CALLES
MÍAS
Heme aquí en mi casa, con mi gente querida,
ésta gente con todos los golpes de la vida,
mi padre, mi madre me esperan,
hermanos, sobrinos y primos también.
A todos los quiero, a todos abrazo,
y vuelven mis ojos a las calles y playas de antaño,
donde cuando niño, tanto recorrí,
Estas calles me arrullan, me miman y espantan también,
en ellas me hice niño y hombre tal vez,
cuántas veces grité ¡leche!, otras ¡Excélsior!,
otras ¡la madre!, ¡pendejos!, y cuánto lloré.
¡Caramba! cuantos años,
y de tantos regresos espero sea uno más,
y me plasmo ante estas calles vacías, tan llenas de
vida,
de horrores, de miedos, de anhelos y de ansiedad.
Más hoy tengo un problema, de mis amigos, casi nadie
queda,
y solo platico con la soledad,
ésta soledad inerte que hasta mi muerte me
acompañará,
y recorro las calles, las playas,
y ocasionalmente escucho: -¿Pepe dónde vas?
Quisiera gritarles, - ¡los ando buscando para ir a
jugar!,
sin embargo preguntan, ¿dónde y cómo estás, a qué te
dedicas, y cuándo te vas?
Y ya no se acuerdan de estas calles duras, de
tierra, de arena,
y a veces con brisa de mar,
que tanto nos vieron y nos cobijaron,
y nos dieron alas al querer volar.
Pobres calles estas, cansadas, vetustas,
pobres calles mías, de amores dorados, de casas
caídas,
perdonen si vuelvo,
6 abril,1988, 23.00hs.
AMIGO DE LA INFANCIA José Luis Herrera. Su añoranza. Calles mías.
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