EROEUTANASIA
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO
hubiera
preferido su silencio,
una
sonrisa,
algo
que me doliera menos que un adiós.
Sus
labios candentes otrora de amor
ahora
quemaban mi alma
hasta
convertirme
en
lo que antes era… en nada.
Mucho
dolor… y sin embargo
mucho
que agradecer:
ella
no sólo me hizo morir,
también
me hizo nacer.
Feliz
eutanasia de amor
por el privilegio
de
haber sido amado
por
la vida que me diste.
Sigue
tu camino,
hacia tu felicidad...
P.D.
Fuiste en mi vida el Bienvenido… Adiós.
Xalapa,
Ver. 7 de agosto 2013.