JUNCHUCH, JOONCHU, HONCHI O CHA´TO
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado
JUNCHUCH. Del popoluca Juñisuts, de juñi, hule + suts, muerto: “El muerto de hule”. Llamado El Chato o chilobo entre los nahuas. Es el Señor de la Noche. Trató de matar al Sol para casarse con su hermana la Luna. Vive en las cuevas, caídas de agua y en el mundo subterráneo. Condiscípulo del chaneco, está emparentado con el diablo; por eso, al contrario del chaneco, come carne humana. Enano antropófago, del tamaño de un niño, de piel negra, tiene los pies al revés para engañar con el rastro a sus víctimas. Cabeza en forma de cajete (con un hueco en la parte superior), por lo que carece de sesos, deficiencia que tratan de compensar comiendo los cerebros de los seres humanos; peludo, con cabello largo y ensortijado, tiene enormes colmillos con las puntas para afuera. Tiene los genitales tan grandes que se los pone sobre el hombro para poder caminar, aunque usualmente anda montado en armadillos. Es seducido por la miel de abeja de monte. Es un espíritu silbador. Quienes lo conocen refieren que: “donde el Chato da un grito, se siente en el cuerpo”. Entra a las casas, derrumbando sus paredes, avienta a los hombres al piso, sobre todo a adúlteros y transgresores sociales, para subírseles sobre el ombligo, los mata y metiéndoles la lengua por la nariz les chupa los sesos. Y se roba a las mujeres para cohabitar con ellas. Y a los que cuidan sus milpas por la noche subidos en su tapechtle (especie de tarima alta hecha con varas) el Joonchu para bajarlos y devorarlos, orina y su orina se convierte en hormigas amarillas que suben a picar al vigía. Para algunos es el verdadero dueño de la tierra, el que realmente manda. Los chaneques, incluso, son parte del Chato, y pasan a ser, sencillamente, personas no bautizadas que eran de este mundo. Por ser de hule es invencible a las armas, la únicas formas de matarlo, que muy pocos conocen, es darle con un machete de madera de jonote o de madera del telar de cintura, y la más segura es reírse de él a carcajadas e instantáneamente cae muerto. La risa de incredibilidad por la criatura ordena a nuestro cerebro a eliminarla, aunque, para algunos seres su arma más efectiva para protegerse es no permitir que pensemos en ellos. Son seres diferentes por el sexo; las chilobas son muy hermosas, ostentan senos opulentos. En algunos relatos ocurre que a los que caen en poder de una chiloba les va bien, pues son bien alimentados. La creencia recuerda algunas representaciones de la plástica olmeca, como la cabeza monolítica de Laguna de los Cerros (municipio de Acayucan, Veracruz), con pelo crespo y largos colmillos. Según los sabios consejos de nuestros abuelos y abuelas, los cuales tenían grandes conocimientos de nuestros tiempos muy antiguos y sabían prácticas para librarse de un mal enemigo, en relación al Jonchú, recomendaban que para librarse de él, las mujeres tenían que desnudarse rápidamente de las nalgas y agacharse para mostrárselas, con esto le provocaban gran repugnancia por lo que se iba gritando, llorando lamentablemente, apretándose la cabeza con las manos. Por eso es recomendable que los hombres anden acompañados de alguna mujer. Melgarejo Vivanco (1975: 16-17); Delgado (2004: 76-77, 238-239); Roberto Williams (1997: 43); Guido Münch (1994: 182-183); García de León (1976: 78-79); López Austin (ll, 2004: 248, 292); Covarrubias (1980: 77); Sedeño y Becerril (1985: 192-193, 197). || Chilobo, deriva de Huichilobos, término que a su vez es una degeneración del de Huitzilopochtli y, éste dios es en realidad una advocación de Tezcatlipoca, un dios cojo (García de León, 1969: 296). || Según Delgado (2004: 249) una leyenda cuenta que en el principio del mundo Dios y el Diablo compitieron para hacer varias cosas. Cuando les tocó hacer el machete, Dios hizo uno de madera y el diablo uno de fierro, por lo que se cree que el diablo inventó el metal. Quizá esa sea también la explicación por la que para matar al Joonchu se necesite un machete de jonote o el machete de madera del telar de cintura (tsotsopas). || Según Turner (1973: 69), en Oaxaca, los chontales de los altos, cortan el cordón umbilical al recién nacido con un pedacito de bambú afilado. No usan nada metálico porque creen que si se usa metal el niño se vuelve malo. || de la Fuente (2007:316), comenta que para los zapotecos el uso de arado de hierro enfría a la tierra haciéndola improductiva y acentúa lo frío de las tierras altas.
Consigna García de León (1969:297 y 1976: 84-85), acerca de un relato recogido por Foster entre los popolucas de Soteapan en 1945: se dice que “hace cerca de 4 años una pareja de peregrinos tatahuicapeños fueron devorados por grandes salvajes (chilobos) en el cerro Bastonal, relativamente cercano a la ribera este del lago de Catemaco, cuando iban a la entonces villa de Catemaco a ver a la Virgen. Esto sucedió porque no sabían rezar en latín… Se cuenta que en un tiempo lejano, y en la región de Los Tuxtlas, unos chilobos se comieron a 50 personas que buscaban miel en el monte. Un muchachito logró escapar, se fue al pueblo y avisó “a los obispos”. Estos obispos fueron al sitio del suceso y tras de amarrar de la cintura y embadurnar de miel a un anciano para usarlo como cebo, le pidieron que entrara a la cueva, donde vio los despojos de las víctimas, y halló a los chilobos, éstos lo vinieron lamiendo, porque la miel estaba muy dulce, así fueron saliendo uno por uno de la boca de la cueva, donde afuera los esperaban los obispos para diezmarlos con machetes de telar de cintura, para que no devoraran a más gente.
Incháustegui (1977: 94-95), refiere que entre los mazatecos se conoce como Chato a un ser superior a los chikones. Tiene su cueva por La Regadera y se presenta en forma de macho cabrío o chivo y exige relaciones sodomitas de las que es víctima el peticionario. A cambio les da riqueza. A esta fuerza principal los curanderos le pagan con tal que no robe el espíritu de la gente, y hay que estarle pagando siempre para que no haga daño. Es muy popular en Huautla de Jiménez, Oax.
Extraído de mi libro "Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca". Analogía de las cosmologías de las culturas mesoamericanas. El cual incluye un diccionario de localismos y mexicanismos.
Me gustó mucho este mito del Junchuch. Yo trabajé un mito similar en Yucatán. El personaje aquí es conocido como El Sinsimito. Me gustaría obtener el libro que usted publicó y donde extrajo este mito. Cómo lo puedo obtener. Mi correo es iguanoevia@gmail.com
ResponderEliminar