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martes, 27 de diciembre de 2016

LA PACIENTE PSICÓTICA Antonio Fco. Rguez. A.

LA PACIENTE PSICÓTICA
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado

Ese mediodía me encontraba dando la consulta en una clínica del IMSS, cuando de pronto una joven señora abrió la puerta del consultorio y dirigiéndose a mi asistente médica (La "Güera") le grita en forma amenazante: - ¡Me has robado a mis otros maridos, pero a éste-señalándome a mí-, no me lo vas a robar, porque te mato! Todavía soltó un par de improperios más, antes de acercarse a mí rogándome que no la traicione. Espantado por la agresividad de esa desconocida señora. Salgo del consultorio, volteo a ver hacia la farmacia atendida por una compañera de trabajo y, le dijo a la señora: -¡Mire ella es mi esposa! Mi compañera que había presenciado toda la escena responde toda alarmada: -¡Mentira, yo no soy su esposa! La paciente corre con los brazos abiertos intentando abrazarme. Y yo, pego la carrera en dirección del pasillo de urgencias, y la doctora que lo atendía toda nerviosa cierra la puerta con seguro al verme correr, seguido por la paciente, así que salí hasta el patio de las ambulancias, le di media vuelta a la clínica y me escondí detrás de un árbol. En eso, pasó cerca de ahí un conocido saludándome y, obvio descubriéndome ante la paciente.


Regreso nuevamente a la clínica y me meto a la Dirección/Administración asegurando tras de mí la puerta. La paciente empezó a golpear la puerta pidiendo a gritos que yo saliera. Oportunamente regresó la ambulancia de un traslado a Campeche, y entre Fernando, el chófer y el acompañante trataron de contener a la paciente, en eso llegó el MVZ José, marido de la doctora de urgencias y se prestó también a ayudarlos. Tuvieron que sedarla en el servicio de urgencias. Minutos después, se presentaron unos familiares de la paciente, pidiendo disculpas, diciendo que ella se les había escapado de la casa. Regresé a terminar mi consulta, mi asistente aún se encontraba bastante nerviosa, llena de miedo.


Al día siguiente se volvió a presentar la paciente. Tuvimos que exigirles entre Fernando (que además era nuestro representante sindical) y yo enérgicamente tanto al director como al administrador, que por seguridad física de los empleados y pacientes presentes, resolvieran esta situación. Localizaron a los parientes y se la llevaron en la ambulancia al Hospital Psiquiátrico de Mérida.


Nunca más, volvió la paciente a amenazarnos.


Veracruz, Ver. 26.12.16

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