POLIGINIA Y POLIANDRÍA
Félix-Báez (1990:163). Entre los popolucas
se practica la poliginia. El hombre llega a unirse hasta con 3 mujeres,
hermanas o primas entre sí, en no pocos casos. A la esposa le mantiene
informada de todas las actividades; inclusive si se desea conseguir a otra
mujer, planteándole en estos términos: “Voy
a traerme otra mujer para que te ayude. ¿Tú que dices?”.
Guiteras Holmes (1965:120). La poliginia
no es frecuente entre los tzotziles de Chenalhó, Chiapas. En ocasiones, la
esposa favorece el compartir con otra los deberes domésticos, y se lo sugiere a
su marido, le ayuda a ahorrar el dinero necesario para conseguir otra cónyuge
y, posteriormente, le da instrucción a ésta, viviendo con felicidad en su
compañía.
Blom (1944), refiere que el maya tenía
sólo una mujer, pero sabemos que algunos caciques tuvieron concubinas.
Furst (1972) comenta que los huicholes son
polígamos, aunque el porcentaje con más de una esposa ha ido disminuyendo. La
castidad antes del matrimonio es muy apreciada, después de él la infidelidad es
frecuente tanto en hombres como en mujeres. No son promiscuos: como la mayor
parte de sus casas son de un solo cuarto con numerosos ocupantes, las
relaciones sexuales por lo general ocurren en los campos o en el bosque, lejos
del trajinar de la familia.
Huerta (1981: 95), comenta que en Oaxaca,
entre los triques, la norma oficial es que un hombre puede disponer del número
de mujeres que pueda mantener. Así, en estos matrimonios poligínicos sólo se
cumplían los servicios de las prestaciones (labores) en el primer matrimonio
del hombre y en los sucesivos no, por las obligaciones contraídas en el propio
hogar con la primera esposa. La esposa de mayor edad cuida de la disciplina del
grupo femenino. Tales mujeres, aparentemente, no poseen un sentido individual
de posesión sino combinado, y no deben sentir celos una de otra, pero sí de una
mujer fuera del grupo.
Ochoa (1978: 223) comenta que un kiliwa,
de Ensenada, Baja California, podía tener dos esposas. Las uniones preferentes
tenían que ser entre primos cruzados. Generalmente era mejor si el kiliwa se
unía con dos hermanas. Actualmente, sólo simbólicamente sigue siendo la unidad
matrimonial preferente la de primos cruzados, ya que no existen consortes para
ello. Los matrimonios dejaron de ser poligámicos para convertirse, por la misma
dificultad, en monogámicos.
Guzmán y Anaya (2007: 416) comentan que un
huichol puede vivir bajo un mismo techo, con dos, tres o hasta ocho o más
mujeres con las cuales mantiene relaciones maritales. Las mujeres se ayudan una
a las otras, reconocen una jerarquía de antigüedad y disfrutan a un mismo
hombre, sin celos o resentimientos de traición, envidia o coraje. En la poliginia la producción de maíz es un
prerrequisito. Cuando un hombre produce maíz en exceso, también puede haber
exceso de mujeres en otras casas con escasez de alimentos, en cuyo caso se
ofrece una mujer en matrimonio. Llegan a darse casos en que desde el inicio, un
hombre se une con dos o más mujeres, “para
no dejar solas a una o más de ellas”. Una forma adicional de poliginia se
da cuando una madre soltera o viuda tiene una niña. La madre ofrece a su hija a
un joven de alrededor de 16 años a cambio de que él acepte a hacer vida marital
con ella, mientras la niña crece. De cualquier modo, la poliginia tiene como
objetivos, revigorizar las relaciones de la primera esposa con su marido y
obtener ayuda para las actividades domésticas. Según los propios entrevistados,
el secreto de la armonía cuando hay varias mujeres, consiste en mantener “panzonas” a algunas de ellas. Los hijos
son atendidos con afecto por todas; y ellos las llaman “mis madres”. La poliginia tiende a ser bastante común, pero muy
discreta y disimulada.
Álvarez (1978) cita que entre los
tarahumaras el matrimonio es monógamo, aunque hay casos frecuentes de poligamia
y poliandria.
McGee (1980) refiere entre los seris la adelfogamia.
El compartir una esposa entre 2 o más hermanos. En sociología, la adelfogamia también se puede referir a la
poliandria fraternal.
La poliandría, la unión de una mujer con dos o más hombres es más rara. Marion Singer (1991: 33) estudiando a los
lacandones, refiere el caso de una mujer de Nahá, Chiapas, la cual estuvo
casada durante varios años con dos hermanos.
Tomado de mi libro: Los Tuxtlas. Nombres
geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca. Analogía con las cosmologías de
las culturas mesoamericanas. Incluye diccionario de localismos y mexicanismos.
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