EL
MÉDICO CONFLICTIVO
ANTONIO
FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO
Después de realizar mí Internado de Pregrado en el HGZ No. 8 del IMSS en Córdoba, Ver., mí Servicio Social en Sta. Ifigenia, Zacatecas y trabajar 3 años en el Estado de Q. Roo, acudí a buscar trabajo como médico en las Delegaciones del IMSS de Veracruz, había más de 300 solicitudes previas. Supe que en la Delegación de Campeche sólo había un poco más de 40, por lo que me animé a trabajar en este Estado. Tuvieron que pasar arriba de 4 años, trabajando en diferentes clínicas, para lograr mi nombramiento como médico de base (02) - cubrevacaciones, mismo que me llegó estando en el HGZ No. 4 del IMSS de Ciudad del Carmen. Un par de meses después, al dejar la Consulta Externa el Dr. Isaías Mercado Torres, para tomar la Coordinación Médica, me dieron la titularidad en el turno vespertino del Consultorio 4.
En mi estancia en Cd. del Carmen viví en
un departamento de los edificios conocidos como de “Doña Nicha”. Lo compartía
con mis colegas y amigos Héctor Ferat Estrada, Luis Miguel Arispe Castillo, “El
Chino” Narváez y otro amigo más. Usualmente Héctor y yo todas las tardes
caminábamos al Seguro, por un atajo de cerca de 10 cuadras, y a la salida, ya
de noche, preferíamos regresarnos por una ruta más céntrica e iluminada. Para hacer
más amena la caminata nos poníamos a cantar a dúo casi todo el trayecto. A Luis
Miguel por ser el especialista titular de
Medicina del Trabajo le tocaba el turno matutino. Algunas noches él,
Héctor y yo nos poníamos a cantar en el departamento. Todos éramos buenos compañeros
y amigos.
Cd. del Carmen. Imagen de Internet
Ciudad del Carmen es una bella, cálida y cosmopolita
ciudad, los habitantes son muy amables con el turismo, y muy trabajadores, existen
muy buenos hoteles y restaurantes con comida internacional, hay vida nocturna
para todos los gustos, la pesca es abundante, se comen muy ricos mariscos, toda
la isla "La Perla del Golfo" está rodeada de hermosas playas. Y se encuentra bien comunicada a
través de puentes, con Campeche y
Tabasco.
Playas Manigua y Tortugueros
Los consultorios médicos del hospital no tenían ni ventilación, ni aire acondicionado y para colmo en su parte posterior la única gran ventana estaba completamente sellada por un grueso cristal que bañado por los rayos solares hacía el efecto de enorme lupa aumentando la temperatura local. Es más, no había ni ventiladores de techo. Los únicos ventiladores eran llevados por los mismos médicos, y ni así eran del todo suficientes para refrescar. Era demasiado incómodo dar todo sudado la atención médica, y que al explorar al paciente muchas veces lo salpicáramos con nuestro propio sudor. Les propuse a mis compañeros médicos del turno externar nuestra inconformidad ante el Director. Me contestaron que ya habían hablado con él, sin que les hiciera caso. Al día siguiente llegué más temprano que de costumbre para pedirle al Director que nos ayudara a solucionar este problema. Me dijo que no estaba en sus manos la solución, que siguiéramos con nuestros ventiladores. Entre a mi consultorio a trabajar y le pedí a mi asistente médica que cuando llegara un representante sindical me avisara. Esa misma tarde hable con “Pedrito”, uno de ellos, e igual me dijo, que ya se había tratado el caso sin obtener respuesta favorable.
Unos 7 días después, a media semana, muy
decidido le dije a un joven de mantenimiento que me ayudara a sacar el
escritorio hasta la entrada del hospital, y le pedí a mi asistente médica que
me llevara a los pacientes y sus expedientes a donde yo me encontraba. Al poco
tiempo se me acercó la Coordinadora Médico Alicia Beatriz Carvallo Dzul,
pidiéndome que me regresara al consultorio a lo cual me negué, un poco más tarde
me pidió lo mismo una representante sindical, igualmente me negué. Al siguiente
día tuve que pedir el favor a un paciente a que me ayudara a sacar nuevamente
el escritorio, llegó el Coordinador Médico Isaías Mercado Torres pidiéndome que
regresara al cubículo, le dije que no me estaba negando a dar la consulta,
simplemente no me parecía ético darla en un lugar que no reunía los requisitos
idóneos para ella. Para todo esto, algunos pacientes que acudían al hospital,
miraban con asombro mi postura, y entre los míos, me llegaron a felicitar
deseándome suerte. Al tercer día, me mandó a llamar el Director, lo encontré
acompañado de un representante sindical. Primero me pidieron que reconsiderara
mi actitud, les dije que no era humano ni para los médicos, ni para los pacientes atender en esas condiciones
inapropiadas. Seguimos hablando alrededor de 10 a 15 minutos más, confrontando
nuestros puntos de vista y nuestras necesidades. Finalmente el director me
prometió hablar con el Delegado del IMSS, el doctor Abraham Azar Farah para
hacer las modificaciones necesarias a los consultorios, en tanto me pidió muy
amablemente que me regresara a trabajar al mío.
Esa siguiente semana acudió el ingeniero
encargado del mantenimiento con algunos empleados a checar los consultorios:
retiraron todas las mamparas de vidrio y
pusieron ventanales de persianas. Y por primera vez ventiladores de techo.
Fui a ver al Director y le di las gracias
por habernos apoyado, y por haber respetado su palabra.
Playa Bahamitas
QUE BONITO LA VERDAD QUE ME MOTIVA, LE FELICITO POR TENER ESA ACTITUD.
ResponderEliminarGracias Unknown, muy amable, saludos cordiales.
EliminarLibertad, congruencia y valentía, mi retirado primo. Ese eres tú
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