¿MÍA?
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Te digo mía,
aún, cuando tu corazón
no me pertenece,
aún, siendo esclavo
del amor que siento por
ti,
aún, temiendo
que nunca seas para mí.
Te amo,
y este amor...
es lo único mío.
Xalapa, Ver, 17.08.23
¿MÍA?
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Te digo mía,
aún, cuando tu corazón
no me pertenece,
aún, siendo esclavo
del amor que siento por
ti,
aún, temiendo
que nunca seas para mí.
Te amo,
y este amor...
es lo único mío.
Xalapa, Ver, 17.08.23
PIENSO
MUCHO EN TI
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Sí, también pienso mucho
en ti
Y te extraño tanto,
Que me duele el no verte,
Al no estar contigo.
Todo lo que más deseo
Es estar juntos,
A solas,
Para verte a mis anchas,
Para abrazarte sin
preámbulos
Y sin palabras,
Solamente gozando
Tu cuerpo entre mis
brazos,
Sintiendo tu calor, tu
aroma
Y el halito de tu
jadeante respiración,
Así como tu mirada de
complicidad,
Porque sabemos que lo
nuestro…
Es algo prohibido.
Deseo tu entrega
Sin pensar…
Qué pasará después.
Xalapa, Ver. 12.08.23
ME
PREGUNTO
Gloria
Echeagaray Blancarte
GREB
¿En qué momento irrumpiste
en mi camino
y en cuál instante te volviste
imprescindible?
En un suspiro ardió como lava
esa paz que guardaba,
no supe que pasó
ni quiero saberlo.
¡Te amo... bien lo sabes!
P.D. Recuérdame:
¿Dónde
me quedo contigo?
Y recuerda qué:
por cada palabra dicha
Te repito
¡Un… te
amo!
Mazatlán, Sinaloa, México 30.07.22
MUJER
NATURA
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Amo y disfruto con placer el mundo en que vivo, con todo y su natura.
Amo la humanidad, con
toda su diversidad y su cultura.
Adoro y respeto a la
mujer, a la madre, a la esposa y a toda la familia.
Gozo a plenitud la vista
del mar y del cielo reflejada en unos ojos azules,
La vista de la selva y
los campos en unos ojos verdes.
La vista de la tierra en
los ojos cafés y negros.
Me encanta ver los
colores del amanecer
y del arcoíris en tu
hermosa sonrisa.
Escuchar el murmullo del
río y de la fuente en tu armónica voz.
Sentirme amado y
protegido entre tus brazos,
y oler los dulces aromas
del jardín en tu perfumado cuerpo.
El brillo de tus ojos son
el faro de luz que ilumina por siempre el camino a seguir hacia ti.
Eres mi oasis, mi paraíso
y mi motivo para vivir,
Te amo, mujer de los
labios de los besos de mil sabores.
Xalapa,
Ver. México 19.07. 23
AMIGA
AMANTE
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
De un tiempo en adelante
Mi querida y admirada
amiga
Te volviste mi anhelada amante.
Mientras la vida siga
La amistad y el amor,
Se funden en el instante
Preciso cual abrazo
ceñidor.
De esta relación es
testiga
La noche intima…
y el
albor.
Xalapa, Ver. 22.04.23´
CELOS EN LA DISTANCIA
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Cariño, a pesar de que me
ignoras, siempre te seguiré queriendo. Te quiero y me gustaría compartir
contigo muchos años más. Feliz Cumpleaños, te mando un fuerte abrazo. Siempre
en mi ❤. P.D. No te enojes más, que esos días nos
restan tiempo.
Amor, no estoy molesto contigo, sino
conmigo mismo. Mis celos crecen directamente proporcional a la distancia que
nos separa. Estos mismos celos que han sido la causa de mi locura, de mi
incertidumbre y de mi ceguera; son quienes más han herido a mi propio corazón y
al corazón de la mujer que amo… tú.
Te aclaro, y bien lo sabes, que
afortunadamente estos celos han representado efímeras y oscuras nubes, que la inmensa
luz y la sinergia de nuestro gran amor han difuminado y apartado de nuestras
vidas. P. D. Te ama… tu berrinchudo.
Xalapa. Ver. 26.03.23
BESO
CANDENTE
Antonio
Francisco Rodríguez Alvarado
Reapareces y tú pabilo incendia
de pasión mi explosivo
corazón
y mi sangre corre
llameante
por mis venas como río
Flegetonte,
y el Leteo se asoma
a la fuente Mnemósine
y vuelvo a recordar
y a revivir,
en el Paraíso de Los
Campos Elíseos,
aquella tarde pletórica
de amor y de deseos,
en que te besé
por vez primera... bajo
la lluvia.
H. Veracruz, Ver. México
23.03.2023
NIEBLA
EN MAZATLÁN
José
Ángel Espinoza Aragón
“Ferrusquilla”
La niebla borró el mar esta mañana
Y el barco en que te
alejas lo adivino,
Como adivino el agua,
porque no la veo,
Como tampoco veo el
barco matutino;
Pero tú vas en él, vi
que subiste…
Saqué el pañuelo para
despedirte;
Pero la niebla me
cubrió y ya no me viste.
La niebla borró todo
para mí esta mañana.
LA
LEY DEL KARMA
Fechorias infantiles
Antonio
Francisco Rodríguez Alvarado
Recuerdo que cierta tarde, hace unos 3 años, me encontré en Catemaco, a mi amigo el Ingeniero Sergio Emilio Brizuela Absalón, él me invitó a platicar en su Café. Y dentro de la conversación hablamos de nuestra infancia, entre tantos temas le comenté que, en el pequeño hotel, ya desaparecido que estaba ubicado en el callejón que baja de su casa al malecón. Yo, a mis 8 o 9 años, llevaba ocasionalmente clientes y nos recibía el dueño, un señor de unos cincuenta a sesenta años de edad, relativamente alto, de tez morena clara, que vestía ropa color caqui, tipo militar. Él, en agradecimiento, me compensaba con un billete de un peso en cada ocasión.
Debo confesar, que
algunas veces se le caía del bolsillo algún billete de a peso, el cual yo
recogía sin devolvérselo. Pero, la vida me estaba cobrando mis fechorías, pues
ahora, continuamente al que se le caen billetes, sin darse cuenta, es a mí. Sergio,
ponía cara de incredulidad a mí relato, y al término de éste, sonriendo, me
dijo: - ¡Cabrón, él era mi papa!
Xalapa, Ver. México. 11.02.23
ARREPENTIDO
Antonio
Francisco Rodríguez Alvarado
Me siento arrepentido.
Le dije: - ¡Te deseo... una
bonita noche!
Y mejor le hubiera dicho:
- ¡Te deseo... cualquier noche!
Así, no esperaría...
tanto.
P.S. Y no, no tuve el
valor, el atrevimiento, de decirle:
- ¡Te Deseo… esta noche!
"Por eso, ser sincero, es ser potente" dijo un día Rubén Darío, refiriéndose a la potencia expresiva.
Xalapa, Ver. 10.02.23
RECLAMO
Antonio
Francisco Rodríguez Alvarado
Tus ojos, como dos dardos de Cupido
se clavaron muy dentro de
mi pecho
y mi adolorido corazón
me pidió que dejara de
mirarte,
para romper este embrujo,
pues él, aún sigue lastimado...
de esos mismos dardos.
Xalapa, Ver. 10.02.23
BALADAS
Y RECUERDOS
Antonio Francisco Rodríguez Alvarado
Para hoy, agendé tantas
cosas, que nunca suelo realizar. Ah, pero me encontré una memoria con música de
los mejores baladistas románticos, y aquí estoy, entre alegrías y nostalgias, deleitándome
de los recuerdos, y entre ellos... imperas tú.
Todo lo demás puede
esperar…
Inolvidablemente sigue
tibio el nicho de tú amor... en mis sentimientos, en mi corazón, en mis
pensamientos y en toda mi piel.
Xalapa, Ver. 05.02.23
ELENA
Y LA CURANDERA
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado
Elena, algunas noches
llenas de estrellas, recuerda su viaje nupcial. Iban en auto a su Luna de Miel
ella y su marido, y de improviso un chirriar de neumáticos que terminó en un
estruendoso ruido al golpear contra un muro de contención, terminó también, con
la vida de su pareja. La contusión le hizo perder a ella el conocimiento, y
cuando lo recuperó no se percató de lo que acababa de suceder, salió obnubilada
del vehículo, abandonó la carretera y se internó en un pequeño claro del
bosque. Dos días después, fue hallada y rescatada, a la vera de un arroyo, por
una familia de campesinos que vivían cerca del lugar. Al preguntarle sobre su
estado físico, se dieron cuenta que estaba amnésica, y así, al llegar a la
choza le ofrecieron una tisana caliente y comida, y posteriormente le curaron
parte de los golpes y escoriaciones que su cuerpo presentaba. Le venció el
cansancio y se quedó dormida arriba de un catre.
A la mañana siguiente, al
abrir Elena los ojos, lo primero que vio fue la cara de la señora, que estaba
sahumándola, a la vez que rezaba en un idioma desconocido para ella. Ambas
sonrieron, una queriendo infundirle confianza, y la otra, agradeciendo la
amabilidad de sus cuidados. Se tomaron de las manos y se quedaron viendo mutuamente
a los ojos, leyéndose el alma que se encontraba dentro de ellos. Del sahumerio se desprendía una fragante
infusión de orquídeas, y un melodioso canto de amor, fresco y delicioso,
reemplazó las oraciones. La sonrisa y el toque de las manos de la señora hacían
florecer la salud y las fuerzas del delicado y fino cuerpo de Elena. Ésta
empezó a recobrar la memoria y dentro de su desolación y de la desdicha de su
amor, de los luceros dormidos de sus ojos escapó un sosegado llanto, y desde su
pecho hondos y quejumbrosos suspiros que se impregnaban de la sublime esencia
de la orquídea.
Sus oídos, escucharon la
onírica voz de la señora que le decía: - Hija, siento tan míos tu dolor y las
lágrimas de tus ojos, qué de ahora en adelante, tu llanto sólo será visto por
las estrellas bajo el cielo tranquilo de la noche.
Xalapa, Ver. 28.12.2022
LOS MÉDICOS
Fábula de Jean de La Fontaine
El doctor Tantum Melius fue a visitar a un
enfermo a quien asistía también el doctor Tantum Pejus. El primero confiaba, y
su colega sostenía que pronto estaría el doliente en el otro barrio. Cada cual
propinó su tratamiento, distinto por supuesto, y el enfermo rindió su tributo a
la naturaleza, después de aceptar los consejos del doctor Tantum Pejus.
EL
BESO DEVUELTO
Jean
de la Fontaine
Paseaban Juan y Juana por la villa,
Y un señor que halló a Juana de su gusto,
Dijo a Juan: ¿Quién te dio esta maravilla?
Déjame que la bese, y como es justo.
Tomarás tu desquite
Cuando entre los casados yo milite.
Acepto, dijo Juan, con mil amores
A condición que nada el pacto tuerza.
Besóla luego el otro, y con tal fuerza,
Que Juana se volvió de mil colores.
Casó ocho días después el caballero.
Y Juan tomó el desquite con esmero.
Y así dijo: “Señor, de haber sabido
Que erais tan leal y fiel a lo pactado,
En vez de haber a mi mujer besado,
Podriais muy bien con ella haber dormido”.
Jean de la Fontaine
(1621-1695) escritor francés que produjo las fábulas más famosas de los tiempos
modernos. En 1683 fue elegido miembro de la Academia Francesa, pese a la oposición
de Luis XIV. Su obra influyó en gran número de escritores. Sus fábulas se
distinguen por su agilidad e ingenio narrativo, así como por el amplio y sutil
conocimiento que el autor tenía de la vida. Sus cuentos y relatos están
inspirados en el Decamerón de Giovanni Boccaccio, el Heptamerón de Margarita de
Navarra, y Los cien nuevos cuentos supuestamente escritos por Antoine de La Salle,
pero La Fontaine introdujo numerosas variaciones en estas historias, con una
prosa y un ingenio únicos. También escribió poemas, libretos de ópera y obras
de teatro. Entre éstas destacan el relato romántico en verso y prosa Los amores
de Psique y Cupido (1669). La Fontaine murió el 13 de abril de 1695 en París.