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martes, 27 de noviembre de 2012

LAGO AVERNO Y LA SIBILA DE CUMAS


LAGO AVERNO
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado


     En griego los llamaban áórnos, pron. Afernos de donde infierno y averno; de a, sin, y ornix, ave Lugar en que no pueden vivir las aves. En Siria, en Grecia y en Italia, existían lugares volcánicos con antiguos cráteres, de donde procedían vapores mortales para los pájaros y animales pequeños.  Lago de Italia situado entre Cumas y Pozzuoli, a 16 km. al O de Nápoles, que ocupa el cráter de un volcán extinguido, tiene una forma circular con un perímetro de 3 km y una profundidad máxima de 35 m, tiene media milla de ancho; sus aguas, que son dulces, tienen un nivel de 2 m sobre el mar. Sus altas orillas estaban cubiertas de espeso bosque.

Imagen de Internet

En la antigüedad y debido a las emanaciones  de azufre que salían de él, se consideraba una de las entradas del infierno. Al SE. se ven las ruinas de un templo de Apolo, y al O., se encontraba la cueva de la Sibila de Cumas (4 m de ancho por 5 de alto), que daba entrada a las regiones infernales. Está a sólo 4 Km. de Pozzuoli. 


Imagen de Internet

Cumas. Ciudad fundada por griegos de la Calcídica (año 1050 antes de Jesucristo) cerca del actual Golfo de Nápoles. Se hizo famoso en la antigüedad por los oráculos de la Sibila  de su nombre. Todavía se conservan en parte las fuertes murallas de su acrópolis o ciudadela. Dédalo, huyendo del rey de Creta, Minos, pasó a ver a la Sibila, antes de continuar a Sicilia. Y allí fue donde Eneas consultó con la Sibila, en compañía de la cual bajó a los infiernos a buscar a Anquises, su padre .
Previamente ofreció sacrificios a las deidades infernales: Proserpina, Hécate y las Furias.

En el siglo V, la Sibila de Cumas, sacerdotisa de Apolo, propuso al rey Tarquino la compra de nueve libros de profecías. Por dos veces consecutivas, el rey rechazó la insinuación, alegando que el precio era demasiado alto, ante lo cual la sacerdotisa arrojó al fuego tres libros cada vez, y dobló el precio de los restantes. Finalmente, Tarquino decidió adquirir los tres últimos, que se conservaron en el templo del Capitolio y son conocidos como los Libros sibilinos. Los cuales sólo pueden ser consultados en las grandes ocasiones por funcionarios los cuales expresan ante el pueblo la interpretación de sus oráculos. En ellos se narraba el destino del estado romano y, se explicaba cómo alcanzar el favor de las divinidades extranjeras griegas y orientales.
Así, Apolo entró en Roma en 431, a raíz de una peste. Análogo motivo se aduce para explicar la introducción, en 293, del dios de Eleusis, Esculapio, simbolizado en la figura de una serpiente.



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