Translate

lunes, 26 de septiembre de 2016

AGUA DE ORO Y los indios comechingones

AGUA DE ORO
Historia de un nombre

Imagen de Internet

A pocos kilómetros de la ciudad de Córdoba, Argentina hay un lugar que se llama Agua de Oro. Esta es la historia del porqué de ese nombre.

     Cuando llegaron los conquistadores, allí vivían los indios comechingones, que se integraron con los españoles, actuando de guías por el territorio.

     Durante uno de esos reconocimientos del territorio, junto con el cacique Unquillo, llegaron a un paraje donde, entre una tupida vegetación corría un arroyo entre las piedras formando pequeñas cascadas que salpicaban el amancay (Alstroemeria aurea) que florecía a la vera del camino. Con la arena y el brillo del sol, las aguas emitían dorados reflejos, como si de pronto el metal se hubiera tornado líquido.

-¡Brota oro de las piedras! – Exclamó asombrado un conquistador.

     Al instante, todos lo rodearon y admiraron el mágico fluir de lo que creían oro. En tanto los nativos los miraba sin inmutarse, porque para ellos toda la belleza valía más que el oro.

     Cuando ávidos, los hombres quisieron aprisionar el oro líquido en sus vasijas, se desvaneció el color... y vieron que era simplemente agua. Simple y maravillosamente ¡AGUA!






INDIOS COMECHINGONES











Los hênia-kamiare o "comechingones" vivían en las sierras de Córdoba, en la región central de la Argentina; ocupando lo que hoy es la zona de Calamuchita, San Javier y Los Molinos.

    El término comechingón procede de "comi" serranía o sierra, "chin" pueblo y el sufijo "gon" plural de la palabra pueblo, "pueblos de las serranías".

    Con la fundación de Córdoba en 1573, comenzó el lento pero inexorable proceso de extinción ya fuere por encomienda, mestización, enfermedades traídas por los blancos- europeos, combates contra los españoles, todo lo cual fue menguando su número e influencia en la región.

    Las viviendas de piedra eran más bien bajas, porque la mitad estaba por debajo del nivel del terreno. Por su forma, estas casas-pozo mantenían el calor durante el invierno y eran frescas en verano. Para entrar, había que bajar por una rampa.
    En el centro de la habitación reinaba el fogón para cocinar y calefaccionar.
    También se establecieron en las concavidades montañosas como refugio natural.

    Los hombres eran morenos, altos, un diez por ciento aproximadamente eran de ojos verdosos, se dejaban crecer la barba y como las mujeres, usaban flequillos. Se trenzaban el pelo y lo adornaban con vinchas o cubre nuca de lana que caía hasta los hombros.

    Vestían ropa de lana, sus prendas más comunes, el delantal atado a la cintura con una faja y una túnica (como un poncho con los lados cocidos).

    Esta ropa solía estar adornada con chaquiras (disquitos de conchilla) y tientos (tiritas de cuero).  Además algunos usaban mantos sujetos con prendedores de cobre y otros materiales. En los pies llevaban ojotas de fibra vegetal trenzada. Los caciques, guerreros y curanderos lucían trajes de cuero muy elaborados y recubiertos con vistosas plumas.


    En ocasiones especiales llevaban en la cabeza mandíbulas de animales salvajes.




 Bibliografía.
    
Libro de cuentos, canciones y leyendas “La Casa del Agua”. Lecturas Argentina.

Wikipedia.

Antiguos Asentamientos. Página web de Argentina.




No hay comentarios:

Publicar un comentario