AMOR
FILIAL
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Imagen tomada de Internet
Un fin de semana más en
el servicio de urgencias en la clínica de aquella población cañera. La
carretera estaba en tan mal estado, que tenía que esperar todas esas noches
sobre ella a que pasara un autobús que me llevara al puerto de Veracruz, y
después de más de dos horas de viaje, usualmente sin haber encontrado asiento
disponible llegaba a mi destino, tomaba un taxi y al bajar de él y empezar a
caminar esos 20 metros de entrada al edificio, sentía que mis pasos se ponían
lentos y pesados, cómo no queriendo llegar, pero a la vez había un pensamiento
que me animaba a seguir. Y en efecto, igual que todas esas noches de domingo,
mi hija esperaba por mí. Ella con su gran amor prendía mi alma. Inmediatamente
me llenaba de besos y abrazos, me ofrecía una taza de café y me preguntaba cómo
me había ido esos dos días de ausencia por el trabajo. Aunque a veces sentimos
que no todo en la vida marcha como uno quisiera, siempre habrá quién con una
sonrisa y su amor nos haga sentir que no todo en el mundo es gris.
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