TLAPOCHE
O CHUPADOR
TLAPOCHE. Del náhuatl tlapocheuhqui,
el que ahúma o ennegrece algo. Los curanderos llamados también brujos o
tlapoche de la sierra poblana, curan de muy diversas maneras. A veces chupan
con la boca la parte enferma para sacar el mal que, como es costumbre, sale en forma de clavos, pelos,
espinas, sapos, murciélagos y toda clase de objetos extraños. Estos objetos son
la corporización de los espíritus causantes del mal, de esta manera se facilita
su expulsión y, para ser totalmente destruidos, son arrojados al fuego
despidiendo olores nausebundos, crepitan
o manifiestan cualquier otro signo insólito. El fuego destruye
completamente la mancilla. Otras veces emplean hierbas, ensalmos, bailes y
sahumerios con copal. Por lo general, están un poco borrachos antes de iniciar
la cura. Nutini e Isaac (1989: 223, 247), Aguirre (1994: 160), Rodríguez
(2004). || En zapoteca estos brujos son
conocidos como benigogoba (gente que chupa). Cuando recorren aspirando
fuertemente con sus labios el cuerpo del paciente crean un ruido peculiar como
del zumbido vibratorio de una abeja; otras veces materialmente chupan la parte
enferma y hacen creer que de ella extraen cuerpos extraños que son los
causantes del mal. Cruz (1946: 121). ||
Refiere Butterworth (1975: 110) que entre los mixtecos de Tilantongo,
Oax., el brujo se pone en trance, salmodia encantamientos incomprensibles y se
pone en contacto con el alma vagabunda del enfermo. El alma revela la causa de
la enfermedad y en que parte del cuerpo del paciente está alojada. Con la boca,
el brujo recorre el cuerpo y cuando encuentra el lugar preciso donde está el
mal, muerde ligeramente sin sacar sangre y comienza a chupar. Un momento
después, se endereza; se saca de la boca el “mal”, que es una piedrita o algún
objeto pequeño, y se lo muestra al paciente declarando que es la causa de la
enfermedad. || Miller (1956: 241)
refiere que entre los mixes algunos de los brujos que quieren curar a la gente
por medio de la operación de “chupar”, recitan oraciones al diablo para que les
dé poder tal como él tiene en su boca, para “que puedan chupar y sacar del
cuerpo de su cliente lo que le está haciendo daño”. || Furst (1972: 22-24)
refiere que entre los huicholes, un mará’akame (chamán) a una paciente
virtualmente paralizada por dolores reumáticos, le diagnosticó que su mal era
provocada por una “flecha de enfermedad”
disparada por el enojo de los dioses por no haber cumplido con una
peregrinación de cacería de peyote a
Wirikúta. El chamán pasó las plumas sagradas por las partes adoloridas, sopló
sobre ellas e hizo un movimiento como escupir. Luego succionó sobre las partes
adoloridas, se hizo para atrás y escupió una mazorca de maíz en la mano,
quitada la enfermedad, ordenó a la paciente propiciar a la deidad ofendida y
cumplir la promesa de la peregrinación. Dos días después la paciente se sentía
muy bien.
Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres
geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.
¿Dónde se puede consultar la bibliografía?
ResponderEliminarRuna, gracias por tu interés. La bibliografía completa está en el libro Los Tuxtlas. En el cual podrás encontrar decenas de temas afines a éste, de todo Mesoamérica. Saludos, bonita noche.
ResponderEliminarHola ¿donde puedo comprar su libro
ResponderEliminarGracias por el interés. Ya casi se agota la edición (salió desde el 2007) pero aún se pueden encontrar en librerías de Xalapa, Hoteles de Catemaco, Ver. Y probablemente aún por Internet. Saludos cordiales.
EliminarHola cómo puedo ir para que me curen
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