UNA TROMBA
Un cefirillo
repentino y creciente empezó a alborotar las crines de los caballos y a retozar
con nuestros sombreros. A poco, unas nubes endemoniadas se levantaron hacia el
sol, devorando la luz y un cañoneo subterráneo estremecía la tierra. Correa me
advirtió que se avecinaba el chubasco y abreviamos las planicies a galope
tendido, arreando la brigada, suelta para que se defendiese con libertad. Buscábamos
el abrigo de los montes lontanos y salimos a una llanada donde gemían las
palmeras, zarandeadas por el brisote con tan poderosa insolencia, que las hacía
desaparecer del espacio, agachándolas sobre el suelo, para que barrieran el
polvo de los pastizales crispados. En las rampas, con disciplinada premura
congregábanse los rebaños, presididos por toros mugientes, de desviadas colas,
que se imponían al vendaval agrupando a las hembras cobardes y abriendo en
contorno una brecha categórica y defensiva. Las aguas corrían al revés y las
bandadas de patos volteaban en las alturas, cual hojas dispersas. Súbito,
cerrando la lejanía entre cielo y tierra, descolgó sus telones el nublado
terrible, rasgado por centellas, aturdido por truenos, convulsionado por
borrascas que venían empujando a la oscuridad.
El huracán fue tan furibundo que casi nos
desgajaba de las monturas y nuestros caballos detuviéronse, dando las grupas a
la tormenta. Rápidamente nos desmontamos y, requiriendo los bayetones bajo el
chaparrón, nos tendimos de pecho bajo el pajonal. Oscureciose el ámbito que nos
separaba de las palmeras y sólo veíamos una, de grueso tallo y luengas alas que
se erguía como la bandera del viento y zumbaba al chispear como una yesca bajo
el relámpago que la encendía; y era bello y aterrador el espectáculo de aquella
palmera heroica, que agitaba alrededor del hendido tronco las fibras del
penacho flameante y moría en su sitio, sin humillarse ni enmudecer.
José
Eustasio Rivera fue un escritor colombiano destacado por su obra poética pero
sobre todo por su novela “La
Vorágine ”, considerada un clásico de la narrativa realista
pre-mágica de la literatura hispanoamericana. Nació el 19 de febrero de 1888,
Neiva y murió el 1 de diciembre de 1928, en New York, USA.
BRISOTE.
Brisa con fuertes chubascos, propia de América.
BAYETONES.
Ponchos (capotes sin mangas) grandes de lana, forrados de bayeta.
PAJONAL.
Terreno de pajas altas.
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