¡EN
TODO EL MUNDO NO HAY NADIE COMO YO!
En todo el mundo no hay
nadie como yo. Soy dueño de mi cuerpo, mis pensamientos, mis ideas; me
pertenecen las imágenes que ven mis ojos y tengo que saber escogerlas. Poseo
mis propias fantasías, mis sueños, esperanzas y miedos. Dado que soy dueño de
mí mismo, tengo que conocerme íntimamente. Hay aspectos de mí que me confunden,
otros que desconozco. Sin embargo, esté o no de acuerdo con todo lo que soy,
esto es auténtico y representa el momento en el que vivo. Me amo, me cultivo,
me consiento y me felicito, para amarme, tengo que ser yo mismo, amarme con mis
virtudes y mis defectos, mi pasado, mis éxitos y mis fracasos. Descubro mis
capacidades, mis valores, transformo mis defectos en cualidades, lucho por
mejorar. Para cultivarme, me señalo un plan de estudios, de lectura, de
conocimientos que me ayuden a superar, de amigos que sean impulso y soporte de
mi superación. Me alejo de todo ser, hecho, o acto que pueda lesionarme. Para
consentirme me premio de pensamiento y obra porque estoy en el camino de la
superación. Me hago un regalo. Me miro al espejo y le hablo a ese amigo maravilloso
y perfecto que siempre confía en mí. Y me felicito porque, Bueno soy estupendo
¡Me amo!
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