RAMEADAS
O LIMPIAS
Limpias. Las “rameadas” o “limpias” se
basan en el principio de la transferencia del mal, puesto que el huevo, la
gallina negra, las hierbas, los minerales y ciertos objetos que son utilizados
absorben o eliminan, mágicamente, todo aquello no visible o sobrenatural que
daña a una persona, quedando así el enfermo limpio del hechizo o enfermedad
sobrenatural. Scheffler (1992: 26). || Estos medios infectados, a su vez,
pueden transmitir el daño si alguien los toca o se pone en contacto con ellos,
ya sea pisándolos con los pies descalzos o recogiendo yerba ya arrancada en los
caminos y patios. Escupir sobre la yerba
es la mejor manera de retirar ese maleficio. En relación con la saliva, pienso que
puede haber un nexo en su mismo significado indígena. En zapoteca se le conoce
como nizaxiñi (de niza, agua + xiñi, corrompida), de ahí la costumbre de andar continuamente
escupiendo y en este caso neutralizando con la misma saliva el poder
sobrenatural asimilado en estos “remedios”. Es tanto el poder de la saliva que
los tarahumares, según González (1982: 114), cuando encuentran una serpiente de
cascabel, escupen para que no les dañe. Avilés (2007: 35-36), refiere que para
un dolor de estómago solo basta saliva untada y unas cuantas pizcas de ceniza
tibia restregada en forma circular, y siempre para donde recorren las manecillas
del reloj. Y mejora aún más si come un poco de cenizas. Para el dolor muscular
de piernas, espalda, brazos y cintura, se acuesta al paciente en un petate al
lado del fogón, se echa sal en la boca y se unta, masajeando lenta y
constantemente, restregando después ceniza con la mano. Igual método sirve
también para dolores de cabeza y de garganta. Finalmente en las noches se unta
bastante saliva y se envuelve bien para que sude. || Ramírez Castañeda (1987:
17, 125), refiere que entre los vínculos vitalicios de la comunidad de los
huaves, en Oaxaca, está el que cuando una persona se enferma las hojas ya secas
usadas en la curación se llevan a la calle para que todos la pisen y hagan
disminuir la enfermedad al regarla por todos lados y así ésta se pierde, se
reparte. Vease Micayobi.
Refiere Vogt que entre los mayas la
gallina negra era el k´exol o “sustituto” del paciente por lo que el chamán
sacrificaba una e intercambiaba su
sangre y su carne por un pedazo de alma (chulel) perdida.
Tomado de mi libro: Los
Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.
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