EL
FANTASMA DE LA AZOTEA
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Pero algo en el fondo
me decía que era algo más que eso. Y en efecto, me quedé observando y en ningún
momento dudé que era un fantasma.
Si, un fantasma que se
había mojado con la lluvia de la madrugada y buscó secarse en ese lugar, junto
a otras sábanas para no hacerse tan notorio.
Pueden ustedes checar la foto común y el close up y verán qué bien se distingue la cara del fantasma, incluso está con la lengua de fuera (como si de tanta asoleada se hubiera deshidratado)
Xalapa, Ver. México. 03.10.16
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