EL
DECALOGO DE BERTRAND RUSSELL
TOMADO DEL BLOG RECUERDOS DE PANDORA
Bertrand
Russell fue un gran matemático y uno de los filósofos más influyentes del siglo
XX. Luchó a lo largo de toda su vida en contra de las supersticiones
milenarias, pero no enfrentándose directamente a ellas, sino divulgando la
razón a través de sus libros, sus ponencias y en cualquier oportunidad que se
encontrara por el camino.
El
16 de diciembre de 1951, aprovechó una colaboración para la New York Times Magazine
para divulgar una vez más la razón, mediante un artículo titulado The best
answer to fanaticism: Liberalism. Al final de este artículo, Russell exponía un
decálogo que, según él, todo profesor debería desear enseñar a sus alumnos.
Posiblemente el decálogo -al que Russell
se refirió como mandamientos- no sea una enseñanza completa en sí, pero enseña
los pasos necesarios que toda persona ha de intentar dar para encontrarse con
la razón y alejarse de todo tipo de supersticiones y creencias sin fundamento
alguno.
1.
No estés absolutamente seguro de nada.
2.
No creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por
salir a la luz.
3.
Nunca intentes oponerte al raciocino, pues seguramente lo conseguirás.
4.
Cuando encuentres oposición, aunque provenga de tu esposo o de tus hijos, trata
de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que
dependa de la autoridad es irreal e ilusoria.
5.
No respetes la autoridad de los demás, pues siempre se encuentran autoridades
enfrentadas.
6.
No utilices la fuerza para suprimir las ideas que crees perniciosas, pues si lo
haces, ellas te suprimirán a ti.
7.
No temas ser extravagante en tus ideas, pues todas la ideas ahora aceptadas
fueron en su día extravagantes.
8.
Disfruta más con la discrepancia inteligente que con la conformidad pasiva,
pues si valoras la inteligencia como debieras, aquélla significa un acuerdo más
profundo que ésta.
9.
Muéstrate escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incómoda, pues más
incómoda es cuando tratas de ocultarla.
10.
No sientas envidia de la felicidad de los que viven en el paraíso de los
necios, pues sólo un necio pensará que eso es la felicidad.
Estos
diez mandamientos, difícilmente resumibles, nos enseñan a ser escépticos, pero
sin cerrarnos a posibles evidencias que desconozcamos; A respetar al resto y
permitir que todos expongan su opinión, sin que nadie la intente imponer a la
fuerza mediante el miedo o la opresión; A seguir adelante con nuestras opiniones,
por muy excéntricas que sean; A ser franco y no ocultar la realidad, aunque
esta vaya en contra de nuestro propio beneficio.
Ni
la fuerza, ni la autoridad, ni la mentira tienen valor alguno en un mundo donde
únicamente ha de triunfar la razón, por encima de todo.