RANAS Y SAPOS PLUVIÓGENOS
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO
Las ranas y los sapos representan la
transición entre la tierra y el agua. Al ser un animal anfibio se le considera
unido simbólicamente a la Luna. Para
varios pueblos anuncian las lluvias por lo que empleaban estos batracios en
rituales para atraerlas. En Oriente se dibuja su figura en el suelo o en los
tambores que servirán para acompañar la celestial oración. Algunos de los
indios del Orinoco consideraban al sapo como Dios o Señor de las aguas y por esta
razón temían matar al bicho. Los indios aymaras hacen pequeñas imágenes de
ranas y otros animales acuáticos y los ponen en las cimas de los montes como un
medio de atraer las lluvias. Existe el caso de pueblos que, por el contrario,
piensan que golpeando o matando a estos bichos atraerán a las lluvias. Entre
nahuas y mayas y en varias cosmogonías de Mesoamérica se les consideró
mensajeros de los dioses. Los toltecas lo consideraban dios.
Los nahuas
refieren que a su dios Tlaltecuhtli. De tlalli, tierra + tecuhtli,
señor: “El Señor Tierra”. Los cuatro dioses encargados de crear el mundo por mandato del ser supremo Ometecutli, después de crear el fuego, los cielos y
el agua, crearon la tierra, dándole el carácter de un dios bajo el nombre de Tlaltecutli,
“Señor Tierra”. En su dualidad de mujer, Tlaltecihuatl, figuraba la tierra como
una rana fiera, con bocas llenas de sangre en todas las coyunturas, para
representar que todo lo comía y tragaba. De ella nacieron todos los frutos
necesarios para la vida de los hombres. De sus cabellos se hicieron los árboles,
flores y hierbas; de su piel las hierbas muy pequeñas y las pequeñas flores; de
los ojos pozos, fuentes y pequeñas cavernas; de las bocas ríos y grandes
cavernas; de los agujeros de la nariz valles de montañas, y de los hombros
montañas. Y esta diosa lloraba algunas
veces durante la noche queriendo comer corazones de hombres y no se quería
callar hasta que se los daban, no dejando llevar frutas si no estaba rociada
con sangre humana.
En Mesoamérica se usó su nombre como
topónimos de algunos poblados por ejemplo:
TAMAZULA.
Del náhuatl tamazulin, sapo + lan,
lugar de: “Lugar de sapos”. Municipio
del estado de Durango, o de Tamazula (de Gordiano), municipio del estado de
Jalisco.
TETAMAZULCO.
Del náhuatl tetl, piedra + tamazulin,
sapo + co, en: “En (donde está) el sapo de piedra”. Lugar que marcaba el oriente como
punto cardinal, en la ciudad de México.
GUANAJUATO.
Del purépecha khuanási, rana + juáta, cerro: “Cerro de la rana”.
Los
pueblos indígenas explotaron además sus propiedades curativas para ciertas
dolencias y enfermedades:
SAMBUCO.
Nombre popular con el que se conoce a las paperas. Las cuales eran curadas
poniendo sapos negros sobre las mejillas del enfermo.
CULEBRILLA.
Nombre popular con el que es conocido el herpes zoster. Se curaba restregando
sobre la lesión el vientre de un sapo. Herpes en griego significa culebra o
serpiente.
DENTICIÓN.
Para facilitar la dentición de los niños se disecaban los huesos del sapo y se
le colgaban del cuello.
AMENAZA
DE ABORTO. Se limpia el vientre y el resto del cuerpo de la paciente con un
sapo cuyo vientre se torne rojo; si esto sucede, se le extraen al sapo las
vísceras que son arrojadas al bosque o quemadas directamente en el fuego.
ERISIPELA.
Se toma al sapo de las patas, y se restriega la panza en la parte afectada. Eso
es todo, se observa que la panza del sapo se enrojece y tiende a hincharse,
lo que es característico cuando se les molesta. Regularmente con una curación
se logra curar la enfermedad, si esta persiste se repite una o dos veces
más el tratamiento.
Alberto
Sánchez López. Comenta es una simple
explicación.- El sapo vive en ambientes húmedos y en presencia de suciedad,
bacterias, microbios, etc. Su organismo se defiende secretando una sustancia
venenosa que da cuenta y lo protege del medio que lo rodea. Esa
sustancia secretada por el sapo, la que al restregar la panza a la parte
afectada del paciente mata a las bacterias de manera efectiva y rápida.
Esta sustancia, un hongo penicillium, del abdomen del sapo es similar al requerido
para fabricar las penicilinas, de ahí su acción.
MALES
VARIOS. Los tlapoches o chupadores chupan con la boca la parte enferma para
sacar el mal que, como es costumbre,
sale en forma de clavos, pelos, espinas, sapos, murciélagos y toda clase de
objetos extraños. Estos objetos son la corporización de los espíritus causantes
del mal, de esta manera se facilita su expulsión y, para ser totalmente
destruidos, son arrojados al fuego despidiendo olores nauseabundos,
crepitan o manifiestan cualquier otro
signo insólito. El fuego destruye completamente la mancilla.
En varias culturas tradicionales (impropiamente llamadas primitivas o salvajes) era usado el veneno de ciertas ranas para untarlo en las puntas de sus flechas.
Por último, el veneno del sapo era
utilizado por las brujas.
EL VENENO DEL SAPO
En
1920 la bufotenina (5-hidroxidimetiltriptamina) fue aislada por primera vez por
H. Handovsky como un componente menor del veneno del sapo Bufo vulgaris (Bufo
sp), de donde deriva su nombre, y desde entonces ha sido hallada esta sustancia
psicotrópica en numerosas semillas secas de plantas y en algunos otros
animales.
Estas semillas se fuman troceadas ó se
esnifan tras ser pulverizadas.
Podemos encontrar bufotenina en la piel de
sapo, principalmente en su grasa y como componente activo de su veneno. Las
especies de sapo de cuya piel se extrae la bufotenina son: Bufo viridis,
alvarius, arenarum, mauretaunicus, marinus, paracnemia, crucifer y Calamita
americana.
Horemheb escribió: "Durante siglos,
el sapo ha estado vinculado con la magia y la brujería. Empleado como
ingrediente en los brebajes de las brujas, se suponía que les proporcionaba el
poder de volar.
Sin embargo, ya en 1451 Alfonso de Torado,
obispo de Ávila, sugirió que los vuelos y "decambios de forma " de
las brujas no eran sobrenaturales sino efectos alucinatorios de las drogas de sus
brebajes: un juicio asombrosamente exacto para la época.
Existen pruebas de que las brujas tenían
sapos como animales domésticos o "familiares". Incluso se decía que
las brujas "ordeñaban" a sus sapos. Las comprobaciones de la
bioquímica moderna sugieren que era eso lo que hacían.
Este alucinógeno funciona imitando la
molécula química que lleva mensajes de las células nerviosas al cerebro,
inundándolo de mensajes falsos y distorsionados y produciendo la ilusión del
vuelo. Su efecto psicoactivo consiste de alucinaciones visuales, un juego de
colores luces y formas. Se ha encontrado bufotenina en la sangre y la orina de
personas no adictas, de lo que se deduce que el cuerpo humano puede producir
bufotenina. Es probable que la bufotenina se forme de la serotonina, por una
dimetilación de su función amina.
Como dato curioso, la pulpa del plátano
que está en contacto con la cáscara contiene bufotenina. Ya que esta droga
afecta el equilibrio de los neurotransmisores cerebrales, elevando nuestro
estado de ánimo y la autoestima y, como el descenso de la libido suele estar
asociado con el bienestar psicológico, aquellos que sufren de poca autoestima
deberían incluir el plátano entre sus alimentos básicos.
muy interesante el articulo...gracias
ResponderEliminarMuy amable. Saludos Hunabku
ResponderEliminarExcelente Antonio, quisiera conocer las fuentes de investigación en las que se basó la presente nota.
ResponderEliminarNo se explica lo crucial : los sapos cuyo veneno contiene bufotenina se ordeñaban apretando sus glándulas orientadas hacia un vidrio y el veneno cae sobre el cristal donde se deja secar para, una vez seco, ser fumado en pipas adecuadas
ResponderEliminarSe explica la función y parte de la química de la bufotenina añadiendo incluso: estas semillas se fuman troceadas ó se esnifan (fuman) tras ser pulverizadas, que es parte de la obtención mecánica o crucial. Gracias por el aporte.
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