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lunes, 18 de junio de 2012

CALZONZI, TANGAXOAN ll, TZINTZINCHA


CALZONZI
(Rey de los zapatos viejos)
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado






Del náhuatl Caczoltzin de  cac(tli), sandalia, zapato + zol(li), viejo, gastado por el uso + tzin(tli), diminutivo reverencial: “S.M. el de los cacles viejos”. Rey purépecha (tarasco) a la llegada de Cortés. Algunos cronistas le llamaron Tangaxoan ll, y sus vasallos Tzintzicha (“voz dulce o palabras agradables”, o “bellos dientes”). Terminada la conquista de México-Tenochtitlan, Cortés le envió varias embajadas con presentes invitándolo a acudir a México, en respuesta manifestó su deseo por conocer al “verdadero Dios y la verdadera religión”, por lo que Tzintzicha envió a su hermano Uhitziméngari (cara de perro). Éste a su regreso le comentó con espanto los simulacros de guerra exhibidos por los españoles, por lo que Tzintzicha, atemorizado decidió acudir a la invitación encontrándose con Cortés en Coyoacán, y ante la sorpresa de propios y extraños se humilló tanto a Cortés, que más parecía un súbdito en presencia de su soberano, que un monarca delante de un capitán.  Incluso llegó ataviado con un traje humilde que contrastaba con el de todos los señores que lo acompañaban, como queriendo despertar en Cortés un ánimo de lástima o de benevolencia. Tal actitud fue vista con cruel desprecio por parte de los mexicanos los cuales le pusieron el apodo de Caczoltzin,  y que los españoles adulteraron por Calzonzi. En 1529 el feroz Nuño Guzmán, presidente de la Audiencia de México, le hizo poner grillos encerrándolo, así encadenado, en un cuarto inmediato a la cámara en que él dormía en Tzintzuntzan exigiéndole 10 mil tamames (cargadores), víveres en abundancia, todas las mujeres de su familia y todo el oro disponible. Después de múltiples tormentos al rey, amigos y parientes, y de conseguir todo lo propuesto, Nuño mando a envolver a Tzintzicha en un petate y así envuelto lo hizo atar a la cola de un caballo, que lo arrastró por todo el reino: después, aunque muy maltratado, lo sujetaron a un madero, y rodeado de leña, se le prendió fuego hasta que se convirtió en cenizas, que fueron arrojadas al río. Ha sido uso común llamar Calzonzi a los señores de Michoacán, con olvido que el nombre propio de esa dignidad es Irecha.

     Extraído de mi libro Los Tuxtlas nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca, Analogía de las culturas mesoamericanas.


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