OCELOTE
ANTONIO
FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO
De ocelotl. Cierto felino (Felis pardalis) parecido al
jaguar (Felis onca). El jaguar (del guaraní yaguar) recibió el mismo nombre de ocelotl y en maya se llamó balam. Es el animal más representativo
entre los pueblos de Mesoamérica. La descripción que hacen de él se asemeja al
retrato de un soberano moderno: el océlotl es “... noble, principesco, se dice.
Es el señor, el dueño de los animales. Es prudente, sabio y orgulloso...” De
hecho, el rey consumía un caldo de carne de jaguar con el fin de volverse
valiente y obtener honores. Existen representaciones de él lo mismo entre los
olmecas que entre nahuas o mayas. Acompañó a los hechiceros y a los guerreros.
Fue uno de los representantes de las eras cosmogónicas nahuas. Ideológicamente
estuvo ligado a las fuentes del agua y a la fertilidad de la tierra, pero
también se creyó que una parte de su ser estaba relacionada con la oscuridad y
la bestialidad. Su piel moteada representó para los mayas el cielo estrellado,
aunque también pertenecía al inframundo. Décimocuarto de los 20 signos del
calendario. Entre los mayas el signo equivalente recibía el nombre de Hix,
“luna” y entre los zapotecas el de Gueche, “jaguar”.
Dios jaguar. Por su presencia, belleza,
fuerza, sabiduría y nobleza es todo un príncipe, un soberano, es el señor, el
dueño del monte y de los animales, de las fuentes, cuevas y cavernas llenas de
agua, del mundo nocturno y subterráneo. Su rugido recordaba al ruido que
producían los terremotos. Ideológicamente estuvo ligado a las fuentes del agua
y a la fertilidad de la tierra, pero también se creyó que una parte de su ser
estaba relacionada con la oscuridad y la bestialidad, su piel representaba el
cielo estrellado, y a través de sus fauces abiertas, semejantes a cuevas, representaba
la entrada del inframundo y del cielo. Emblema del poder real, acompañó a los
hechiceros y a los guerreros.
Covarrubias, en relación a la
representación de la figura de un ser jaguar que tiene varias modalidades opina
de éste como “símbolo de fuerzas naturales…como un dios y como un ancestro”,
una divinidad conectada con la lluvia y con la fertilidad, y en ella encuentra
la génesis de todas las deidades mesoamericanas que tienen aparentemente rasgos
felinos.
Bernal (1968: 136) y (1978: 210-211),
opina que los monolitos o figuras sólo
representan “todo el culto al jaguar” el tótem y el jefe supremo; hasta los
propios altares son jaguares, empero, la iconografía olmeca tiende a demostrar
la presencia de una serie de dioses que serían los antepasados de los ya
conocidos en Mesoamérica. En cambio, está presente con toda su fuerza la idea
de animales-hombres o de hombres-animales fantásticos, que asocian rasgos
humanos con los de uno o más representantes de la fauna o varios animales combinados
que forman un solo monstruo. Estas versiones giran alrededor del complicadísimo
concepto del nahual.
Espejo (1994:245) comenta que quien posea
los colmillos de este felino y los use como collar, tendrá el poder físico
asegurado, puesto que nunca será derrotado por nadie.
El nombre de ocelote quedó finalmente para designar al Felis pardalis.
Tomado de mi libro Los Tuxtlas nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca. Analogía con las Cosmologías de las culturas mesoamericanas. Incluye diccionario de localismos y mexicanismos. Ediciones Culturales Exclusivas. 2007. Boca del Río, Veracruz, México.
Tomado de mi libro Los Tuxtlas nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca. Analogía con las Cosmologías de las culturas mesoamericanas. Incluye diccionario de localismos y mexicanismos. Ediciones Culturales Exclusivas. 2007. Boca del Río, Veracruz, México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario