EL CAMIÓN DE LA BASURA
¡NUNCA PERMITAS QUE OTROS COMPLIQUEN TU VIDA!
ANÓNIMO
¿Con qué frecuencia permites
que las majaderías de otras personas cambien tu estado de ánimo?
¿Te das permiso de enojarte
cuando otro conductor te agrede por un error de tránsito, o un mesero “igualado”
te trata irrespetuosamente, un jefe exigente te pide más de lo que te
corresponde de hacer, o cuando un compañero de trabajo arruina tu día?
Lo que realmente distingue a
una persona exitosa es el control que tenga sobre el manejo de la ira.
Hace algunos años aprendí esta lección, iba yo sentado en el asiento trasero de un taxi en Nueva York, cuando de repente un coche salió de no sé dónde; el taxista frenó súbitamente, se oyó el rechinar de las llantas y a escasos centímetros evitó chocar con el otro auto.
Hace algunos años aprendí esta lección, iba yo sentado en el asiento trasero de un taxi en Nueva York, cuando de repente un coche salió de no sé dónde; el taxista frenó súbitamente, se oyó el rechinar de las llantas y a escasos centímetros evitó chocar con el otro auto.
El conductor del coche que
casi causa el accidente empezó a gritarnos con palabras groseras y altisonantes.
El taxista sólo sonrió y le
saludó amable.
Así que yo sorprendido le
pregunté: - “¿Por qué hace eso?” ese tipo por poco destruye el taxi y nos envía
directo al hospital.
Entonces el taxista me dio la
lección más increíble de mi vida la que ahora yo llamo: “La ley del camión de
la basura”.
Muchas personas, me dijo, son
como un camión de basura. Están llenos de enojo, frustración y desaliento.
Una vez que han acumulado
mucha basura, necesitan un lugar en donde depositarla.
Y si tú se los permites… la
depositan en ti y ellos quedan liberados.
“¿Cada cuánto yo permito que los camiones de basura me contaminen?”. “¿Y con qué frecuencia tomo mi basura y las tiro sobre las personas que más amo como: mi esposa, hermanos, hijos o amigos?”.
“¿Cada cuánto yo permito que los camiones de basura me contaminen?”. “¿Y con qué frecuencia tomo mi basura y las tiro sobre las personas que más amo como: mi esposa, hermanos, hijos o amigos?”.
Aquel día me propuse: “A no
ser el basurero de nadie”.
Empecé a ver con más claridad
a las personas con complejo de camión de basura. Y decidí a partir de ese día
no dejar que depositen en mí… su porquería.
No he vuelto a permitir que
los camiones de basura tomen el control de mis sentimientos y mucho menos de
mis emociones.
Aprendí que sonreírles a los
insatisfechos, malhumorados y frustrados es la mejor medicina que puede
ayudarles a cambiar su perspectiva de la vida.
O por lo menos les puede
iluminar su día.
“Sé amable con ellos, porque
cada persona con la que tropiezas a diario está librando sus propias batallas”.
Pero no te descuides… y está
siempre atento… porque por todos lados circulan “Camiones con basura”.
¡¡ SER FELIZ ES FÁCIL PERO
NOSOTROS LO COMPLICAMOS SIEMPRE!!
¡ÁNIMO! Y QUE MI BUEN DIOS TE
BENDIGA… HOY Y SIEMPRE.
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