BAÑO DE LUNA
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado
Imagen de Internet
Te observé a través de las sombras de la noche dándote un baño con luces plateadas que iluminaban tu voluptuoso cuerpo como si fueras una vestal de
Tu rostro denotaba la mística dualidad de la posesión y entrega a las deidades astrales. En un supremo éxtasis tus ojos se abrieron, y su luz sacralizó todo tu ser.
Cada
vez que vertías el agua del ánfora en tu anatomía, las gotas se convertían en
perlas que inundando el suelo chapoteaban y se movían como las olas del mar.
Los
haces de luz relampaguearon, soltando entre agudos chillidos chispas que
llegaron a cegarme. Cuando pude nuevamente abrir mis ojos, sólo había una densa
negrura, y un fino halo de luz se apreciaba en la ventana. Tú ya no estabas...
Corrí
al lugar en donde te encontrabas. En el suelo ya no había olas de mar, ni
perlas, sólo escarchas plateadas que brillaban como luciérnagas cansadas. Miré
por la ventana, y vi tu faz en la misma faz... de la Luna.
Una combinación exquisita de la mar,luz senita y esa Venus eterna que vive en nuestras mente.Gracias compañero.
ResponderEliminarGracias, muy amable amigo, te envió un fuerte abrazo.
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