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domingo, 29 de enero de 2012

LA XTABAY La mujer del Diablo Antonio Fco. Rguez. A.

LA XTABAY
             ANTONIO FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO



Oleo de Joseph daily


     Del maya ix o x, prefijo que denota feminidad + tab, cuerda, soga o mecate con que los indios atan y llevan cargas a la espalda + ai o ay, sufijo que denota acción: “La que usa la cuerda”. Fantasma que se aparece a los enamorados. Era la esposa de Kizin (diablo), el dios de la muerte, por lo que reside en ciertas cuevas. 


     Actualmente se cree que es un espíritu malo que de  día es una ancha y robusta yaxché (ceiba), y de noche, a la luz de la luna, se transforma en hermosa y joven mujer, vestida toda de blanco huipil, y en ocasiones desnuda, cubierta solamente por su larga cabellera; su espalda tiene forma de árbol hueco, y hay quien dice que en lugar de pies tiene patas de pavo montés, cuando en realidad son dos pequeños pájaros nocturnos que vuelan junto al suelo; deambula en los caminos a los cenotes, las ceibas y sartenejas, sentándose sobre las peñas del camino o raíces de los yaxché para peinar su larga, negra, fragante, limpia y brillante cabellera con un peine de tzacam (cactus) y esperar a los hombres para espantarlos, o  citarlos  con su voz cantarina diciéndoles: ¿Tuux ca bin...? Coten uayé... (¿A dónde vas...? Ven acá...). Y embrujándolos con dulces palabras de amor, y haciéndoles creer que es la mujer con la que ellos han soñado siempre y así, ansiando el mayor de los placeres, inducir a  abrazarla, y entonces ella, en medio de macabras carcajadas, soltando su amplia cabellera, los envuelve en ella, asfixiándolos, matándolos cruelmente, como la peor de todas las bestias, a mordidas y rasguños de sus dedos que se convierten en garras y punzan y destrozan la piel como púas de tzacam, en  una infernal y apasionada locura. 



     El único amuleto para poder salir de su maleficio, es arrancarle una hebra de sus cabellos, siendo así, ella será nuestra esclava, nos obedecerá y seguirá. Pero, quién piensa escapar, en ese momento,  del susurro y los besos de su boca, del atolondramiento que nos causa su mirada, del dulce embeleso en que nos envuelve su aroma y su presencia,  del deseo de tenerla y del miedo a perderla, quién piensa –en esos momentos- en escapar, si lo que deseamos, ya no es vivir, sino morir... por ella.


Imagen de Internet

También hay quien dice que para terminar con ella hay que arrancarle una hebra de sus cabellos, la cual debe quemarse hasta convertirla en cenizas, y entonces enterrarlas. Pero conforme se  excava el hueco éste vuelve a llenarse inmediatamente sin que nadie pudiera explicarse el porqué de ello.

Con todo, ella es muy astuta, y cuando se siente en peligro se convierte en chaycan (verde y larga serpiente) y escapa metiéndose entre las raíces de las ceibas.      Se dice que en los caminos donde han desaparecido esas ceibas, ahora están cubiertos de flores silvestres hermosas y aromáticas que brotan al amanecer y el jugo de estas florecillas embriaga dulcemente como embriagaban en vida el aroma, los besos y el amor de la XTABAY.  Esta flor se llama XTABENTÚN.





     Tomado de mi libro: Los Tuxtlas nombres geográficos pipil, náhuatl, taíno y popoluca. Analogía con las cosmologías de las culturas mesoamericanas. Incluye un diccionario  de localismos y mexicanismos. Ediciones Culturales Exclusivas, 2007






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