OCASO
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Imagen de Internet
Me invitaste a tu cabaña de la playa para deleitarnos con una agradable plática, un rico café y una puesta de sol.
Me pediste una interpretación o que
meditara con el ocaso:
“Una súper belleza, se me apetece estar
acostado en una hamaca contigo, viendo en el horizonte la puesta del sol, y al
irse éste, abrazarte con cariño, dándote calor con mis brazos para que se te
quite el frío del aire de la noche, pararnos un momentos a tomar una taza de
café, alabarte con mis palabras, envolverte con mi mirada y permanecer juntos
hasta el amanecer disfrutando el armónico sonido al romperse las olas en la
arena, y apreciar un cielo cuajado de estrellas. Y de mañana, dejarte la
iniciativa de irte o quedarte un tiempo más. Aclaro que, antes de que te vayas,
cerraré los ojos por si tienes que salir apresurada no me embargue el
sentimiento de quedarme solo”.
Agradeciste mi relato, preguntando la
fuente de mi inspiración. Te dije que viéndote e imaginándote tengo sentimiento
de sobra, eres muy linda y agradable. No sé que sea: Brujería, química o fuerte
atracción, querida amiga. Eres muy atractiva y romántica. Obvio decir, de tus
otros encantos más allá de la figura.
Pienso semejante a ti. Y no te dijo lo
demás que pienso y quiero porque podría parecer poco caballeroso. Más sin
embargo, me exiges saberlo. Aclarando con tus palabras: Me halaga lo que me
dices pero tengo mis pies en la tierra jeje.
“-Te abrazaría fuerte entre mis brazos y
te comería a besos, todo tu cuerpo, cada rincón de él, solo dejaría de besarte
para decirte lo mucho que me gustas y lo bien que me haces sentir”.
¿Y tus pies en la tierra…?
Los elevaría suavemente para que tú toda
puedas gravitar conmigo en ese momento de placer.
- Es mi poesía para ti querida y linda
amiga.
De momento te quedaste ida, y al regresar
en ti me dices: Gracias estuve en éxtasis. ¡Está hermosa! Ojala tuviera este
don para dedicarte algo parecido, si pudieras ver mi rostro te diría más que
mil palabras.
Me conformo con que estés ahí, en donde te
encuentras ahora, yo sé bien que cuento con tu linda amistad y con eso me
siento halagado, porque eres una gran mujer.
En la noche trataré de recordar tus
palabras para soñar bonito. Gracias…
Espera…te regalo mil besos que sirvan de
alfombra a todo tu cuerpo, y te doy mi hombro para que lo uses como almohada
para tu linda cara, y mis brazos para que te sientas segura. Pero lo más cierto
es darte toda mi amistad y cariño y conservarte por muchísimos años más, gracias
a ti dulce y querida amiga mía.
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