JARDÍN
NOCTURNO
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Esta mañana, saliendo
de mi absorto, veo con azoro ¡Cómo corre el día! Y yo, sentado escribiendo…
parándome solamente para servirme una nueva taza de café. ¡Ah, pero estoy
recordándote! y plasmando mis pensamientos en esa hoja en blanco, que
desesperada por recibir mis líneas empezaba a amarillarse.
Espero que siga
corriendo raudamente el día para que llegue más pronto la noche.
Sí, porque esta noche
de frío invierno, saldré a verte. ¿Sabes… te extraño? ya deseo estar contigo,
añoro tu presencia; la dulzura nocturna que tienen tus labios al besarme; el
fulgor lunar de tus ojos al mirarme, y el eclipse pupilar que tus pestañas
provocan al entrecerrar los ojos… al hablarme.
¡Cómo deseo abrazarte!
convertir este frío invierno en un cálido verano, y así, tu cuerpo se llene de
rocío y exhale la fragancia de las flores; que retornen a tu piel los hermosos
y primaverales colores, y rejuvenezcan nuestras mustias almas como capullos de
rosas aterciopeladas.
Si el día pasó fugaz,
la noche… será eterna.
Xalapa, Ver. 04/12/20