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domingo, 4 de marzo de 2012

EL PIPIL Y EL NÁHUATL

 EL PIPIL Y EL NÁHUATL 
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado 

Imagen de Internet
     

     El pipil es un pueblo indígena, de los más antiguos, descendientes de los teotihuacanos y toltecas, según todas las fuentes, que han vivido en distintas regiones de México (un grupo se estableció en la región de Los Tuxtlas) y en Centroamérica. Por lo que es con los teotihuacanos y toltecas históricos, los cuales hablaban un nahuat (con t en lugar de tl), con quienes parece que los pipiles tienen una relación lingüística mucho más estrecha que con los nahuas más recientes. Se dice que emigraron del centro de México en el período Clásico, alrededor del 700 d.C. 
     Es muy importante hacer la observación de que muchos escritos anteriores a 1941, e inclusive posteriores, hablan indistintamente de la raza teotihuacana y tolteca, lo cual se presta muchas veces a confusión entre ambas etnias. 
     Además, en relación a las diferencias dialectales entre ambos idiomas siempre se antepone el náhuatl clásico a los náhuat-pipiles  los cuales son cronológicamente más antiguos que éste.
     Comenta Aguirre Beltrán (1992: 117), estos nahuats-toltecas no constituyeron una sólida unidad política sino que se hallaban pulverizados en señoríos numerosos, de los cuales siete, cifra mágica, se encontraban en la hoya; a saber: Amatlán, Cosamaloapan, Huey Poctlan, Otatitlán, Poctlantzinco, Tlacotalpan y Tlalixcoyan. Tuztla, también nahuat, ocupaba en realidad sólo parte del pantano, ya que el núcleo principal de su población se había establecido en los valles y eminencias de la sierra de su nombre, el Tuztlantepetl.  A esto informa García de León (1969: 282): el hecho de que su intrusión militarista no haya sido en gran número, casi no afectó o modificó “el equilibrio de un tipo físico más o menos común en toda la costa del golfo”.
     Estos viejos nahuats, a diferencia de las tribus de la misma familia que emigraron tardíamente a la Altiplanicie Mexicana, no usaban el sonido africativo tl, sino el explosivo lingual simple t (Garibay 2001: 23).
     Walter Lehmann en su obra Zentral-Amerika consideró a los dialectos pipiles como “náhuat”, con t, para distinguirlos de los dialectos “náhuatl” de sus parientes, porque aquellos pronuncian el sufijo “tl” como “t”. Este sufijo tan frecuente transformaba una raíz lingüística en palabra independiente (tépetl = monte; raíz tepe).
     Otra característica que tiene la toponimia de la región, consiste en el cambio del morfema HUA, HUI, en BA, BI. Siendo este fonema una característica otomí-chichimeca, es probable que su presencia en esta región se deba a los toltecas regresados, que deben de haber llevado contingentes chichimecas. Por ello podemos concluir que el fonema B, resulta una característica chichimeca-otomí, favorecida por el náhuat de los toltecas primero, y por el náhuatl de México después (Ramírez Lavoighet, 1993: 310).
     Característica del pipil es la de mantener nombres de plantas y animales que no se hallan en el náhuatl y postula que en el estudio de ellas y ellos podría encontrarse el idioma olmeca (Hasler 2003: 12). Supongo que el comentario de Juan de Medina, en su Relación de Tuztla, en 1580: “la lengua que hablan es mexicana, muy tosca y corrompida con otros vocablos diferentes a la mexicana”, tenga relación con esta característica.
     Debido a que los pipiles de México están diezmados y sus grupos separados por grandes distancias, pueden encontrarse entre ellos pequeñas diferencias dialectales perfectamente explicables en esas condiciones. Los grupos pipiles que se hallan situados alrededor de la sierra de San Martín y en sus faldas, hablan un idioma homogéneo, aunque con el hecho ya aludido arriba de que en los Tuztlas el fonema w se ha vuelto b, perdiendo la posición redonda de los labios (Hasler 2003: 19).
Hacia el sur y sureste los habitantes de los Tuztlas colindan con popolucas y con pipiles (nahuas del sur) cuya habla se distingue de la de Los Tuztlas únicamente por conservar el redondeamiento original de w y por no haber monoptonguizado a kw (Hasler 2003: 18).
Suero de Cangas y Quiñones (1928: 176-180), menciona que en la provincia del Espíritu Santo (Coatzacoalcos) se hablaban distintas lenguas: “mexicano corruto”, popoluca, mixteco y zapoteco.
     El idioma pipil en el sur de Veracruz se habla en poblados de Cosoleacaque, Mecayapan, Oteapan, Pajapan,  Tatahuicapan, y en menor número en San Andrés Tuxtla, Soteapan, Minatitlán y Coatzacoalcos. Debido a la aculturación, la mayoría de los pipiles han perdido su lengua indígena pero no así su memoria etnohistórica. Pues, como refiere González Phillips (1993: 5, 9, 15-16), el concepto histórico de “larga duración” explicado por Duby George, considera que en la historia de los sistemas de valores; las transformaciones de éstos operan de manera más lenta que los cambios económicos y políticos, incluso las concepciones y visiones del mundo pueden sobrevivir de un régimen a otro, a lo largo de siglos (aún contando con las influencias de la aculturación).
     Tanto el pipil de Centroamérica como el del Golfo forman parte de una vasta cadena dialectal que he denominado nahua del este, a la que pertenece igualmente el nahua de Zongolica, el nahua del centro de Veracruz y el nahua de la sierra de Puebla (Hasler 2003: 9). Este dialecto es conocido previamente como olmeca-mexicano.
     En Centroamérica numerosos topónimos pipil fueron aztequizados por los mexicas que acompañaban a Pedro de Alvarado, y los propios españoles bautizaron algunos lugares con nombres traídos del Anáhuac, algunos de ellos ya desfigurados por estos mismos. Cosa semejante sucedió en el interior de la república mexicana. La colonización náhuatl del imperio mexica fue tan grande que asimiló el fonema T o lo modificó en TL.
     Otra característica del pipil de Los Tuxtlas, consiste en el cambio de morfema de  CA, CO, CU, en GA, GO, GU. Y en varias palabras de la X por la CH.
Igualmente hay muchas palabras que en lugar del sonido P tienen B por natural confusión de la p con la b, sonido suave que no tenían los nahuas.
     Comenta Gerhard (1986: 36). Las letras u y o son con frecuencia intercambiables, igual que la g y la h;  j, s y x; y ç, s y z. la b y la v se pronuncian igual en español.
     Los náhuatl tenían la costumbre de poner nombres a los lugares por lo que más abundaba en ellos o por alguna cosa notable que se encontrara, y cuando el lugar tenía nombre en otro idioma le ponían su símil náhuatl.
     Glotocronológicamente el pipil es una variedad arcaica del náhuatl clásico de los aztecas.



EL NÁHUATL

     Lengua yutoazteca del pueblo nahua. La palabra o término náhuatl es un  adjetivo y sustantivo que significa: Que suena bien, armonioso, que agrada al oído, que produce un buen sonido, etc.; sagaz, astuto, hábil (Rémi Siméon, 2002). Su vocabulario, comparándolo con el castellano, carece de las consonantes b, d, f, g, r, s, v. Y como lengua se hablaba en dos modalidades: la Macehualllahtoli o idioma del pueblo, que no utiliza necesariamente todos los recursos literarios de la lengua, como son los difrasismos y paralelismos, o las expresiones netamente reverenciales y Tecpillahtolli o idioma de los nobles y grandes señores, de los que cultivan la palabra, y la lengua en que se transmiten los conocimientos, las tradiciones y la literatura (Víctor Linares). Debido a estar acostumbrados a su armonioso idioma, adjetivaban a los no armoniosos como el chontal (chontalli, extranjero) como extranjero; el popoluca, como extranjero, que gruñen o hablan entre dientes o de tartamudos; al nahuat pipil como de niños; al otomí por su rudeza y aspiración de los sonidos como salvajes, y al de los nonoalcos como de nonotli, mudos, por no entenderlo.    
     ¿Qué adjetivos calificativos habrán puesto al zafio castellano de los… conquistadores?
     Tan importante es el conocimiento de los idiomas nativos mesoamericanos para el estudio y comprensión de sus culturas que en varias capitales y ciudades de Europa y Estado Unidos se enseña en sus universidades la cultura y el idioma náhuatl y maya. En Londres, incluso, se estudia arquitectura maya.

     El difrasismo es un procedimiento estilístico de expresión típico de la literatura náhuatl que consiste en aparear dos metáforas, que juntas dan el simbólico medio de expresar un solo pensamiento. v.gr.: in cueitl, in huipilli/la falda, la blusa = la mujer. In atl, in tepetl/el agua, el cerro =la ciudad.
     Mahcehuallahtolli y Tecpillahtolli. La primera palabra se compone de la raíz Mahcehualli, que significa "gente merecida" o "gente del pueblo", y la terminación Tlahtolli, que significa "palabra" o "idioma". Al conjuntarse en una sola palabra, la raíz pierde su terminación li y la segunda palabra la letra t, resultando Mahcehual- lahtolli. A su vez, Tecpillahtolli se compone de Tecuhtli, "gran señor", pilli, "hijo" o "noble" y Tlahtolli, "palabra" o "idioma" (Víctor Linares).

     Para facilitar la mejor comprensión del origen o antecedente del idioma náhuatl tomaré como apoyo la introducción de la obra: lecciones para un curso de náhuatl moderno del  gran nahuatlata David Tuggy T.
      El náhuatl es conocido en todo el mundo como el idioma hablado por los aztecas en la época de la conquista de México. Es el miembro más sureño de la familia yuto-azteca o yuto-nahua, que también incluye el shoshoni, yuto, comanche, luiseño, hopi, pápago y otros idiomas del oeste de los Estados Unidos de Norteamérica, y en México el yaqui, el tepehuani, el guarojío, el tarahumara y el huichol, entre otros. La evidencia indica que esta gran familia tuvo su principio en el sur de California, y que desde allá se ha venido extendiendo hacia el norte y el sur. Los parientes más cercanos del náhuatl parecen ser el cora y el huichol.
     Se habla del náhuatl como si fuera un solo idioma, pero en realidad constituye una familia de idiomas, de los cuales el náhuatl clásico es el más conocido. La lengua clásica ya no se habla, pero hay variantes modernas que son sus descendientes. Ya en la época clásica existían variantes, y hasta hoy han permanecido y se han seguido diferenciando entre sí.
     El náhuatl es relativamente recién llegado a México, en comparación, por ejemplo, con el zapoteco o el mixteco o los idiomas mayanses, que llegaron hace milenios; el náhuatl tiene poco más de mil años aquí. Luego, durante el siglo XV, los hablantes del náhuatl de Tenochtitlan establecieron un imperio con grandes territorios y enorme influencia política, cultural y económica. Estos factores combinaron con el resultado de que las variantes del náhuatl se parecen entre sí mucho más que las distintas variantes de, por ejemplo, el zapoteco. Esto significa que al aprender una variante del náhuatl, hay que hacer relativamente pocas adaptaciones para cambiar a otra variante. Sus diferencias son algo así como las que existen entre el español y el portugués o español e italiano, no como español e inglés o francés y alemán.


Algunas consideraciones del paso del náhuat-pipil al náhuatl clásico

     Algunos  investigadores sitúan a Teotihuacan en los s. l al lX d.C., y desde 1941 la Sociedad Mexicana de Antropología descartó que haya sido fundada por los toltecas, los cuales gobernaron a Tula en los s. X al Xll d.C., algunos investigadores más, refieren desconocer cual fue el idioma de los teotihuacanos. Se infiere que tanto en la metrópoli teotihuacana como en su enclave  de Matacapan, se hablaba alguna variante náhuat, la cual le dio nombre a toda su área de dominio y algunas de influencia; y sus descendientes, los nahua-pipiles llevaron esta misma variante a Cholula, Zongolica, Los Tuxtlas, Chiapas, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
     Durante el Toltecáyotl o esplendor tolteca  corresponde al máximo héroe cultural de Mesoamérica, Quetzalcóatl,  cambiar el sonido explosivo lingual simple t por el sonido africativo tl, creándose así el idioma náhuatl. A la caída de Tula, s. Xll d.C., se originaron nuevas migraciones, algunas a Centroamérica y otras a las riberas de los lagos de la Altiplanicie Central.
     Finalmente en México – Tenochtitlan después del triunfo de la “Doble Alianza” sobre Maxtla, señor de Azcapotzalco, en 1428, el cihuacóatl mexica Tlacaélel profundo conocedor de la herencia cultural recibida de los toltecas, aprovechó de ella cuanto creyó conveniente, pero dándole un sesgo distinto, dirigido fundamentalmente a consolidar el poderío y la grandeza de su pueblo, por lo que inició una reforma en el orden político, religioso, social y económico. Como prioridad, a la recién vencida nobleza tecpaneca la condona y reubica en Tlacopan en 1430, poniendo como rey a Totoquihuatzin, constituyéndose a partir de este momento la “Triple Alianza”.  En lo cultural contando con el apoyo incondicional de su gran amigo y cuñado a la vez, el rey-sabio de Texcoco, Nezahualcóyotl, funda las escuelas universidades del Calmécac y el Telpochcalli, en donde con todo el rico bagaje literario,   crean el náhuatl clásico en sus dos modalidades: el Tecpillahtolli o idioma de los nobles y grandes señores, de los que cultivan la palabra, y la lengua en que se transmiten los conocimientos, las tradiciones y la literatura y la Macehualllahtoli o idioma del pueblo, que no utiliza necesariamente todos los recursos literarios de la lengua, como son los difrasismos,  paralelismos, las metáforas y por supuesto las expresiones netamente reverenciales.

     Extraído de mi libro "Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca". Analogía de las cosmologías de las culturas mesoamericanas. El cual incluye un diccionario de localismos y mexicanismos.

3 comentarios:

  1. Muy buena nota, donde puedo conseguir su libro. Estoy comenzando una investigación sobre los pipil (es) tanto los de México como los de El Salvador. Gracias

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  2. Gracias Silvia R. Probablemente aún se encuentren en librerías Porrúa y EDUCAL, en ocasiones sobre pedido. Seguro, en librerías de San Andrés Tuxtla y de Xalapa, Ver, Avísame si lo consigues. Saludos.

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  3. Gracias!! Voy a ver si lo consigo!

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