LÁGRIMAS
NEGRAS
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Imagen de Internet
Caminaba por el parque
cuando vi venir en mi dirección
a una joven mujer,
escuché sus sollozos
y al pasar junto mí,
descubrí que lloraba
lágrimas negras.
Saqué mi pañuelo
y se lo ofrecí,
ella alargó la mano
y lo tomó.
La invité a sentarse
en una banca
y aceptó.
Entonando la voz
le hablé con ternura,
buscando calmarla,
ser un sosiego
a su dolor.
Gimió
y siguió llorando.
Me regresó el pañuelo
con máculas de sangre.
Entonces entendí
que no eran
lágrimas negras
de melancolía,
sino lágrimas de sangre
por una herida de amor.
Xalapa, Ver. México
30.05.17
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