EL FUTURO CERCANO
He tratado de escribir sobre la
3ª. Edad, pero las “musas” no me iluminan. Y eso que pertenezco a esa edad o
quizá a la 4ª. Ya en calidad de octogenario. Digo esto porque hace algún tiempo
leí un reportaje sobre el porvenir de los senectos en nuestro país a un muy
cercano plazo y francamente el panorama es muy preocupante. Se dice en dicho
reporte: “Ante los avances de la ciencia médica se está prolongando el promedio
de Vida de los seres humanos, que ya rebasa los 70 años y va en aumento”. Por
otro lado, hay la recomendación oficial
de tener una familia pequeña para vivir mejor.
¿Qué va a suceder? Que en un promedio de
20 años, vamos a ser un país de senectos y de pocos jóvenes.
Por recomendación de Thomas Robert Malthus
(1766-1834) economista inglés, quien vio venir la Explosión Demográfica
que estamos viviendo en todo el mundo y que pocos países tomaron en cuenta sus
recomendaciones a su debido tiempo. Y aquellos que por ignorancia o falta de
comunicación, no lo hicieron, hoy tratan de reducir el índice de natalidad.
Pero eso no es lo más preocupante, lo
verdaderamente preocupante es: ¿Qué vamos a hacer con los senectos,
septuagenarios u octogenarios? ya que muchos de ellos no tienen pensión
alimenticia asegurada por el Estado, o por empresas que no utilizaron personal
sindicalizado y que por lo tanto van a constituir una carga muy pesada para sus
familias o volveremos a las viejas costumbres de los indios “pieles rojas” de
Norteamérica, que en el invierno sacaban fuera del “tepee” (tienda) para que se helaran, a sus ancianos, o veremos la
multiplicación de pordioseros.
He desempolvado un viejo proyecto con la
idea de resolver en cierta forma este tema tan poco agradable, que ya lo
tenemos a la vista y no lo podemos soslayar. Esta idea tiene su origen en la
observación de los graves problemas que ya están enfrentando los ancianos y que
se van a recrudecer a futuro, por los cambios sociales y económicos que se
están operando en el país, como consecuencia lógica de la vida moderna y
contemporánea en la cual los hogares a la antigua ya no operan y tienden a
desaparecer. Para el efecto hagamos un pequeño recorrido a “vuelo de pájaro” de
los resultados sociales del movimiento armado de 1910.
El régimen gubernamental anterior al
movimiento armado de 1910, llamado El Porfiriato había concluido, después de
gobernar al país durante más de 30 años, con los consabidos aciertos y errores
que contrae todo Estado que se entroniza en el Poder, por los compromisos y
alianzas que el mismo crea. Al entrar en efervescencia el nuevo estado de
cosas, se suscitan desavenencias entre los llamados revolucionarios y después
de años de lucha intestina, en la cual se dice que murieron dos millones de mexicanos,
se logra al fin la Paz
y se consolida el triunfo de la
Revolución , lo cual trae un cambio social y económico, con
aspiraciones a establecer un Estado Democrático. Todo esto va a repercutir en
los usos y costumbres de los mexicanos, porque se van a poner en práctica todos
los postulados de los distintos planes de gobierno que se firmaron en el
movimiento armado.
Primero.- Desaparecen los Terratenientes,
viene el reparto de tierras y nace el Ejido.
Segundo.- Viene la Industrialización ,
se fortalecen los sindicatos obreros, protegidos por Leyes Laborales.
Tercero.- Aparecen los Movimientos
Femeniles a fin de apoyar a la mujer para el trabajo industrial y burocrático.
Cuarto.- Para la mujer se abren las
puertas de las universidades, de las industrias, de las oficinas de gobierno,
de las negociaciones particulares, de los sindicatos, etc. Y hoy por hoy, ya
forman parte del movimiento obrero. Por consiguiente, todo esto trae cambios en
el modo de ser, de vivir y de pensar en la mujer. Y así vemos que una pareja
tiene que trabajar para vivir mejor, en vista de las exigencias económicas. Y
si tienen hijos, éstos van a parar a las
manos de una tía vieja o de una hermana solterona o en su defecto a la Casa de Cuna o al Jardín de
Niños.
Aquí viene la pregunta ¿Y los viejos? ¿A
dónde? ¿Quién los ve? Si el anciano tiene una pensión jubilatoria, quizá se le
atienda, porque poco o mucho contribuye al gasto de la casa, pero en el fondo
se le considera un estorbo por rezongón e imprudente, sobre todo por los
jóvenes.
Si hacemos memoria, HASTA HACE 50 AÑOS, EN
CUALQUIER CIUDAD CHICA O GRANDE HABÍA EN LOS HOGARES ANCIANOS QUE ERAN
RESPETADOS Y QUERIDOS. SE LES TOMABA EN CUENTA POR SU EXPERIENCIA, Y ERAN
CONSEJEROS FAMILIARES. Vemos con tristeza que esas buenas costumbres han
desaparecido por el ritmo acelerado de la vida actual y que el tiempo ha
engendrado un vocablo nuevo llamado “rapidación”, es decir, que todo debe
hacerse rápido y bien hecho, porque no hay tiempo de volver a empezar, ya que
la tarea es larga y complicada, llena de aparatos electrónicos de comunicación
e industrialización masiva mundial, que han hecho que el mundo se haya
encogido. Después de este Proemio, entramos en materia:
Proyecto: Que como todos los proyectos,
está sujeto a estudio, modificaciones, adiciones o rechazo.
Jardín de Ancianos a Futuro. ¿A qué aspira
un anciano que ya NO tiene ni pasado ni futuro? A un poco de paz y
tranquilidad, comer a sus horas, oír un poco de música, tomar un poco de sol,
platicar con sus amigos, sentarse en un parque o en el jardín, hacer una
artesanía o quizá escribir algún recuerdo y tener un lugar donde descansar.
Todo esto se puede lograr en unas
instalaciones hechas ex profeso para los senectos.
Este proyecto ambicioso es para hombres
jóvenes que van a abonar a futuro los derechos y los beneficios de ser
atendidos en su vejez por una institución que garantice el servicio con
seguridad, con comodidad y buen trato.
Para tal efecto, se necesita el concurso
de todas las Organizaciones Obreras con Registro Federal o Estatal y que vean
la transcendencia que esto implica.
Las Organizaciones Obreras, de acuerdo con
sus estatutos y directivos harán el análisis y estudio para darlo a conocer a
sus asociados y sacar el acuerdo respectivo.
Por lo que hace a las cuotas mensuales de
aportación, éstas quedan a discusión y aprobación.
En cuanto a las edades, también queda
sujeto este punto a la discusión y acuerdo. Tentativamente se pone entre 20 y
30 años máximos.
La institución que va a manejar los
intereses económicos, debe ser de gran solvencia, experiencia y respetabilidad
probadas.
Tentativamente se piensa en el Instituto
Mexicano del Seguro Social para darle carácter Oficial tanto de vigilancia como
de intervención, porque tiene en un espacio de tiempo, que acondicionar o
construir las instalaciones respectivas.
Las Organizaciones tienen el derecho de
nombrar comisiones que vigilarán la buena marcha de las obras y hacer reporte a
sus respectivas Autoridades.
Ojala y este Proyecto sea bien visto por
la clase obrera y se entienda el Espíritu que lo anima.
De Uds. con toda
admiración y respeto.
Su amigo
Alfonso Mendoza
Ortega
NOTA. Este escrito fue publicado
en el periódico El Dictamen en marzo del 2002, unos 5 años antes de la
desaparición de tan querido, sabio, culto y admirado amigo, que dejo una gran impronta
en el corazón de quienes lo conocimos.
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