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miércoles, 8 de febrero de 2012

EL DIABLO EN LA BOTELLA

EL DIABLO EN LA BOTELLA 
Robert Louis Stevenson
     En una isla de Hawai vivía un hombre llamado Keawe, de profesión marinero, valiente, pobre y activo. Un día emprendió un viaje, embarcándose a San Francisco, con la idea de conocer un poco el mundo y sus grandes ciudades. Una vez en la ciudad y mientras recorría sus calles, comprobó que un hombre algo maduro, de barba y expresión amarga lo miraba desde una ventana y luego, con un gesto, lo invitaba a pasar. Una vez adentro el hombre mostró su casa a Keawe, que por cierto era muy grande y le pregunto si tenia algo de plata. Keawe llevaba solo 50 dólares y el hombre le dijo que estaba de acuerdo en vendérsela. Keawe no entendía nada. No podía ser que le venda la casa por ese valor, pero no se trataba de la casa, sino de una botella que tenia poderes especiales. Era una botella de cuello largo y panza redonda, con un diablo dentro de ella, capaz de cumplir cualquier deseo. Keawe seguía sin entender, ya que si la botella era tan poderosa, no entendía como es que este hombre estaba vendiéndola, pero se entero, en ese momento algunas cosas importantes:
·         la botella debe usarse con moderación.
·         si un hombre muere antes de venderla se ira al infierno.
·         cuando se vende, se debe hacerlo siempre por un valor inferior al que fue comprada, ya que de lo contrario regresa a su dueño.
·         la botella no extiende la vida de la persona que la posee.
Keawe quería comprobar el poder de la botella, a lo que el hombre propuso que la tome con sus manos y le pida al diablo que los 50 dólares que había gastado por la botella aparezcan nuevamente en su bolsillo, y así fue. Se despidieron y ya en la calle Keawe, que seguía dudando, dejo la botella en una alcantarilla, dio dos vueltas por ahí y a la tercera la botella apareció de repente en uno de sus bolsillos. Luego compro un sacacorchos para intentar abrirla pero fue imposible y camino al puerto decidió venderla en una tienda por 60 dólares, cosa que le causo mucha gracia. Ya en el barco, de regreso a su casa, abrió el baúl de sus pertenencias y se sorprendió al comprobar que la botella estaba ahí (la había vendido por 60 dólares, es decir, mas de lo que pago por ella, y eso no se podía) le comento esto a un compañero que viajaba con el, llamado Lopaka. Juntos trataron de encontrarle una explicación a lo que sucedía. Lopaka le dijo que por lo menos aproveche los beneficios de la botella ya que la tenia y Keawe comento que quería una gran casa lujosa con jardín en el la zona donde había nacido para ser feliz junto a sus amigos y parientes. Lopaka le dijo que si todo resultaba como se pensaba le compraría la botella. Al llegar a Honolulu, un amigo de Keawe lo esperaba y lo recibió dándole el pésame por el fallecimiento de su tío. Mientras Keawe lloraba, Lopaka le hizo entender que quizá las tierras de su tío quedarían para el y así podría construir la casa que deseaba. Visitaron a un abogado quien les comento que además de las tierras, había dejado una fortuna de dinero. Lopaka, recordando los poderes de la botella, le dijo que con esa plata podría construir la gran casa. Visitaron a un arquitecto recomendado por el abogado quien mostró algunos planos de casas y al ver uno exclamo que era exactamente el estilo de casa que deseaba y mando a construirla. Mientras la casa era construida, Keawe y Lopaka realizaron un viaje de placer a Australia y al regresar todo estaba terminado. Una enorme casa de tres pisos, con amplias habitaciones y muchos lujos se encontraba en el lugar deseado. Lopaka, antes de comprar la botella, como habían quedado pidió una prueba más: ver al diablo que se encontraba en su interior. Keawe no quería saber más nada ya, pero accedió al pedido. El diablo salio y volvió a entrar a la botella rápidamente, entre ruidos y oscuridad repentina. Lopaka compró la botella y Keawe quedo en su nuevo hogar, viviendo los días siguientes con mucha alegría. Paso el tiempo. Un día Keawe se dirigió a Kailua para visitar a un amigo y nuevamente de regreso a su hogar observo a una mujer que se bañaba a orillas del mar. Se acerco y comprobó que se trataba de una joven bella a quien no conocía. Se llama Kokua. Keawe quedo instantáneamente enamorado, pregunto a la dama si estaba casada y decidió junto a ella, visitar a su padre para pedirle la mano de su hija. Kiano le dio la bienvenida a Keawe y así estuvieron todos juntos dialogando, aunque Kokua se la paso burlándose de Keawe durante toda la velada ya que tenia mucho ingenio. Al día siguiente Keawe hablo con Kokua y le comento que no le gusto nada que se haya burlado de el. Le aclaro que no quiso anticiparle en detalle quien era ni todo lo que tenía para no generar conveniencias ni malos entendidos. Kokua comprendió y así el noviazgo se produjo.  Keawe, feliz en su hogar, ordeno a su criado preparar su baño, cantaba de alegría, todo era como lo deseaba, pero de repente todo fue silencio. al desnudarse, Keawe observo una mancha en cuerpo y por las caracteristicas de la misma pensaba que seria lepra. se puso triste, no entendía nada ya que lo tenia todo y de repente esa enfermedad. Pensaba que ya no podría casarse con Kokua. Estaba desesperado hasta que se acordó de la botella. Pensó que si pudo desafiar al demonio para conseguir todo lo que tenia, podía volver a hacerlo para curarse y así recobrar a Kokua. Decidió tomar un barco para encontrar a Lopaka y así recuperar la botella. Durante el viaje Keawe estaba triste, solo, intentando no ser reconocido por nadie. Al llegar a Honolulu comenzó a preguntar por Lopaka. Pregunto a un abogado de allí, quien le dijo que se dirija a un barrio determinado donde quizá podía averiguar algo. De un lugar lo enviaban a otro hasta que llego a una casa muy lujosa, de la cual salio una persona que impresionaba por su aspecto. Keawe le comunico que venia a comprar la botella, la cual se la ofreció por un centavo. El precio había disminuido terriblemente, pero igualmente la compro con el enorme miedo de saber que ya no podría vendérsela a nadie por un menor valor. A partir de ese momento Keawe sabia que estaría ligado al diablo por siempre. Regreso a su hogar, se curo de la lepra y se caso con Kokua, pero mas allá de todo Keawe no estaba bien, sabia ya su destino y esto lo ponía mal, cosa que Kokua notaba, y así había días y noches en que cada uno por su lado, lloraba hasta que Keawe decidió contarle toda la historia a Kokua quien comprendió lo sucedido. Kokua pensó como ayudar a Keawe y le dijo que en Francia existía una moneda denominada céntimo. Un centavo, equivalían a cinco céntimos. De esa manera podrían viajar a Francia y vender la botella. Así fue como con la excusa de realizar un viaje de placer a los estados unidos, se embarcaron rumbo a Francia, llegando a la ciudad de Papeete. Alquilaron una cosa y se tomaron unos días para aprender un poco el idioma y cuando estuvieron en condiciones decidieron vender la botella. No tenían suerte, nadie quería comprarla. Una noche Kokua despertó y observo que estaba sola. Se levanto y vio a Keawe en el jardín, solo, sentado, llorando y lamentándose. Fue ahí cuando ella decidió jugarse por él tomando la decisión de vender la botella. Salio a la calle y después de caminar un poco se cruzo con el anciano a quien le contó la verdad de la historia y le propuso venderle la botella para luego ella volver a comprarla. Así fue, el anciano regreso con la botella y Kokua volvió a comprársela y regreso a su hogar donde escondió la botella y encontró a Keawe más feliz que nunca. Keawe, no hacia mas que proyectar cosas y reírse del anciano que había comprado la botella, cosa que a Kokua mucho no le gustaba y se lo hizo saber. Discutieron sobre eso ya que Keawe le recordó todo lo que el había tenido que sufrir y soportar por culpa de la botella, pero Kokua trataba de hacerle entender que no podía ser tan egoísta. Keawe decidió salir de la casa , mientras Kokua sabia que tenia la botella y que seria casi imposible venderla ya por 2 céntimos, que era el valor que correspondía. Keawe regreso e invito a Kokua a dar un paseo, pero ella no quiso. Le dijo que no se sentía bien, a lo que Keawe, algo enojado, decidió volver a salir solo por las calles. Se encontró con unos amigos y decidieron beber juntos, quizá mas de lo debido. Un amigo de Keawe comenzó a llenarle la cabeza sobre que debía tener cuidado con todo su dinero sabiendo que su mujer estaba sola en la casa. Casi pareció convencerlo porque Keawe decidió volver a su hogar, junto a la compañía de su amigo, para ver si sorprendía a Kokua en algo extraño. Al llegar comprobó que Kokua estaba junto a la botella y no entendía nada, pero luego comprendió lo que ahora ella había hecho por el. Por eso decidió salir y volver a entrar haciendo el mayor ruido posible para que Kokua se de cuenta de su ingreso a la casa. Keawe pidió perdón a Kokua por haberse enfadado con ella y le solicito permiso para volver con sus amigos un rato más. Salio Keawe y pidió a su amigo que le comprara la botella y que el luego el se la volvería a comprar, pero este no creía sobre la veracidad de la misma, a lo que Keawe le dijo que haga una prueba. así fue. Regreso el amigo con la botella en su mano y una de ron en la otra y una cara de felicidad increíble y ordeno a Keawe que no se acerque, que la botella jamás se la vendería. Keawe le recordó que el hombre que tenga la botella a esa altura terminaría en el infierno, pero el amigo no le dio importancia y se fue con la botella. Keawe, feliz, fue al encuentro de Kokua y desde entonces permanecen juntos y felices, en un clima de paz y alegría.

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