CHALUCAS
(HÉROE CULTURAL ZOQUE) CONTRA LOS YUKPÚN
Chalucas. Los Cordry (1988: 93-95, 97-98) refieren
que por aquellos tiempos, cada año en la noche del Viernes Santo venían a
Tuxtla Gutiérrez de catorce a quince gigantes negros. Estos hombres eran muy
malos y la gente los llamaba yukpún. Entraban a las casas cortando las cabezas
de la gente mientras estaban dormidas. Luego se llevaban las cabezas sin que
nadie supiera por qué. Cada año crecía el miedo de la gente, así que durante
esa noche muchos acudían a las pequeñas iglesias de barrio quedándose hasta el
amanecer.
Chalucas
(el héroe cultural de los zoques) estaba muy disgustado por este estado de
cosas, así que en cierta ocasión, durante el Jueves Santo envió a su mujer a
comprar una cantidad de sal, “cal viva”, y una porción de chile piquín. La
mujer molió la sal y el chile, los tostó y puso el polvo en dos calabazas (pokhoí).
Después, Chalucas
dijo a su mujer que preparara tortillas y pozol, porque se iba de viaje. Cuando
todo estuvo listo, se dirigió a donde él sabía que se encontraría con los yukpún.
Caminó y caminó hasta que, casi oscureciendo, los encontró.
Los yukpún
preguntaron: “¿A dónde vas?” y Chalucas respondió: “A un lugar adelante”.
Entonces los yukpún dijeron: “Esta noche termina tu vida, vamos a arrancarte la
cabeza”.
“Muy
bien, muy bien”, dijo Chalucas. “Pero estoy hambriento, ¿me permitirían tomar
mi cena primero? Después les daré mi cabeza con todo gusto”.
Los yukpún
estuvieron de acuerdo, así que Chalucas se sentó y comenzó a sacar sus cosas de
la bolsa. Los yukpún se sentaron en círculo cerca de él.
“¿No
quieren comer?”, preguntó Chalucas.
Para este
tiempo ya estaba muy oscuro y Chalucas comenzó a arrojar sal y chile a los ojos
de los yukpún. Por supuesto, no podían ver, así que Chalucas les cortó
rápidamente la cabeza. Puso dos cabezas en su bolsa para llevárselas a enseñar
a la gente de Tuxtla.
Chalucas
fue muy inteligente y toda la gente quedó muy agradecida. En otras ocasiones
cuando la gente esperaba la lluvia, Chalucas hablaba al moyó y la lluvia caía.
También era amigo de los wayacú y estaba autorizado por ellos de sacar lo que
deseara de la cueva de Mactumatzá. Generalmente sacaba fruta que vendía a los
hombres a punto de casarse para que ellos formaran su Mayá-Humí (Mayá, novia; Humí,
obsequio de frutas), es decir, el regalo especial de frutas que los hombres
ofrecen a sus prometidas en el momento de la boda.
En otra
ocasión, el hombre que vendía el mejor maíz en todo el pueblo no le quiso
vender a Chalucas, éste muy enojado quiso castigarlo. Rezo algunas oraciones en
el nacimiento del río. De inmediato fue cubierto de una especie de concha, como
de tortuga, con un pequeño orificio que le permitía ver. Saltó al río y comenzó
a rodar. Rodó y rodó, y mientras rodaba río abajo, la concha recogía todo lo
que encontraba al paso; árboles, palos, lodo y piedras. La Puchá (bola grande), se hizo
más grande que una casa. Entre más rápido rodaba, más cosas se le pegaban,
acercándose peligrosamente a la parte más estrecha del Sumidero, así que cuando
la gran bola lo tapara todo el mundo se ahogaría. La gente de Tuxtla
atemorizada acudió con los ancianos los que pidieron ayuda al moyó, él sugirió
que la gente danzara, pero Chalucas no les prestó atención; aún más
atemorizados porque la bola se acercaba más al Sumidero, los ancianos acudieron
nuevamente con el moyó quién dijo: “Sólo hay una cosa que hacer. A lo mejor Chalucas
sale a ver a su mujer”. Por aquella época la gente entendía de magia, así que
uno de los ancianos se transformó adoptando la apariencia de la mujer de Chalucas.
Cuando la gran bola se acercó, la mujer estaba parada en la orilla del río
gritando: “¡Chalucas!, ¡Chalucas!, vení, tomá tu pozol. Soy la única aquí. Aquí
están tus tortillas, soy tu mujer y nadie va a dañarte”. Chalucas que ya tenía
mucha hambre, salió al encuentro con su mujer. Previamente, los ancianos habían
hablado con el Cangrejo Dorado (Oro Esé) quien esperó por el hoyo por donde
Chalucas asomaría la cabeza y en cuanto así lo hizo, ¡zas!, el Cangrejo Dorado
se la cortó completamente. La
Puchá aún está en el río.
Yukpún. Del
zoque colonial yecpuen, a su vez de yec,
negro + puen, hombre: “Hombre Negro”.
Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres
geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.
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