Sacada
de "El Criticón"
Baltasar Gracián
Pasaba un río y río de lo que pasa entre márgenes opuestas, coronada de flores la una y de frutos la otra; prado aquella de deleites, así como ésta de seguridades. Escondíanse allí, entre las rosas las serpientes, entre los claveles los áspides, y bramaban las hambrientas fieras rodeando a quien tragarse. En medio de tan evidentes riesgos estaba descansando un hombre, si lo es un necio. Pues pudiendo pasar el río y meterse en salvo de la otra parte, se estaba muy descuidado, cogiendo flores, coronándose de rosas, y de cuando en cuando volviendo la mirada a contemplar el río y ver correr sus cristales.
Dábale voces un cuerdo
acordándole su peligro y convidándole a pasarse de la otra banda, con menos
dificultad hoy que mañana. Más él, muy a lo necio, respondía que estaba
esperando acabase de correr el río para poder pasar sin mojarse.
Baltasar Gracián
(1601-1658). Baltasar Gracián y Morales fue un jesuita, escritor español del
Siglo de Oro que cultivó la prosa didáctica y filosófica. Entre sus obras
destaca El Criticón —alegoría de la vida humana—, que constituye una de las
novelas más importantes de la literatura española, comparable por su calidad al
Quijote o La Celestina.
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