante el Jueves Santo envió a su mujer a comprar una cantidad de sal, “cal viva”, y una porción de chile piquín. La mujer molió la sal y el chile, los tostó y puso el polvo en dos calabazas (pokhoí).

     Después, Chalucas dijo a su mujer que preparara tortillas y pozol, porque se iba de viaje. Cuando todo estuvo listo, se dirigió a donde él sabía que se encontraría con los yukpún. Caminó y caminó hasta que, casi oscureciendo, los encontró.

     Los yukpún preguntaron: “¿A dónde vas?” y Chalucas respondió: “A un lugar adelante”. Entonces los yukpún dijeron: “Esta noche termina tu vida, vamos a arrancarte la cabeza”.

     “Muy bien, muy bien”, dijo Chalucas. “Pero estoy hambriento, ¿me permitirían tomar mi cena primero? Después les daré mi cabeza con todo gusto”.

     Los yukpún estuvieron de acuerdo, así que Chalucas se sentó y comenzó a sacar sus cosas de la bolsa. Los yukpún se sentaron en círculo cerca de él.

     “¿No quieren comer?”, preguntó Chalucas.
     Para este tiempo ya estaba muy oscuro y Chalucas comenzó a arrojar sal y chile a los ojos de los yukpún. Por supuesto, no podían ver, así que Chalucas les cortó rápidamente la cabeza. Puso dos cabezas en su bolsa para llevárselas a enseñar a la gente de Tuxtla.

     Chalucas fue muy inteligente y toda la gente quedó muy agradecida. En otras ocasiones cuando la gente esperaba la lluvia, Chalucas hablaba al moyó y la lluvia caía. También era amigo de los wayacú y estaba autorizado por ellos de sacar lo que deseara de la cueva de  Mactumatzá.  Generalmente sacaba fruta que vendía a los hombres a punto de casarse para que ellos formaran su Mayá-Humí (Mayá, novia; Humí, obsequio de frutas), es decir, el regalo especial de frutas que los hombres ofrecen a sus prometidas en el momento de la boda.

     En otra ocasión, el hombre que vendía el mejor maíz en todo el pueblo no le quiso vender a Chalucas, éste muy enojado quiso castigarlo. Rezo algunas oraciones en el nacimiento del río. De inmediato fue cubierto de una especie de concha, como de tortuga, con un pequeño orificio que le permitía ver. Saltó al río y comenzó a rodar. Rodó y rodó, y mientras rodaba río abajo, la concha recogía todo lo que encontraba al paso; árboles, palos, lodo y piedras. La Puchá (bola grande), se hizo más grande que una casa. Entre más rápido rodaba, más cosas se le pegaban, acercándose peligrosamente a la parte más estrecha del Sumidero, así que cuando la gran bola lo tapara todo el mundo se ahogaría. La gente de Tuxtla atemorizada acudió con los ancianos los que pidieron ayuda al moyó, él sugirió que la gente danzara, pero Chalucas no les prestó atención; aún más atemorizados porque la bola se acercaba más al Sumidero, los ancianos acudieron nuevamente con el moyó quién dijo: “Sólo hay una cosa que hacer. A lo mejor Chalucas sale a ver a su mujer”. Por aquella época la gente entendía de magia, así que uno de los ancianos se transformó adoptando la apariencia de la mujer de Chalucas. Cuando la gran bola se acercó, la mujer estaba parada en la orilla del río gritando: “¡Chalucas!, ¡Chalucas!, vení, tomá tu pozol. Soy la única aquí. Aquí están tus tortillas, soy tu mujer y nadie va a dañarte”. Chalucas que ya tenía mucha hambre, salió al encuentro con su mujer. Previamente, los ancianos habían hablado con el Cangrejo Dorado (Oro Esé) quien esperó por el hoyo por donde Chalucas asomaría la cabeza y en cuanto así lo hizo, ¡zas!, el Cangrejo Dorado se la cortó completamente. La Puchá aún está en el río.


     Yukpún.  Del zoque colonial  yecpuen, a su vez de yec, negro + puen, hombre: “Hombre Negro”.


     Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.


METLAPILCOATL (MANO DE METATE)

METLAPILCOATL
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO



     Metlapilcoatl. Del náhuatl metlapilli, de metlatl, metate o piedra de moler + pilli, hijo, ayuda + coatl, serpiente: “Serpiente metlapil”. (Bothrops nummifer var. Mexicana). Es una serpiente nauyaca conocida también con los nombres de mano de piedra, mano de metate, timba, y nauyaca saltadora debido a su extraordinaria habilidad de saltar hasta un metro hacia adelante cuando es molestada.

 Muy común en el sur del país, es de cuerpo macizo y corto, de unos 60 cm de longitud, con la cola muy pequeña, la cabeza corta y ancha, el hocico obtuso y las escamas de la parte superior fuertemente carenadas. Tiene el dorso parduzco, con manchas romboidales pardas, más claras en el centro. Su veneno, de tipo hemolítico, produce trastornos graves, aunque no parece ser muy tóxico. Es una especie terrestre y nocturna, aunque a veces se la puede observar tomando el sol. Por lo general, se esconde dentro o debajo de viejos troncos, en la hojarasca o en escombros. Se alimenta de pequeños mamíferos, lagartos y ranas. Cuando se siente amenazada y se vuelve agitada, puede atacar a intrusos con tal fuerza que hasta logra saltar. Se localiza principalmente en México (Chiapas, Querétaro), Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Panamá.

     Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.

EL "LLORO" Antonio Fco. Rguez. A.


EL "LLORO"
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado




     Imagen de Internet

     El “lloro”. En Mecayapan y Tatahuicapan cuando, nace un niño, el padre debe guardar de 21 a 37 días, abstinencia de bebida y sexual, prohibiéndosele además que salga en las noches a vagar. De hacerlo, al niño le podrá pegar “el lloro”, enfermedad sobrenatural que equivale al “mal viento”. Sedeño y Becerril (1985: 50-51). || Greenberg (1987: 151-153) refiere que en Oaxaca, entre los chatinos, el padre del recién nacido debe efectuarse un baño ritual en el río, debe tener cuidado de no estar cerca de una fiesta, de acudir a un velorio o de tocar a una mujer. Si lo hace, el niño puede enfermar y morir, puesto que se piensa que es susceptible a los peligros mágicos durante los primeros veinte días de vida, debido a que su identidad no ha llegado a establecerse por completo. A los 21 días se celebra una pequeña fiesta para descubrir el “tona” del niño, después de lo cual se levantan las restricciones impuestas sobre el ritual. En relación a la abstinencia sexual, se sabe que el acto sexual produce “calor”. Este “calor” cubre al niño en forma de sangre y, por eso, debe ser eliminado. Siguiendo la misma lógica, con el objeto de mantenerse “limpios y frescos” los miembros de la familia y los abuelos deben observar también la  abstinencia sexual. 


    Entre las tribus guaraníes de Paraguay, parte de Brasil y de Argentina, luego del parto de su mujer, el hombre se metía en la hamaca por unos días. Pensaban que el niño estaba aún demasiado unido al padre y lo que le sucediera a él le sucedería al niño.  Por este motivo no cazaba ni salía de su hamaca. Si tenía algún accidente o si veía algo que lo impresionaba, podía dañar al niño haciéndolo enfermar y morir. Así el hombre se quedaba acostado por mucho tiempo.




COVADA. Costumbre practicada por algunos pueblos primitivos que consiste en que, tras el parto, la parturienta vuelve inmediatamente a sus tareas habituales y el marido ocupa su lugar en la cama y adopta la actitud de la madre.



     Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.

INDÍGENAS REVESTIDOS

REVESTIDOS
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO

     Revestidos. Como “revestidos”, “castellanizados”, “urbanizados” se conoce a los indígenas que niegan su origen, hablan español y visten al estilo occidental. Escapan de las viejas formas culturales para ingresar y adoptar a las nuevas de su preferencia. Dejan sus casas con techo de palma, paredes de varas y piso de tierra para vivir en casas de lámina, mampostería y aun de concreto. Compran tecnología moderna como molinos de nixtamal, licuadoras, radiograbadoras y televisiones. Opinan que los demás indígenas son “ignorantes y flojos”, “nada más piensan en emborracharse con sus santos” y “no les importa el progreso, por eso el pueblo está como está”. Empero,  sigue existiendo un sincretismo socio-económico-cultural. Siguen criando gallinas y puercos en sus casas, como complemento a la economía familiar. Su comportamiento continúa siendo rural. A pesar de su modernización, la alimentación no incluye regularmente pan, leche, huevos o carne. Han sido los “progresistas”, o algunos de ellos, cuasi militantes en la liquidación de lo que consideran como algo lamentable, denigrante para el pueblo, y propio de cerrados e ignorantes, quienes tienden a separar más de lo civil de lo religioso, a apegarse más a la ley nacional, a reducir las fiestas y aún a extender la incredulidad de las creencias gentiles, paganas o no cristianas. Todo ello da margen dentro de la sociedad a la dicotomía básica existente en términos de “los de arriba” y “los de abajo”. Otros valores implícitos en su escala de prestigio son la participación política y el alfabetismo. Se comenta que entre los lacandones, los integrantes que desertan para ir a trabajar entre mestizos, creen que así se han superado y, por tanto, frecuentemente renuncian a su familia y en algunos casos se niegan a entender la lengua nativa. Los indígenas y los campesinos continúan siendo los grupos más marginados de las ciudades. Guido Münch (1994: 146); Félix-Báez (1990: 213, 215); Tozzer (1982: 52); De la Fuente (1977: 274, 362) y Williams (2004: 89). || Los totonacos de la sierra de Puebla, cuando un hombre de la comunidad se casa con alguna mujer mestiza, además de llamarle revestido se burlan de él diciéndole "que antes era peoncito de calzón y ahora se siente gente de razón". Le desprecian por haber renunciado a su indianidad. Roldán (1990:90). || Existen, además los que podemos denominar como “Revestidos Obligados”, y son aquellos que por hablar en dialecto, llevar apellidos indígenas y por su forma de vestir y costumbres, son rechazados o ignorados por el resto de la sociedad, considerándolos como ignorantes, atrasados, apestosos, pobres, rurales, de baja calidad social, y que en caso de emplearlos en cualquier trabajo son vilmente explotados. Y ante tales circunstancias, se ven obligados a castellanizar sus apellidos, y a “mimetizarse” en gran parte con la otra sociedad. Rodríguez (2004).

     Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.


jueves, 23 de enero de 2014

EL TEGAL, LAGO DE CATEMACO

EL TEGAL
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO



     Tegal. Del pipil te(t), piedra + gal(i), casa o del náhuatl te(tl), piedra + cal(li), casa: “Casa de piedra”. En el lago de Catemaco, enfrente al canal que separa la isla de Agaltepec (en el cerro de las canoas) de la orilla del lago, se encuentra  una  cueva sobre esta orilla donde los indígenas rendían culto a las deidades del agua, y en la que posteriormente los españoles colocaron a la Virgen del Carmen. Enfrente de la cueva se encuentra una gran piedra, al pie de la cual, sale un vertedero o “nacimiento de agua”, y en la cima de la misma se encuentran “esculpidos”  los pies o sandalias de la Virgen.
Ambas fotos tomadas de Internet

ITZCUINTLI O IZCUINTLI, EL PERRO MEXICANO

ITZCUINTLI O IZCUINTLI
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO


     Itzcuintli o izcuintli. En náhuatl, perro. En plural itzcuintin. Décimo día del mes. Entre los mayas el décimo signo recibía el nombre de Oc y entre los zapotecas el de Tella.  Entre los mayas también recibe el nombre de pek y entre los popolucas el de chimpa. En la época prehispánica había varias razas de perros:
     Itzcuintepotzotli. De itzcuintli, perro + tepotzotli, jorobado, contrahecho. Cuadrúpedo monstruoso que tiene cabeza de perro y dorso de camello (Hern., Clav.). Era más pequeño y apacible que el xolitzcuintli. Tenía largas orejas y como carácter propio una joroba, una gran nariz y un rabo muy corto. Eran blancos, amarillos pálidos o bayos y negros.
     Xoloitzcuintli,  xoloescuintle o xoloescuincle. De xoloitzcuintli, de xolotl, paje + itzcuintli, perro: Perro paje.  Especie de lobo (Hern.) o de perro completamente pelado, que los indios cubrían con un paño para protegerlo del frío de la noche (Sah.). Se encontraba distribuido en toda Mesoamérica. Perro mudo precolonial, privado de pelo. Era del tamaño de un perro de nuestros días, dolicocéfalo, aunque carecía de varios dientes tenía grandes colmillos muy agudos y una larga cola. Medía de 64-76 cm de longitud, con una alzada de 38-46 cm. Tenía como particularidad sin ser pelo largo, sino una pelusa tenue que le cubría el cuerpo. Solamente cerca del hocico tenía unas cerdas largas y retorcidas que le daban la apariencia de tener bigote. Tenía aquí y allá algunas manchas de color negro o amarillo. Y una temperatura de un grado más que la normal. Era oriundo de los pueblos de Teutleco y Tocilan. Este género de perros se utilizó alguna vez como bestias de carga pequeña y como compañeros de viajes. Sahagún comenta que a estos perros desde pequeños se les untaba la resina oxitl, para que se les cayera el pelo y quedaran lisos. Según Irene Joyce Blank (citada por De La Garza), es el Canis africanus, que no es propiamente una raza, sino que resulta de un gene semiletal homocigoto (en la misma camada pueden nacer perros normales con pelo).
Xoloitzcuintli
     Tepezcuintle o tepeiscuincle. De tepeitzcuintli, de tepetl, cerro + itzcuintli, tipo de perro: Perro montés. Cuadrúpedo feroz muy parecido al perro (Hern., Clav.). Una especie de perro montés, ya desaparecida (Galictis barbara, L).  Este perro montaraz, era muy pequeño, pero muy bravo. Tenía, la cabeza, el cuello y el pecho blancos. Era destinado a la caza de topos, hurones, ardillas, etc. ||  Cierto roedor del tamaño de un conejo (Cuniculus paca) comestible, llamado también cuautuza o paca.
     Techichi. De tetl, piedra + chichi, perro: “Perro de piedra”. Tal vez por el color y/o por ser mudo. Llamado también alco. Era absolutamente mudo y de aspecto melancólico. Se lo engordaba cuidadosamente para comerlo. También se lo quemaba y enterraba junto a su dueño (Clav.). Perros pelones y mudos, comestibles. Los mexicanos y también los españoles comían su carne. No habiendo aquí rebaños recién hecha la conquista, se hacían las provisiones de los buques con la carne de techichi, y así es que se extinguió enteramente la raza, la cual era muy numerosa. Para que los muertos llegaran al Mictlan, “mansión de los muertos”, tenían que hacer un largo viaje. El muerto debía de pasar primeramente por el río llamado Apanohuayan. Necesitaba, para atravesarlo, del auxilio de un perrillo, techichi. Para esto hacían llevar al difunto un perrito de pelo bermejo, al que ponían al pescuezo un hilo flojo de algodón. Contaban que cuando el difunto llegaba a la orilla del Apanohuayan, si el perro lo conocía por su amo, lo pasaba a cuestas nadando, y que por eso los naturales criaban a este efecto dichos perritos; lo que hacían con los de color bermejo, pues los de pelo blanco o negro no pasaban el río, porque el de pelo blanco decía: - yo me lavé, y el de pelo negro: - estoy manchado.

     Tlalchichi. Era el perro encontrado al occidente y centro de Mesoamérica. Era dolicocéfalo y enano acondroplásico de cuerpo longilíneo, con una longitud de 62 a 65 cm23 cm de alzada.  Valadez (2003: 127). ||  Según Sahagún y B. Díaz, era un tipo de perro rechoncho y regordete cuya carne es buena para comer. 

     Perro maya. Distribución en área maya. Era de rostro corto (braquicéfalo moderado), cuerpo mediolíneo un poco menor del tipo común. Longitud de 55-57 cm, y 40-45 cm de alzada. Valadez (2003: 128). 


     Loberro. Híbridos formados en el centro de México por cruza entre lobos y perros. Distribución en Centro de Mesoamérica. Era de rasgos y dimensiones intermedios entre lobo y perro: dolicocéfalo, con una longitud de 90-100 cm y 61-65 cm de alzada. Valadez (2003: 97, 129).
     Sahagún reporta otras clases de perro como son el chichi, el tetlamin, teuitzol y xochiocoyotl. Otro nombre o clase es el  de tepechiche.
Xoloitzcuintli
     El principal tianquiztli (tianguis, mercados) de perros estaba en Acolman, al norte de Texcoco, y subsistió algunos años después de la conquista. Refiere Duran (2002: 185-186), que reunían allí los mercaderes perros de todas clases, para gusto, para sacrificar a los dioses y para acompañar a los difuntos.
     Se tenía la creencia de que los perros de México no sabían ladrar. Es una falsa concepción. Su ladrido era muy apagado; los perros europeos acaso provocaron la imitación del ladrido en estas especies. Según Las Casas (1999: 45), en los mercados de Tenochtitlan se venden perrillos que no ladran, sino gruñen, que son buenos, según dicen, de comer.

     Escuincle, escuincla, o escuintle, escuintla. Del náhuatl itzcuintli o izcuintli, tipo de perro.  Despectivo. Niño.

     Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.Analogía con las cosmologías de las culturas mesoamericanas. Incluye diccionario de localismos y mexicanismos.


ECLIPSES VISIÓN PREHISPÁNICA

ECLIPSES VISIÓN PREHISPÁNICA
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO


     Eclipses. Precedentes de la época prehispánica aún se conservan vestigios de los rasgos religiosos de la adoración al Sol y a la Luna y a los demás elementos de la naturaleza.  
     Refiere González (1975: 138), Los eclipses causaban gran temor entre los mexicanos. En las crónicas se mencionan gran número de estos fenómenos, casi siempre relacionados con alguna calamidad posterior: hambre o sequía, por ejemplo. Los eclipses de Sol eran vistos con especial aprehensión, porque se temía que éste desapareciera para siempre. Todo el pueblo –hombres, mujeres y niños-, organizaban gran gritería y se autosacrificaban en piernas y orejas. Además había un sacrificio especial de albinos.

     Según Manrique (1991: 35, 37, 40), el nombre mismo de los eclipses en casi todas las lenguas indígenas de México revela la creencia de que algo o algún ser sobrenatural se comía al Sol o a la Luna. En náhuatl al eclipse de Sol se le llama Tonatiuh cualo (“comedura del Sol”), y el eclipse de Luna se dice Metztli cualo (“comedura de Luna”). Si el eclipse era de Luna, las mujeres preñadas temían que así como la Luna era comida podía suceder con el niño que llevaba en el vientre y que nacería sin labios y sin nariz, o con algún otro defecto o malformación, y para impedir que eso pasara se ponían una navaja de obsidiana en la boca o sobre el vientre para defender al feto de la mala influencia del eclipse. También era creencia común que el niño que una preñada esperaba podía convertirse en ratón por efecto del eclipse de Luna y que eso pariría. En relación a los lacandones, éstos llaman al eclipse chibil, “mordedura” porque creen que un jaguar se come a la luminaria (la Luna o el Sol), y que si se lo comiera por completo, el mundo se acabaría. Para que esto no suceda, rezan pasivamente a Hach Ak Yum, el dios principal y superior a todos, para que lo impida, en contraste con los ritos estrepitosos de los otros grupos mayenses.
     Corona (1976) refiere que entre los purépecha, se le dice cucho a la persona que tiene el labio superior partido. Literalmente cucho significa “tomado por la Luna”.  

     Mariángela Rodríguez (1986: 18, 42) refiere que entre los Mayos: “Cuando hay un eclipse de Luna en todas las casas se hace un “ruidajo”  con lo que la gente encuentra, palos, piedras, tapas de ollas, y las embarazadas no paran de dar vueltas alrededor de la casa, porque si no lo hacen los hijos nacen mal (con defectos físicos), y la gente dice: ‘Se enfermó la Luna porque se peleó con el Sol y hay que hacer ruido para que se alivie’. Cuando se trata de un eclipse de Sol, las mujeres cuidan de taparse la cabeza, ya que de lo contrario cada cabello puede convertirse en una culebra”.
     Thompson (: 288-289) comenta que entre los mayas de la península de Yucatán así como entre los mayas tzeltales y kanhobales está muy difundida la creencia de que los eclipses se deben a las peleas conyugales del Sol y la Luna; el Sol la emprende contra su mujer por sus liviandades cuando vivían en la Tierra o porque es muy chismosa. Los choles palencanos y algunos yucatecos creen que los eclipses lunares los causan un jaguar, una variedad de hormigas llamada xulab en yucateco o algunos demonios. Por doquier es costumbre hacer mucho ruido para distraer la atención del agresor y salvar al Sol o a la Luna agredidos. La gente golpea tambores y botes de hojalata, disparan rifles y cohetes y pega a los perros para hacerlos aullar. Es creencia común de los mayas que la Luna brilla menos que el Sol porque éste le sacó un ojo al quejarse la gente de que no podía dormir por ser la noche tan clara como el día. Otros dicen que perdió un ojo en una pelea con el Sol.   
    
     Ruz (T. ll, 1982: 52), refiere que entre los tojolabales, los eclipses de ambos cuerpos celestes son vistos con grave angustia, pues se teme que una vez derrotados por sus enemigos (el Sol por la Luna enfurecida, y ésta por las b’ajte’, hormigas negras que pretenden devorarla), el fin del mundo sería cierto. Por ello, cuando ocurren, la gente se refugia en la iglesia, tocando campanas, tambores, cuernos, puertas, e incluso instrumentos de labranza para “ayudar” a que se haga nuevamente la luz.
     Tozzer (1982: 114-115, 117, 119, 195), refiere que entre los lacandones el Sol es llamado Kin y la Luna Akna; cuando hay un eclipse de Luna, es momento de gran peligro nacional, el cual aumenta cuando es eclipse de Sol, se dice que Nohotsakyum (El Gran Padre), el cual vive en Yaxchilán,  está enfermo, y se efectúan ritos y ofrendas a los dioses. Todas las personas se abstienen de su trabajo regular y cada familia permanece dentro de su propia casa durante el tiempo de un eclipse. Se puede comer toda clase de animales. Un eclipse lunar es un acontecimiento menos importante y se considera que la hija de Nohotsakyum, Ertup (Pequeña) o Upal (Su Hija), está enferma. En el caso de un eclipse de Sol se celebra un rito con el canto siguiente: Mi más excelente Padre, no permitas que se oculte el supremo fuego. Sal, calor, te pagaré (con una ofrenda), excelente Padre. Sal, calor pobre, veo al dios perseguido. En nada he errado. No me asocio con nadie, oh Padre, no me asocio con mis compañeros, oh Padre.
     Foster (1972: 20), en Tzintzuntzan, Michoacán como en varias culturas mesoamericanas percuten los tambores para alejar al monstruo que, durante un eclipse, amenaza con devorar al Sol; tocan la flauta para ayudar al Sol a salir todas las mañanas.

     Thomas (1974: 98, 104, 113). Entre los zoques de Rayón, Chiapas existe la creencia de que los eclipses de Luna producen la muerte de niños. La luz de velas benditas (san’tu ano’ ‘a) protege una casa durante los eclipses de Sol y de Luna de los brujos, el mal espíritu y los demonios de la naturaleza, que se dice aparecen de noche. Estas velas las proporcionan los rezadores que realizan ellos mismos el rito de bendición; si no se las bendice, se dice que no se encenderán cuando se las necesite. 
     González (1982: 109-110), comenta que los tarahumares se atemorizan cuando hay un eclipse. Dicen que el Sol está enfermo, que hay que aliviarlo y medicinarlo con sus ofrendas y sacrificios, porque si se muere, se morirán ellos también. Ya sea que se desplome y los apachurre a todos; que deje de llover, o que nieve intempestivamente echando a perder todos sus sembrados.

     Bennett y Zingg (1986: 528) comentan de los mismos tarahumares que los eclipses de Sol les provocan enorme aflicción por estar convencidos que se está acabando el mundo, que simultáneamente en toda la sierra se baila el dutubúri.
     Carla M. Rita (1979: 283, 311) comenta que entre los huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca, el eclipse de Luna (acaram mïm kaaw, comer mamá luna) es el que asume gran importancia con respecto a las gestantes pues si éstas no se retiran a sus casas para no verlo, parirán un niño con manchas oscuras en el cuerpo (acaram mikaaw) semejantes a las que aparecen en las manos de las personas ancianas. Cuando se manifiestan en un ojo, el niño nacerá tuerto. Con el fin de que el feto que vive dentro de la luna se asuste y deje de roerla, tocan las campanas de la iglesia durante los eclipses.

     Galinier (1987: 425-426, 429), refiere que para los otomíes la vida sólo puede nacer de la disociación de la Luna y el Sol (o fuego) por lo cual durante los eclipses golpean una coa con una piedra, así como tambores u objetos de metal para tratar de impedir la conjunción de las fuerzas celestes antagónicas de ambos astros. La Luna tiene un aspecto doble, ya que es a un tiempo fuente de vida y amenaza de muerte. Por ello se busca ahuyentar a las fuerzas lunares que ponen en peligro la vida. Refiere que los otomíes temen que las embarazadas expuestas durante los eclipses de Sol o de Luna tengan al nacer niños con labio leporino, un pie deforme, un brazo atrofiado o nazcan sordomudos. Por tal motivo, evitan orinar o defecar afuera durante la noche. 
     López Austin (l, 2004: 413), entre los mexicas, los albinos, hombres de color encendido y niños con dos remolinos en el cabello (yontecuezcomayo) eran entregados al Sol, a la Luna o a Tláloc para aumentar la energía de los dioses cuando los eclipses o la sequía demostraban que éstos estaban hambrientos o en peligro.
      Según Tranfo (1974: 335), entre los otomíes las embarazadas deben portar debajo de sus ropas objetos metálicos, preferentemente un cuchillo el cual cortará el rayo enviado por la luna a la gestante.
     Moscoso (1991: 125-126) estudiando a los tzotziles recoge las impresiones que de los terremotos y  eclipses tienen los brujos y los médico-folk:
     Los médico folk saben que cuando hay un eclipse ya del sol o de la luna, son un castigo o, cuando menos, advertencia de Dios Nuestro Señor, para no seguir haciendo males a los demás en este mundo y en respuesta se hincan con las caras inclinadas hacia la tierra y poniendo todo el corazón elevan las oraciones enseñadas por sus padres para estos momentos de prueba: “Madre Tierra, protégenos, no nos abandones en las manos de nuestros enemigos…”
     En cuanto a los brujos, saben que algunos malos hombres, muy poderosos, quieren llegar hasta Dios, o hasta nuestro padre San Salvador (Sol-Jesucristo) o a la luna  y dominarlos y es por eso que sucede el eclipse. Se sienten temerosos, pues ellos mismos saben que sus obras no son buenas y por lo mismo piensan que aquel temblor (o eclipse) representa el castigo que Dios les ha enviado a ellos. Y por eso, lo primero que hacen es ir inmediatamente a una cueva y en ella rezan a los malos espíritus pidiéndoles su protección.
     García de León (1969: 284), entre los nahuas-pipiles los eclipses de Luna pueden ser la causa de que una mujer dé a luz un niño muerto o deforme. Durante un eclipse las mujeres embarazadas deben quedarse dentro de la casa, y en caso de salir deben amarrarse un trapo negro en el vientre. 
     Huerta (1981: 63-64, 218) comenta que en San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca, a las once y treinta de la mañana del siete de marzo de 1970, en el apogeo del eclipse de sol, cerca de 30 indígenas triquis en el interior del templo, con velas encendidas en sus manos, rezaban atemorizadas por el repentino oscurecimiento. Las plegarias de los triquis apuntaban a desviar las potencias naturales de los astros, rogaban a éstos como dioses en las imágenes de San Pedro y San Pablo, representando el primero al sol y el segundo a la luna. Asimilan las divinidades cristianas a esos astros. Del pleito del Sol (San Pedro) y de la luna (San Pablo) no habría resultados buenos para los que habitamos la tierra (Shischec), considerada otro dios. Esta veneración a los santos como dioses: San Pedro como el sol (Cuhui) y San Pablo como la luna (Yahuí) es una muestra del sincretismo religioso con dominio de la religión vernácula sobre la cristiana.
     Ríos (s/f: 18), nos recuerda una narración del escritor Manuel Rejón García (Marcos de Chimay) sobre el incidente ocurrido durante una pelea sostenida entre mayas y españoles, la cual parecía inclinarse a favor de los mayas, que por el conocimiento del terreno, pensaban emboscarlos aprovechando la oscuridad y el silencio de la noche, no contando con que habría un eclipse de luna (creen que la luna se muere, o la pican un género de hormigas que llaman Xubab) y temerosos de su desaparición definitiva, pusiéronse a tocar toda clase de instrumentos produciendo el mayor ruido posible para salvarla, y perdieron en consecuencia, la pelea indicada, al ser advertidos los españoles de lo que les deparaba la suerte, y salir a su encuentro.
     Winfield (1985: 80-81), relata que en las Higueras, municipio de Vega de Alatorre, Veracruz hay una vieja práctica de arrojar fierros al chilar a fin de prevenir los efectos nefastos atribuidos a los eclipses solares. Y otra manera de evitar la mala influencia de los eclipses consiste en colocar, cuando la planta está floreando, dos cintas, una de color rojo y otra negra sobre una estaca en el campo, de tal manera que queden a una altura mayor que la de la planta, para que sea fácilmente visible.


     Todos estos mecanismos efectuados por los hombres para la defensa de la integridad y perpetuidad de sus astros y/o dioses constituyen lo que se conoce como magia defensiva. Como bien lo comentan Álvarez/ Álvarez (1986: 109), son actos mágicos que a través de medios defensivos (apotropeas), como hacer ruidos, disparos, encender fuego, pronunciar fórmulas mágicas o llevar amuletos, pretenden alejar catástrofes o contrarrestar los influjos maléficos.

     Extraído de mi libro "Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca". Analogía de las cosmologías de las culturas mesoamericanas. El cual incluye un diccionario de localismos y mexicanismos. Ediciones Culturales Exclusivas, Boca del Río, Veracruz, México. 2007.