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viernes, 24 de enero de 2014

INDÍGENAS REVESTIDOS

REVESTIDOS
ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO

     Revestidos. Como “revestidos”, “castellanizados”, “urbanizados” se conoce a los indígenas que niegan su origen, hablan español y visten al estilo occidental. Escapan de las viejas formas culturales para ingresar y adoptar a las nuevas de su preferencia. Dejan sus casas con techo de palma, paredes de varas y piso de tierra para vivir en casas de lámina, mampostería y aun de concreto. Compran tecnología moderna como molinos de nixtamal, licuadoras, radiograbadoras y televisiones. Opinan que los demás indígenas son “ignorantes y flojos”, “nada más piensan en emborracharse con sus santos” y “no les importa el progreso, por eso el pueblo está como está”. Empero,  sigue existiendo un sincretismo socio-económico-cultural. Siguen criando gallinas y puercos en sus casas, como complemento a la economía familiar. Su comportamiento continúa siendo rural. A pesar de su modernización, la alimentación no incluye regularmente pan, leche, huevos o carne. Han sido los “progresistas”, o algunos de ellos, cuasi militantes en la liquidación de lo que consideran como algo lamentable, denigrante para el pueblo, y propio de cerrados e ignorantes, quienes tienden a separar más de lo civil de lo religioso, a apegarse más a la ley nacional, a reducir las fiestas y aún a extender la incredulidad de las creencias gentiles, paganas o no cristianas. Todo ello da margen dentro de la sociedad a la dicotomía básica existente en términos de “los de arriba” y “los de abajo”. Otros valores implícitos en su escala de prestigio son la participación política y el alfabetismo. Se comenta que entre los lacandones, los integrantes que desertan para ir a trabajar entre mestizos, creen que así se han superado y, por tanto, frecuentemente renuncian a su familia y en algunos casos se niegan a entender la lengua nativa. Los indígenas y los campesinos continúan siendo los grupos más marginados de las ciudades. Guido Münch (1994: 146); Félix-Báez (1990: 213, 215); Tozzer (1982: 52); De la Fuente (1977: 274, 362) y Williams (2004: 89). || Los totonacos de la sierra de Puebla, cuando un hombre de la comunidad se casa con alguna mujer mestiza, además de llamarle revestido se burlan de él diciéndole "que antes era peoncito de calzón y ahora se siente gente de razón". Le desprecian por haber renunciado a su indianidad. Roldán (1990:90). || Existen, además los que podemos denominar como “Revestidos Obligados”, y son aquellos que por hablar en dialecto, llevar apellidos indígenas y por su forma de vestir y costumbres, son rechazados o ignorados por el resto de la sociedad, considerándolos como ignorantes, atrasados, apestosos, pobres, rurales, de baja calidad social, y que en caso de emplearlos en cualquier trabajo son vilmente explotados. Y ante tales circunstancias, se ven obligados a castellanizar sus apellidos, y a “mimetizarse” en gran parte con la otra sociedad. Rodríguez (2004).

     Tomado de mi libro: Los Tuxtlas, nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca.


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