QUEDARSE
CHIFLANDO EN LA LOMA
ANTONIO
FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO
Chiflando en la loma, quedarse. Refiere
Leovigildo Islas (1961): cuéntase entre campesinos, que un labriego, rendido
por la fatiga, quedose dormido en una loma, bajo un árbol. Se despertó
súbitamente al sentir un cuerpo extraño por los muslos, el cual no era otra
cosa que un corpulento ofidio que ahí le pareció cómodo enroscarse a dormir la
siesta. Como haberse movido a gritar en tales condiciones hubiera sido funesto,
púsose el hombre a silbar suavemente, pidiendo auxilio a unos caminantes que
transitaban a corta distancia, señalándoles al mismo tiempo el lugar donde se
encontraba el inoportuno y temible huésped. Aquellos creyendo que les hacía
señas obscenas, siguieron adelante sin hacerle caso, y así permaneció hasta que
el animal se retiró espontáneamente.
Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres
geográficos, pipil, náhuatl, taíno y popoluca.
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