LA
LAGUNA ENCANTADA
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Yanbigapan o Yambikapan. Nombre indígena de la
Laguna Encantada, en la cual bajaba el nivel de sus aguas en época de lluvia, y
subía el nivel de las mismas en época de sequía. Formada en el pequeño cráter
de un volcán extinto. Tiene 1500 m de circunferencia. Se ubica a 3 km al norte
de San Andrés Tuxtla, a 300 m.snm. Del pipil yambik , nuevo, fresco + a(t),
agua + pan, en, sobre: “Sobre el agua nueva o fresca”. En náhuatl sería
Yancuicapan. En relación a que en época de sequía se encontraba en ella agua
nueva o fresca. Cerca de la orilla de la poza o laguna existe una cueva,
habitada por murciélagos, donde antiguamente adoraban a deidades del agua.
Encontramos en su guanoso interior restos de cirios sobre altares de piedra, siendo hoy uno de los centros de la magia de
la región. || Comenta Gómez Mayorga (1961), esta laguna, de unos 600 a 700 m de
diámetro, fue alimentada por veneros subterráneos como las demás del mismo
género (Tequesquitengo, Zempoala, Valle de Santiago) y con desagüe por grietas
más debajo de la superficie, esta particularidad fue la que la hizo llamar
“Encantada”. || Comenta Medel y Alvarado (1961) que el 20 de noviembre de 1932
y sin causa aparente, se rompió el vaso en la parte más frágil y formando un
túnel de tierra y piedras, vació gran cantidad de su caudal; y como inundó las
tierras planas de labrantío de Sihuapan, los habitantes de aquí vieron en
peligro sus siembras y se reunieron en la rotura del vaso para ver la manera de
remediarlo. Ya listos con picos y palas, discutían la mejor forma de hacerlo el
día 21 como a la misma hora de la rotura, cuando de pronto, se desplomó el
túnel y por si sólo tapó la salida de agua. Pero el 31 de diciembre de 1939
como a las 6 de la mañana, los habitantes de Sihuapan oyeron un ruido muy
extraño y saliendo a inquirir la causa, sólo les dio tiempo a subirse a los
árboles y techos de sus casas, al suponer que era el agua de la laguna, que por
estar en parte muy alta y cauce sinuoso, avanzó con furia incontenible,
arrastrando cuanto encontró a su paso, como árboles, tierra, piedras de todos
tamaños, incluso gallinas y marranos de esa ranchería. La inundación duró más
de 3 horas y el nivel de la laguna bajó 4 metros que ya no recuperó; y así
quedó abierto el desagüe que se ve en forma de cascada formando un nuevo
arroyo, conocido como Arroyo Seco, afluente del de Sihuapan, a 2 km hacia
abajo, y este último desemboca en el Comoapan.
Comenta Pasquel, que según la tradición, una
princesa tuxteca, deseosa de contribuir a la prosperidad de su tribu, hace
cientos de años, se ofreció en sacrificio a los dioses con una condición: que
no faltara nunca el agua en la región. Los dioses generosos y magnánimos,
aceptaron la transacción. Tomaron la hermosa y regia ofrenda y dispusieron que
la laguna de Comoapan resurgiese cada vez que las lluvias faltasen, a modo de
sustituirlas, podría decirse, y disminuiría su nivel cuando la temporada de
aguas estuviese en su esplendor. A fe que si la leyenda es sólo un mito, el
encantamiento es bien cierto. Dentro de las especies acuícolas encontradas
están: langostino o pigua (Macrobrachium carcinus), pepesca de Catemaco
(Bramocharax caballeroi), etc.
Tomado de mi libro “Los
Tuxtlas nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca. Analogía con las
Cosmologías de las Culturas Mesoamericanas. Incluye Diccionario de localismos y
mexicanismos. 2007. Ediciones Culturales Exclusivas, Boca del Río, México.