LA
PACIENTE PSICÓTICA
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Ese mediodía me
encontraba dando la consulta en una clínica del IMSS, cuando de pronto una
joven señora abrió la puerta del consultorio y dirigiéndose a mi asistente
médica (La "Güera") le grita en forma amenazante: - ¡Me has robado a
mis otros maridos, pero a éste-señalándome a mí-, no me lo vas a robar, porque
te mato! Todavía soltó un par de improperios más, antes de acercarse a mí
rogándome que no la traicione. Espantado por la agresividad de esa desconocida
señora. Salgo del consultorio, volteo a ver hacia la farmacia atendida por una
compañera de trabajo y, le dijo a la señora: -¡Mire ella es mi esposa! Mi
compañera que había presenciado toda la escena responde toda alarmada:
-¡Mentira, yo no soy su esposa! La paciente corre con los brazos abiertos
intentando abrazarme. Y yo, pego la carrera en dirección del pasillo de
urgencias, y la doctora que lo atendía toda nerviosa cierra la puerta con
seguro al verme correr, seguido por la paciente, así que salí hasta el patio de
las ambulancias, le di media vuelta a la clínica y me escondí detrás de un
árbol. En eso, pasó cerca de ahí un conocido saludándome y, obvio descubriéndome
ante la paciente.
Regreso nuevamente a la
clínica y me meto a la Dirección/Administración asegurando tras de mí la
puerta. La paciente empezó a golpear la puerta pidiendo a gritos que yo
saliera. Oportunamente regresó la ambulancia de un traslado a Campeche, y entre
Fernando, el chófer y el acompañante trataron de contener a la paciente, en eso
llegó el MVZ José, marido de la doctora de urgencias y se prestó también a
ayudarlos. Tuvieron que sedarla en el servicio de urgencias. Minutos después,
se presentaron unos familiares de la paciente, pidiendo disculpas, diciendo que
ella se les había escapado de la casa. Regresé a terminar mi consulta, mi
asistente aún se encontraba bastante nerviosa, llena de miedo.
Al día siguiente se
volvió a presentar la paciente. Tuvimos que exigirles entre Fernando (que
además era nuestro representante sindical) y yo enérgicamente tanto al director
como al administrador, que por seguridad física de los empleados y pacientes
presentes, resolvieran esta situación. Localizaron a los parientes y se la
llevaron en la ambulancia al Hospital Psiquiátrico de Mérida.
Nunca más, volvió la
paciente a amenazarnos.
Veracruz, Ver. 26.12.16
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