AÑORANZAS
SOBRE AQUEL QUERIDO NIÑO
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Mi gusto más grande en
la vida es quererme como soy. Nadie es perfecto, ni está nunca completo. Aclaro
que, reconozco a mi querida fiaca como parte de mi personalidad de jubilado.
En activo navegué mares, subí montañas,
peleé por mis derechos y por los de los demás, Extendí mi mano cómo ahora, sin
esperar nada a cambio, como ahora.
Nada fue fácil, tardé muchísimos años
picando piedra. Ya casado, con familia, bajé la cabeza en el trabajo cuando la
prudencia y la responsabilidad por protegerla me lo pedían... más nunca
mendigué en forma alguna. Si recibí favores pagué con creces. Nada me ha sido
dado gratis.
Del niño aquel que por pobreza y hambre
tuvo que salirse del tercer año de primaria para vender descalzo o con los
zapatos rotos, por las calles catemaqueñas de antaño, golosinas y revistas,
sólo quedan mi admiración y mi amor... eternos.
P. S.: Perdón, a ese niño y a mí madre...
les debo todo lo que soy.
Xalapa, Ver. 24.08.2016
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