PARTO
EN TANCAH
LA
ENFERMERA MIMÍ
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Imagen de Internet
Ruth, mi seria y
responsable enfermera de planta, salió de vacaciones, en su lugar llegó Mimí,
así le gustaba que le dijeran. La noté un poco nerviosa e insegura en sus
actividades, me informó que estaba recién ingresada al Instituto. La capacité
amigablemente cuando descubría algunas de sus fallas. Está novateando pensé.
Ella era una joven educada, agradable. Con
bastante sobrepeso ponderal, lo que motivó algunas feas bromas por parte de los
pacientes. Obvio que les exigí respeto por mi compañera de trabajo.
Ella se daba cuenta de mi apoyo solidario
y se esmeraba en hacer mejor sus labores como forma de agradecimiento.
Un de esas mañanas, se presentó Paulino,
uno de mis más simpáticos y amigables pacientes. Él estaba como capataz de una hermosa
caleta llamada Tancah, propiedad de nuestro querido actor de cine Manuel López
Ochoa.
Paulino
llegó muy emocionado pidiéndome que lo acompañara a su “rancho” para atender de
parto a su mujer. Con bastante pena le informé que teníamos prohibido atender
pacientes a domicilio. Por ser médico único estaba obligado a permanecer en la
clínica para atender todo tipo de urgencias que se presentaran en ella. Él me
insistió, diciéndome que esto lo hacía en contra de la voluntad de su mujer, la
cual sólo permitía ser atendida por parteras. Qué el buscó en Tulum y alrededores
y no encontró a ninguna disponible, por eso vino a verme. Revaloré la gravedad
de salirme de los estatutos de la Institución. Su mujer era una embarazada
añosa, diabética e hipertensa. Decidido jalé lo necesario para la atención de
parto. Me volteé a ver a Mimí y le dije: - ¡Acompáñanos!
Imagen de Internet
Llegamos a Tancah en la camioneta de
Paulino. Se convenció a la embarazada de ser atendida por un médico. Ella sufriendo
los terribles dolores del trabajo de parto, no opuso mayor resistencia de que
así fuera. Empezaron los problemas para mí: ella quería ser atendida acostada
en la hamaca. Convencí de que buscaran un colchón en la casa de los patrones
para poder atenderla sobre él. La dificultad de la atención del parto aumentó pues
tuve que ponerme de rodillas para poder atenderlo.
La señora tenía excelentes contracciones
uterinas, no tardó mucho el producto en “coronar”. Para esto, Mimí que estaba a
mi lado, amenazaba con desmayarse. Después me enteré que nunca había presenciado
un parto. Con gran alegría recibí al niño en mis manos, lo acomodé sobre el
colchón y exprimí el cordón umbilical para darle un plus más de sangre al bebé.
Ligué y corté cordón umbilical, y le di el niño a Mimí para que lo atendiera
diciéndole: - ¡Rutina! mientras yo me
encargaba de extraer las secundinas (placenta y sus membranas) y de la revisión
y limpieza de la cavidad uterina. Noté que al escuchar ella mi indicación ¡Rutina! Más demacrada se puso, no sabía
que es lo que tenía que hacer.
Imagen de Internet
Una vez que concluí, satisfecho me paré y
acudí a ver el bebé. Gracias a Dios las mujeres que ahí se encontraban tenían bastante
experiencia en partos. El bebé se encontraba ya hasta bañadito con agua tibia. Alcancé
con la perilla de hule a extraerle sus flemas en cavidad oral y narinas;
ponerle su termómetro rectal para checar temperatura y de que no naciera con
atresia anal (ano imperforado). Todo
esto fue un buen aprendizaje para mi bisoña enfermera.
Imagen de Internet
TANCAH. Del maya tan, medio o en medio + kah, pueblo: “Ciudadano, o que vive en
el centro del pueblo”. Zona arqueológica situada al norte de Tulum (entre Tulum
y Xel há), Quintana Roo. Sobre la costa Este de la península de Yucatán,
pertenecía a la provincia de Ekab.
Veracruz, Ver. 03.02.2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario