LAS
CRÓNICAS DE LAS HOJAS
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Parque Alameda, Xalapa, Ver.
Levante las hojas
muertas, en cuyo haz y envés a manera de epitafio tienen escrita la historia de
su breve vida. Leí lo maravillosamente asombradas de sentir cada una de sus madrugadas,
sus amaneceres, con las radiantes luces y colores que el esplendente sol nos
regala cada mañana, del sublime sonido del aletear y canto de las aves, el armonioso
vuelo de las mariposas, el alegre corretear de las ardillas entre las ramas, y
el sentir en su propia naturaleza la fresca humedad del anhelado rocío.
Más tarde, pasado el mediodía, ver
reflejadas, en los rostros de los padres, las miradas de amor, sueños e
ilusiones ante los pequeños y queridos hijos que cándidamente se divierten en los
lúdicos espacios del parque.
Un poco antes del anochecer sombrío los
árboles toman su pequeña siesta, pues ante la inminencia del crepúsculo saben
que tienen que trabajar arduamente en la pureza del medio ambiente.
Y finalmente, las hojas quemadas o
enterradas, regresan a la tierra, a servir de abono o composta, a las hojas aún
vivas que están escribiendo sus propias historias.
Qué hermosa y ejemplar enseñanza de las hojas de vivir
y morir… para servir.
Imagen de Internet
Veracruz, Ver. 06.02.2017
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