SUEÑO
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Anoche te llevé en la
mente hasta la cama y soñé contigo de forma por demás agradable y trascendente.
Recuerdo en mi sueño que solos existíamos tú y yo en este mundo. Me desperté al
sentir tus besos en mí rostro, y me regocijé de verte a mí lado, esbozando una
linda sonrisa y una cariñosa mirada. Estiré mi cuerpo, al tiempo que
exclamaba:
¡Hola mi amor! -¡Gracias por quedarte, y
hacer que te sueñe… aún despierto!
Tú me dijiste: -¡Gracias a ti por traerme
en tus sueños, yo también soñaba contigo, y aquí estoy para quererte…!
Sonreímos… largo tiempo nuestros cuerpos quedaron enlazado en un fuerte abrazo. Nos dimos mil y un besos. Hondos suspiros, nacidos de nuestros deseos, escapaban en una espiral que
ascendía al cielo.
Nos miramos, reímos y lloramos por la
dicha de estar juntos frente a frente.
Sí, solos tú y yo. Nuestras voces se
quedaron momentáneamente mudas, y nuestros cuerpos descubrieron un lenguaje de
sensaciones nuevas y crecientes.
Lo nuestro fue un rito de paso, dejamos
morir nuestra vida anterior para renacer juntos en una vida nueva. Ahora, éramos
el uno del otro.
Nuestros escarceos y caricias, por ratos
tiernos y pasionales, nos transformaron en una sola alma y un solo cuerpo.
Nos levantamos de la cama, abrimos las
ventanas y del otro lado asomaron el rumor de las olas del mar y los candentes rayos del
sol.
Alucinados y desnudos, quemándonos los pies, corrimos a la playa…
No hay comentarios:
Publicar un comentario