LAS
MUJERES
Mario
Vargas Llosa
Imagen Internet
Todas las mujeres
bellas son las que yo he visto,
las que andan por la
calle con abrigos largos y minifaldas,
las que huelen a limpio
y sonríen cuando las miran.
Sin medidas perfectas,
sin tacones de vértigo.
Las mujeres más bellas
esperan el autobús de mi barrio,
o se compran bolsos en
tiendas de saldo.
Se pintan los ojos como
les gusta
y los labios de carmín
de chino.
Las flores del desierto
son las mujeres
que tienen sonrisas en
los ojos,
que te acarician las
manos cuando estas triste,
que pierden las llaves
al fondo del abrigo,
las que cenan pizza en
grupos de amigos
y lloran solo con unos
pocos,
las que se lavan el
pelo y lo secan al viento.
Las bellezas reales son
las que toman cerveza
y no miden cuantas
patatas han comido,
las que se sientan en
bancos del parque con bolsas de pipas,
las que acarician con
ternura a los perros que se acercan a olerlas.
Las preciosas damas de
chándal de domingo.
Las que huelen a mora y
a caramelos de regaliz.
Las mujeres hermosas no
salen en revistas, las ojean en el medico,
y esperan al novio ilusionadas
con vestidos de fresas.
Y se ríen libres de los
chistes de la tele,
y se tragan el fútbol a
cambio de un beso.
Las mujeres normales
derrochan belleza, no glamour,
desgastan las sonrisas
mirando a los ojos,
y cruzan las piernas y
arquean la espalda.
Salen en las fotos
rodeadas de gente sin retoques,
riéndose a carcajadas,
abrazando a los suyos
con la felicidad
embotellada de los grandes grupos.
Las mujeres normales
son las auténticas bellezas,
sin gomas ni lápices.
Las flores del desierto son las que están a tu lado.
Las que te aman y las
que amamos.
Solo hay que saber
mirar mas allá del tipazo, de los ojazos,
de las piernas
torneadas, de los pechos de vértigo.
Efímeros adornos,
vestigios del tiempo, enemigo de la forma y
enemigo del alma.
Vértigo de divas, y llanto de princesas.
La verdadera belleza
está en las arrugas de la felicidad.