MUERTE CEREBRAL
Aunque no existen “criterios universales”
la mayoría de los expertos coinciden en que el diagnóstico se establece cuando:
1)
Existe ausencia
de respuestas motoras en las extremidades a estímulos dolorosos al presionar
los nervios supraorbitales, los lechos ungueales o al presionar en forma simultanea
ambos cóndilos temporomandibulares.
2)
Ausencia de
reflejos del tallo cerebral. a) Pupilas. No hay respuesta pupilar a la luz
brillante. Pupilas redondeadas, ovales o irregulares son compatibles con muerte
cerebral. b) Movimientos oculares. No hay movimientos oculares al mover la
cabeza o cuando se realizan pruebas calóricas con agua helada (se irrigan ambos
tímpanos con 50 ml de agua helada). c) Ausencia de reflejos cornéales (al rozar
con delicadeza la córnea con un algodón). d) Ausencia de reflejos traqueales y
faríngeos (al estimular la tráquea no hay tos).
3)
Apnea (falta de
respuesta respiratoria a una PACO2 que está a 60 mm de hg arriba de los
valores basales normales).
4)
Existen varias
pruebas de laboratorio que se pueden utilizar para confirmar el diagnóstico de
muerte cerebral. La más utilizada es el electroencefalograma; en algunos casos
puede llegar a realizarse angiografía convencional. Pueden utilizarse también
el ultrasonido doppler transcraneal, la gamagrafía cerebral, y los potenciales
evocados somatosensoriales.
Diccionario
incompleto de bioética, con comentarios y preguntas. Arnoldo Kraus y Ruy Pérez
Tamayo. Primera edición 2007. Santillana Ediciones Generales, S. A. de C. V. México, D. F.
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