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viernes, 3 de febrero de 2017

PARTO EN TANCAH Antonio Fco. Rguez. A.

PARTO EN TANCAH
LA ENFERMERA MIMÍ
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado

 Imagen de Internet

Ruth, mi seria y responsable enfermera de planta, salió de vacaciones, en su lugar llegó Mimí, así le gustaba que le dijeran. La noté un poco nerviosa e insegura en sus actividades, me informó que estaba recién ingresada al Instituto. La capacité amigablemente cuando descubría algunas de sus fallas. Está novateando pensé.


     Ella era una joven educada, agradable. Con bastante sobrepeso ponderal, lo que motivó algunas feas bromas por parte de los pacientes. Obvio que les exigí respeto por mi compañera de trabajo.


     Ella se daba cuenta de mi apoyo solidario y se esmeraba en hacer mejor sus labores como forma de agradecimiento.


     Un de esas mañanas, se presentó Paulino, uno de mis más simpáticos y amigables pacientes. Él estaba como capataz de una hermosa caleta llamada Tancah, propiedad de nuestro querido actor de cine Manuel López Ochoa.


     Paulino llegó muy emocionado pidiéndome que lo acompañara a su “rancho” para atender de parto a su mujer. Con bastante pena le informé que teníamos prohibido atender pacientes a domicilio. Por ser médico único estaba obligado a permanecer en la clínica para atender todo tipo de urgencias que se presentaran en ella. Él me insistió, diciéndome que esto lo hacía en contra de la voluntad de su mujer, la cual sólo permitía ser atendida por parteras. Qué el buscó en Tulum y alrededores y no encontró a ninguna disponible, por eso vino a verme. Revaloré la gravedad de salirme de los estatutos de la Institución. Su mujer era una embarazada añosa, diabética e hipertensa. Decidido jalé lo necesario para la atención de parto. Me volteé a ver a Mimí y le dije: - ¡Acompáñanos!

      Imagen de Internet

     Llegamos a Tancah en la camioneta de Paulino. Se convenció a la embarazada de ser atendida por un médico. Ella sufriendo los terribles dolores del trabajo de parto, no opuso mayor resistencia de que así fuera. Empezaron los problemas para mí: ella quería ser atendida acostada en la hamaca. Convencí de que buscaran un colchón en la casa de los patrones para poder atenderla sobre él. La dificultad de la atención del parto aumentó pues tuve que ponerme de rodillas para poder atenderlo.


     La señora tenía excelentes contracciones uterinas, no tardó mucho el producto en “coronar”. Para esto, Mimí que estaba a mi lado, amenazaba con desmayarse. Después me enteré que nunca había presenciado un parto. Con gran alegría recibí al niño en mis manos, lo acomodé sobre el colchón y exprimí el cordón umbilical para darle un plus más de sangre al bebé. Ligué y corté cordón umbilical, y le di el niño a Mimí para que lo atendiera diciéndole: - ¡Rutina! mientras yo me encargaba de extraer las secundinas (placenta y sus membranas) y de la revisión y limpieza de la cavidad uterina. Noté que al escuchar ella mi indicación ¡Rutina! Más demacrada se puso, no sabía que es lo que tenía que hacer.

Imagen de Internet

     Una vez que concluí, satisfecho me paré y acudí a ver el bebé. Gracias a Dios las mujeres que ahí se encontraban tenían bastante experiencia en partos. El bebé se encontraba ya hasta bañadito con agua tibia. Alcancé con la perilla de hule a extraerle sus flemas en cavidad oral y narinas; ponerle su termómetro rectal para checar temperatura y de que no naciera con atresia anal (ano imperforado). Todo esto fue un buen aprendizaje para mi bisoña enfermera.  


 Imagen de Internet

 TANCAH. Del maya tan, medio o en medio + kah, pueblo: “Ciudadano, o que vive en el centro del pueblo”. Zona arqueológica situada al norte de Tulum (entre Tulum y Xel há), Quintana Roo. Sobre la costa Este de la península de Yucatán, pertenecía a la provincia de Ekab.



Veracruz, Ver. 03.02.2017

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