Brota el amor… ¿quién negarlo pudiera?
Mis lágrimas, mi flaqueza lo están atestiguando.
Y más testigos hay que vienen a confirmarlo:
mi insomnio sin término, mi corazón que arde,
ella, la bella, me cerró la puerta del amor,
y ella la bella, me abrió la del desdén,
¿no antes el corazón me había robado?
por cinco meses las rosas de mis mejillas se marchitan.
Un adarme de amor: eso quisiera:
sólo tengo en mi contra una inconstancia eterna.
AMARGA AUSENCIA
Ya se fue, me dejó, me dijo adiós:
lo amaba y me dejó sólo la llama en el corazón.
Llorando lo despedí y con ello despedía mi alma.
Ya había pensado en duros sufrimientos:
pero este excede a todo lo conocido.
Mi corazón se lleva… Y, ¿qué sigue palpitando en mí?
¿por qué mi pecho se duele sin medida?
Ni paz, ni sueño, ni vida, ni paciencia
tengo sin él. Decid: ¿Cómo lo hago que vuelva?
Si él regresa, me muero. Pero vivir no quiero.
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