(Mi versión sobre la astuta
Hera)
Antonio Fco. Rodríguez
Alvarado
Esa mañana un ruido
estruendoso
Despertó a Hera
Toda sobresaltada
De su profundo sueño,
Pensó que los Gigantes
Atacaban el Olimpo,
Pero pronto se dio cuenta
Que eran los latidos
Del corazón de Zeus,
Que sonaban tan colosales
Como los del mismo sol.
Aprovechó que el dios dormía
Para meterse en sus sueños,
Y al leer sus pensamientos
Sintió una enorme rabia:
Zeus soñaba con otra mujer,
La mortal Alcmena,
Esposa de Anfitrión.
Hera preparó su estrategia.
Alcmena esposa fiel
Y doncella aún...
No amancebaba con Anfitrión
Hasta que éste no vengara
La muerte de los hermanos de
ella.
La ocasión se presentó, y él
salió
Con un ejército a cumplirla.
Zeus consideró oportuno el
momento,
Se presentó disfrazado
Como el propio Anfitrión,
Sin saber que previamente
La misma Hera había
adormecido
Y hecho invisible a Alcmena.
Disfrazándose como ella
Para recibir al dios.
Y esperaba este momento
Con apasionada ansiedad.
Zeus contempló desnuda a la
supuesta
Alcmena, quedando atónito
Al ver su piel rosada,
Las redondas, turgentes
Y voluptuosas formas
Que sobresalían de su cuerpo
perfecto
Y virginal.
Ella se mantenía virgen...
Y el dios sabía de ello.
Ambos se buscaron,
Con sed y hambre infinita,
La apoteosis sexual
Por el supremo goce
Tras la conquista
De la joya himeneal.
Fue un orgasmo cósmico,
Durante tres noches,
(O por una que valió por
tres).
No se sabe de otro igual,
Pues la entrega de uno y otro,
No se repitió jamás.
Cuando el dios se retiró
Extasiado de placer,
Hera pidió a su hija Ilitia,
Que pusiera simiente de él
En la aún adormecida Alcmena.
Alcmena al nacer el hijo del
dios,
El cual fue llamado Alcides
O descendiente de Alceo,
Padre de Anfitrión,
Lo dejó abandonado
En las murallas de Tebas.
La diosa Atena, lo recogió
Y lo llevó a Hera para que le
diera de comer
Ésta lo amamantó
Y él succionó con tanta fuerza
Que gran parte de la leche
Se regó en el cielo
Formando la Vía Láctea.
La leche de Hera,
Lo volvió inmortal.
Ella tenía sentimientos
encontrados:
Por un lado amaba a la
criatura
Y por otro lado, reavivaban
sus celos
Al recordar que Zeus lo creó
Pensando en otra mujer.
Empero, manifestó su gran amor
Llamándolo Heracles “Gloria
de Hera”.
Heracles continúo viviendo
Bajo el regazo de Alcmena.
Y los rencores de Hera,
Escribiendo con sus hazañas
una historia
De gloria para las dos
mujeres.
Heracles ó Hércules
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