LAS
CARTAS DE AMOR
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Llegue a buscar a mi
esposa a la escuela, ella no terminaba aún de impartir sus clases al nuevo
grupo de alumnos. Al verme, me invitó a pasar al salón y me presentó con sus
pupilos. Platicamos un rato con ellos. Al decirles que me gustaba la poesía,
una linda muchachita me pidió que les declamara algo. Tras recitar uno de mis
viejos poemas, ella empezó a llorar, compasivamente me acerqué y le pregunté
por qué lloraba. Sollozando, me miró con sus ojos anegados en llanto, tomó mis
manos y las apretó entre las suyas, atrayendo mi cuerpo al de ella, y
balbuceando me dijo: Después de quedar huérfana de padre, descubrí a mi madre
leyendo unas cartas de amor, se puso nerviosa, intentó ocultarlas, y,
finalmente me confesó un secreto que había guardado por varios años, me dijo
que el autor de esas cartas había sido mi verdadero padre. A partir de
entonces, nos reuníamos, ella me mostró una foto de él, y me empezó a leer sus
cartas, varias con dibujos de corazones y con románticos poemas que al parecer
habían sido escritos por un hermano de él. Así fue que me aprendí todos esos
hermosos poemas. Y hoy, al empezar a escucharte, sentí un vuelco grande dentro
de mi pecho, mi corazón se embargó de felicidad y de tristeza, y viéndote
declamar el poema que más nos gusta a mi madre y a mí me recordaste la cara de
mi padre.
Xalapa, Ver. México.
07.05.2020