ESPEJO
MÁGICO
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Esa noche Laura,
inquieta se revolcaba sobre la cama al no poder conciliar el sueño, debido al
intenso calor. El sudor de su cuerpo mojaba las níveas sábanas y el mullido
colchón. Empezaba a quitarse la bata de dormir cuando observó un fulgor que
salía del espejo de su recámara, intrigada se levantó y al ir acercándose
escuchó el clamor del mar, y su cuerpo fue envuelto por la suave y fresca brisa
marina. Vio a través del espejo, como en una ventana, la radiante luna que
iluminaba el cielo y el mar. La arena se agolpaba a sus pies, no resistió la
tentación e invadida por un fuerte deseo colgó su bata en el marco del espejo y
penetró en él.
Caminó hasta la orilla del mar. La blanca
espuma de las olas que se rompen y languidecen sobre la vasta playa de fina arena
y coral se escurría entre los dedos de sus pies. Se metió al mar y su cuerpo
desnudo, y acariciado por las olas y la brisa se iluminó con la luz de la luna.
Gozó este enorme placer con todos sus sentidos. Sintió una gran voluptuosidad
en todo su ser, y cerrando los ojos deseó vivir para siempre en este mágico y
maravilloso mundo. En ese mismo instante oyó un aparatoso estruendo de vidrios,
y supo que su deseo se había cumplido.
En la recámara quedó el espejo roto, y la
bata, como una segunda piel oliendo al cuerpo de Laura, quedó tirada en el
piso cubriendo los vidrios y la arena.
Veracruz, Ver. México,
17.08.17.
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