EL TORO DE TARUMÁ
Era una preciosa noche lunar. El cielo
estaba sin nubes y las estrellas innumerables encendían su celeste luminaria
sobre la dormida tierra…El tigre se percató de que su presencia era sentida. Pero
la persuasión no le desvió de su propósito de hacer una buena presa aquella
misma noche. Salió de la espesura y se aventuró en el campo; pero apenas se
acercó a la colina donde reposaban las vacas, rumiando pacíficamente en la
gramilla, el toro furioso y mugidor le cerró el paso. El felino pretendió
esquivar la lucha con el altivo animal. Buscaba presa fácil. Desvió la ruta,
pero se volvió a encontrar con el toro vigilante y enardecido. Poco a poco el
tigre se enfureció. No podía evitar al guardián temible y se enfrentó con él. Las
vacas, atemorizadas, permanecían inmóviles en sus sitios. El tigre buscaba el
modo de saltar sobre su enemigo desde atrás, para evitar la aguda amenaza de
los cuernos. Pero el toro, con una agilidad extraordinaria, constantemente daba
frente al enemigo. Sus furiosos mugidos retumbaban sobre la llanura, como
roncos gritos de algún guerrero bárbaro de la edad de las cavernas.
Con los ojos fosforescentes, cargados de
magnéticos resplandores, y el vientre a ras de las gramíneas, el tigre, tras
una noche de fallidos esfuerzos, logró deslizarse al costado derecho del toro. Rápido
quiso aprovechar esta fugaz ventaja y dio un salto, tratando de caer sobre la
joroba del cebú. Pero el toro no se dejó sorprender. Giró rápidamente y recibió
al felino en sus cuernos. Los agudos puñales perforaron la carne del tigre: uno
destrozó las entrañas y el otro le partió el corazón. La fiera dio un rugido
postrero, tiró algunos zarpazos al cuello del vencedor, y pereció en el aire, balanceándose
pesadamente sobre la testuz del toro. Amaneció, corrió la mañana, llegó la
tarde, y el toro no pudo arrancar de su cornamenta el pesado cuerpo del felino.
Diose por vencido y se recostó pesadamente en la cúspide de la colina.
Político
y escritor paraguayo, presidente de la República (1948-1949).
Nació en 1897 en Villarica. Dirigente del Partido Colorado, fue diputado, embajador en
Uruguay y ministro de Hacienda en el último gobierno del presidente Higinio
Morínigo (1940-1948). En 1948 se convirtió en el primer "colorado"
elegido presidente de la
República desde hacía más de cuarenta años, pero no finalizó
su mandato, ya que algunas disensiones internas en el Partido Colorado
facilitaron el golpe de Estado que le derrocó en enero de 1949.
Publicó diversos estudios históricos, entre los que destacan: Proceso y
formación de la cultura paraguaya; El Paraguay eterno; además de obras
poéticas en castellano y guaraní, como Baladas guaraníes. Murió en 1966 en
México.
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