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domingo, 2 de febrero de 2014

BIOÉTICA Arnoldo Kraus y Ruy Pérez Tamayo

BIOÉTICA
Arnoldo Kraus y Ruy Pérez Tamayo

     El término fue introducido en 1971 por Van Renselaer Potter, un bioquímico con preocupaciones humanísticas, en un artículo titulado Bioética, la ciencia de la supervivencia, en el que escribió: “La humanidad necesita urgentemente una nueva sabiduría que le proporcione el `conocimiento de cómo usar el conocimiento` para la supervivencia del hombre y la mejoría de su calidad de vida. Este concepto de la sabiduría como guía para actuar –el conocimiento de cómo usar el conocimiento para el bien social- podría llamarse `la ciencia de la supervivencia`, y sería un prerrequisito para mejorar la calidad de vida. Yo postulo que la ciencia de la supervivencia debe cimentarse en la biología, ampliada más allá de sus límites tradicionales para incluir los elementos más esenciales de las ciencias sociales y de las humanidades, con énfasis en la filosofía en sentido estricto, o sea, en el amor a la sabiduría. La ciencia de la supervivencia debe ser más que una ciencia, y para ello propongo el término de bioética con objeto de subrayar los dos ingredientes más importantes para alcanzar la nueva sabiduría que necesitamos tan desesperadamente: el conocimiento biológico y los valores humanos”.

     Es claro que la preocupación de Potter era que el conocimiento científico y su aplicación habían avanzado más rápidamente que la sabiduría necesaria para garantizar la supervivencia de la humanidad y del planeta mismo. Lo que es peligroso no es el conocimiento científico sino la ignorancia; lo que desvía nuestras acciones y con frecuencia tiene resultados negativos para la naturaleza y efectos nocivos contra nosotros mismos, lo que nos hace daño es lo que todavía no sabemos (y con frecuencia creemos saber) sobre la realidad, tanto del mundo en que vivimos como de nuestra propia biología. Para Potter la bioética es: la ética basada en el conocimiento biológico y dirigido a la supervivencia.

     Desde su introducción en 1971, el término bioética se ha usado de diferentes maneras. Muchos filósofos lo rechazaron, alegando que la ciencia nos ayuda a mejorar la calidad de vida pero no a señalar metas: “la ciencia proporciona los medios, pero no tiene nada que ver con los fines, con los deberes y los derechos del ser humano. Éstos le corresponden a la ética, que es una rama de la filosofía, ajena e independiente de la biología”. También se criticó a la bioética por estar basada en la llamada “falacia del naturalismo”, que pretende derivar de lo que existe en la realidad (o sea del conocimiento científico), lo que debería existir en el mundo de la ética, o dicho de otro modo, basar las reglas de la ética en las leyes de la naturaleza. En cambio, la profesión médica adoptó el término bioética como sinónimo de ética médica, revelando más entusiasmo que comprensión de su verdadero contenido, que es la responsabilidad del hombre hacia el resto de los seres vivos. Naturalmente, los enfermos son seres vivos y su atención por todo el personal de salud (médicos, enfermeras, estudiantes, técnicos, laboratoristas, trabajadoras sociales, funcionarios administrativos) debe estar regulada por una ética profesional (ética médica), pero esto es sólo una parte de la bioética, que también incluye a los seres humanos sanos y a todos los demás componentes biológicos de la naturaleza. Bioética es amor a la vida y el deseo de conservarla en este planeta o en cualquier otra parte, en las mejores condiciones y por tiempo indefinido.


     Diccionario incompleto de bioética, con comentarios y preguntas. Arnoldo Kraus y Ruy Pérez Tamayo. Primera edición 2007. Santillana Ediciones Generales,  S. A. de C. V. México, D. F.

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